El Congreso está discutiendo la posibilidad de suspender la ley de topes a las tasas de interés, debido al daño que ha venido haciendo y de cómo ha fomentado la criminalidad del ‘gota a gota’ y esperamos que efectivamente tome una buena decisión al respecto, dijo Pasquel. (Foto: Credicorp)
El Congreso está discutiendo la posibilidad de suspender la ley de topes a las tasas de interés, debido al daño que ha venido haciendo y de cómo ha fomentado la criminalidad del ‘gota a gota’ y esperamos que efectivamente tome una buena decisión al respecto, dijo Pasquel. (Foto: Credicorp)
Enrique Pasquel [Entrevista completa]

Credicorp reorientó su estrategia hacia la inclusión financiera y educación financiera reconociendo su capacidad para impactar positivamente en la sociedad. Este extracto de la entrevista a Enrique Pasquel, gerente de Asuntos Corporativos del holding, para Perú21TV ofrece una visión de los avances del Grupo en su estrategia de sostenibilidad.

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A principios de 2020, Credicorp le dio un nuevo enfoque a su estrategia de contribución con la sociedad. ¿Por qué cambió?

Hasta hace algunos años, en todas las empresas del grupo teníamos una estrategia de responsabilidad social centrada en una serie de actividades filantrópicas, las cuales no necesariamente estaban vinculadas con el negocio, pero que buscaban tener un impacto positivo en la sociedad. Y llegó un momento en que dijimos ‘nos sentimos muy orgullosos de lo que hemos hecho filantrópicamente, queremos seguir haciéndolo, pero, además, queremos tener un foco muy fuerte en lograr impactar de manera aún más positiva en la sociedad con las acciones directas del negocio’.

Por ello, nos preguntamos en qué ámbitos es donde tenemos la mayor oportunidad de impactar en forma directa e importante en la sociedad con nuestras actividades del día a día.

¿A qué conclusión llegaron?

Credicorp, al ser un conglomerado de empresas financieras, nos dimos cuenta de que los dos principales pilares en los cuales logramos impactos positivos es en la inclusión financiera y la educación financiera. Siendo ambos muy importantes en cualquier sociedad moderna y desarrollada nos dimos cuenta de que teníamos una posibilidad enorme de impactar de manera positiva de esa forma en los distintos países en los cuales estamos.

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¿Qué acciones se llevaron a cabo con este cambio de concepción?

A raíz de este cambio, desde 2020, solamente a través de las acciones del Banco de Crédito, Yape y Mibanco hemos incluido en el sistema financiero formal a más de 4 millones de personas que previamente no tenían acceso a él. Asimismo, nuestras distintas empresas tienen todo un programa de educación financiera, porque, una vez que la gente está dentro del mundo financiero, hay que educarla para que le saque provecho y lo utilice de manera responsable.

¿Qué hicieron en el ámbito de educación financiera?

Por ejemplo, el ABC del BCP es un programa que tiene más de 17 años que ha impactado a más de un millón de personas, brindando información y educación financiera gratuita en español y quechua a través de distintos cursos e iniciativas. También tenemos el ABC de Pacífico, iniciativas de educación financiera previsional de Prima AFP, así como las dirigidas a emprendedores, de Mibanco. Entonces, es a través de todas estas iniciativas que en el grupo buscamos tener un impacto muy grande en la sociedad.

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Este nuevo enfoque se llevó a cabo antes de la pandemia, ¿cómo esta estrategia se tuvo que adaptar a las nuevas necesidades que desencadenó esta?

La pandemia a todos y no solo a los que estamos en el mundo financiero nos hizo visibilizar muchas de las grandes carencias e injusticias que existen en nuestra sociedad. En el mundo de la inclusión financiera, la pandemia nos hizo darnos cuenta que el desafío era más importante de lo que creíamos. Por ejemplo, al inicio del COVID-19 el Estado necesitaba entregarle bonos a las personas que habían perdido su trabajo y uno de los problemas es que, al no estar bancarizadas, era muy difícil identificarlos y entregarles el dinero. Eso es una muestra de lo importante que es la inclusión financiera.

De alguna forma, la pandemia fue una oportunidad para que el Perú se empiece a poner al día de manera muy rápida en muchas de esas necesidades.

¿Qué oportunidad representó la pandemia para ustedes?

Varias de las principales entidades financieras pusimos todas nuestras agencias a disposición para que el Estado pudiera pagar esos bonos. Lo que también empezó a suceder es que a través de medios digitales se empezó a formalizar financieramente a más personas de manera más rápida para poder darles estas ayudas. En el mundo particular de la inclusión financiera, la pandemia hizo más patente la necesidad de que la gente viva dentro del sistema financiero formal y de alguna forma en el Grupo Credicorp nos hizo apurar toda la estrategia que teníamos para incluir a más gente.

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En el ámbito de la inclusión financiera, ¿qué trabajos vienen desempeñando?

La inclusión financiera es mucho más que tener una cuenta en un banco. No es solo tener tu cuenta, sino acceder y utilizar de manera eficiente y responsable toda la gama de productos financieros que el mundo financiero pone al alcance de las personas, sacándole provecho y dentro de una relación de confianza con el sistema financiero. Por ello, hace tres años publicamos el estudio del Índice de Inclusión Financiera de Credicorp, que hacemos de la mano con Ipsos. Estudiamos la inclusión financiera en ocho países: México, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina.

¿Qué mide el Índice de Inclusión Financiera de Credicorp?

Medimos lo que llamamos las tres dimensiones de la inclusión financiera, que comprende qué tanto las personas tienen acceso a los productos financieros; y no solo hablamos de productos bancarios, sino también de seguros y productos previsionales. También comprende qué tan intensivamente los usan y qué nivel de confianza existe respecto a las instituciones y los productos financieros en cada uno de estos países. Nos decidimos a hacer estas mediciones hace cuatro años y no solo por una necesidad interna, sino para que los actores privados tengan más información para desarrollar programas que permitan incluir y educar financieramente. De igual forma, para que el sector público tenga más información para desarrollar políticas públicas que apunten a estos mismos objetivos.

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¿A qué conclusiones ha llegado el índice?

Este es el tercer año que publicamos el índice y, por ejemplo, hemos encontrado que, en el caso del Perú, ocupa la posición número 6 en inclusión financiera. El ranking lo encabezan Argentina y Chile. Hemos encontrado oportunidades que son bien importantes para efectos de aumentar la inclusión financiera y desarrollar políticas en su favor. Por ejemplo, dos de las cosas que más influyen en la inclusión financiera son la digitalización y la educación financiera. En el caso de Credicorp, por ejemplo, nuestro producto o canal estrella de inclusión financiera es Yape, que hoy en día tiene más de 14 millones de usuarios.

¿Cuál es su opinión acerca de las iniciativas que existen para dar marcha atrás a los topes de las tasas de interés?

La fijación de topes a las tasas de interés de los créditos es algo que, a primera vista, algunas personas pueden creer que es buena. Sin embargo, una de las explicaciones por la que a una persona le cobran una determinada tasa obedece a su nivel de riesgo. Mientras más riesgoso es un determinado negocio o proyecto que quiere emprender una persona o mientras más riesgo exista sobre esa persona, la tasa que tiene que cobrar la entidad financiera es mayor. Entonces, cuando uno pone topes, los usuarios más riesgosos no terminan recibiendo crédito porque no se les puede cobrar una tasa proporcional a su riesgo. Esto termina dejando fuera principalmente a la gente de menores ingresos.

Un fenómeno que desgraciadamente ha ocurrido con el tope a las tasas de interés en los últimos años y que lo hemos visto en otros países como Colombia es que cuando sacas del mercado formal a las personas, se van al mercado informal y, desgraciadamente, empiezan a trabajar con el ‘gota a gota’. Hablamos de extorsionadores que cobran una tasa de interés que no solo es mucho más alta que la permitida y que las cobraban antes otras entidades, sino que a menudo terminan cobrando de una manera extorsiva y con el uso de violencia. Perú21 ha cubierto mucho el ‘gota a gota’ y toda la criminalidad que hay alrededor de esta.

No solamente es un error poner estos topes de tasas porque dejas sin crédito a las personas, sino que se los entregas, además, a las mafias organizadas. El Congreso está discutiendo la posibilidad de suspender esta ley debido al daño que ha venido haciendo y de cómo ha fomentado la criminalidad del ‘gota a gota’ y esperamos que efectivamente tome una buena decisión al respecto.

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