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La salud mental en el fútbol: un partido que se nos está yendo de las manos

Temas como la depresión, la ansiedad e incluso el acoso mediático y su impacto en jugadores no se abordan con la debida responsabilidad en este hermoso deporte. ¿Podemos ganar este partido?

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Fecha Actualización
El último fin de semana, Horacio Benincasa, jugador del Alianza Atlético de Sullana, dejó de lado un poco el ámbito deportivo en una conferencia de prensa, después de jugar ante Sporting Cristal, para hablar de un tema tan importante como sensible: la salud mental y la depresión en el fútbol, y lo peligroso que puede ser descuidar este aspecto.
“Conozco muchos casos en el fútbol peruano, compañeros que han tenido esta enfermedad (depresión) y no la quieren tocar”, mencionó con la voz entrecortada, mientras daba algunos ejemplos en el fútbol peruano sobre cómo estos problemas habían afectado a sus colegas de profesión.
Casos hay muchos, los más recientes en Perú el de Percy Prado, que tuvo un breve paso por Sporting Cristal y hace unos meses dejó preocupantes mensajes en sus redes sociales, o Brandon Palacios, hijo del reconocido ‘Chorri’, quien aseguró que tenía depresión, pero que no conseguía el valor para pedir ayuda. En el extranjero muchos más y, en algunos casos, con lamentables y mortales consecuencias.
En ese sentido, es preciso entender algo que es tan evidente que se nos olvida: los jugadores profesionales de fútbol son seres humanos, como usted o como yo.
Es preciso tener muy en cuenta esto para arrancar al hablar sobre la salud mental en los futbolistas que, lejos de las alegrías que pueden darle a su leal hinchada, se enfrentan, como es normal en el deporte, al riesgo de equivocarse y toda la maraña de consecuencias que esto trae para su vida, no solo profesional, sino personal.

La depresión en el deporte Rey
En el 2021, la FIFA lanzó una campaña en pos de la concientización sobre la salud mental en el deporte luego de que el sindicato internacional de futbolistas profesionales informara que el 23% de los jugadores en actividad sufre trastornos de sueño, un 9% sufre depresión y otro 7% ansiedad.
Como mencionamos antes, detrás de cada jugador de fútbol existe un ser humano, uno que tiene una vida aparte del deporte. Ambas facetas de su vida, la de ser una persona común y silvestre, como la del deportista profesional, pueden afectar, en mayor o menor medida, su salud mental, eso es algo que tenemos que considerar.
¿Qué puede llevar a un futbolista a la depresión? La lista es amplia, y si tratamos de enfocar los problemas de salud mental que podrían generarse a partir de su faceta como futbolista, la lista se acorta, pero sigue siendo un tema complejo en donde entran a tallar varios detalles, como es la presión, la idealización, la tolerancia al fracaso y muchas otras más que trataremos de explicar de la mejor manera.
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Factores a tener en cuenta
En una conversación de Perú21 con el psicólogo deportivo Christian Ungaro, vicedecano del Colegio de Psicólogos del Perú, explica que existen ciertos aspectos en el deporte que, mal llevados o sin un seguimiento adecuado, podrían afectar la salud mental del futbolista en relación a este deporte.
“El deportista va a tener condiciones básicas que es preciso considerar, como la competitividad. Para poder lograr lo que necesita ser, muchas veces está en una imagen construida en base a confianza por lo alcanzado en entrenamiento y por lo que le proyecta ser en el desempeño, que es un riesgo, por ejemplo, de sobrevaloración de las propias capacidades”, refiere.
“Eso lo hace porque no tienen claro qué va a ocurrir exactamente en un escenario de juego, pero proyecta esa posibilidad y parte de esa confianza se nutre de una valoración, que si no es cuidada, entra en un terreno de la sobrevaloración. Parte de esa autovaloración puede terminar en una idealización, que vendría a ser, digamos, la figura negativa de este proceso de entrenamiento en el aspecto psicológico”, indica Ungaro.
Estas situaciones pueden ser potenciadas, negativamente, por agentes externos, como el contexto social, la familia, la influencia del público que, en el caso del fútbol es bastante enérgico, incluso el tema de los compañeros de equipo.
“Esto puede afectar al concepto de idealización que si no es trabajado correctamente, pues hace más vulnerable al deportista a pasar por diversas respuestas emocionales, dentro de ellas la depresión, pero no es la única”, explica el experto.
No hay que malentender esta situación y recargarle la responsabilidad de este tipo de situaciones a los propios jugadores, pues, como señalamos, existen factores externos que pueden incrementar el riesgo de que la salud mental sea afectada.
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La toxicidad en redes
Una de estas, y tal vez la que está de moda, es el efecto de las redes sociales y pongamos otro ejemplo para poder entender esto. Jeriel de Santis, un joven delantero que fichó por Alianza Lima ante la emergencia en los delanteros, no ha tenido los resultados inmediatos que muchos hinchas han idealizado.
¿El resultado? Cientos de hinchas en las redes sociales increpando al delantero de 21 años, cuestionando su fichaje con insultos de grueso calibre, instándolo incluso a dejar el fútbol. Los efectos han sido negativos, tanto que tras una asistencia que realizó, lanzó un grito de desahogo hacia las tribunas, llegando a las lágrimas. ¿Hay una mella en su salud mental a estas alturas?
Claramente sí, y esto puede causar seguidamente una ansiedad por buenos resultados que, si siguen son llegar, causarán que la frustración aumenten, así como las críticas y al final tenemos in innecesario escenario en el que todo está contra el futbolista.
Algo que recomienda el doctor Ungaro en esta situación es tener una desconexión de las redes sociales, tan tóxicas muchas veces, en caso se esté atravesando una situación de estas.
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“Si el deportista, todo su universo, es el deporte, es como que no tienen la posibilidad de darle pausa, ¿no es cierto?, a su vida con otras actividades no deportivas que le permitan tener ese respiro, esa pausa, que le puede ayudar a mejorar en su rendimiento en el deporte”, indica el experto.
“Dicho de otra manera, si yo todo el tiempo estoy siendo competitivo y todo el tiempo hablo de deporte en todos los espacios, con mi pareja, con la familia, en las redes sociales, ¿en qué momento descanso para recuperarme? Entonces, un deportista tiene que también aprender a desconectarse”, recomienda Ungaro.

Trabajo físico y mental
Teniendo en cuenta este tipo de circunstancias a las que se podría enfrentar cualquier deportista, la pregunta en consecuencia es: ¿Cómo evitar que estas situaciones afecten a los jugadores en su salud mental?
Ungaro nos da tres palabras claves: “gestión del éxito”. Esto en base a una formación integral del deportista, que no solo debería enfocarse en lo físico, pues el tema psicológico es tan importante como el anterior. Y es que no solo una oleada de hinchas despotricando contra un jugador puede afectar su salud mental, como mencionamos antes, la lista es amplia. Hay que preparar al jugador para distintos escenarios en su carrera como deportista profesional.
“Los deportistas también tiene vulnerabilidades que son de índole personal y no necesariamente de la vida profesional. Factores que son ajenos al deporte terminan expresándose como factores de riesgo para diversas condiciones emocionales en el deporte”, señala Ungaro.
“El deporte puede funcionar como un activador de los problemas que no son del deporte, pero que el deportista, como lo que hace es deporte en todos los contextos, entiende que la manera en que expresa esas situaciones de vulnerabilidad no deportivas las tiene que hacer en el deporte”, añade.
“Si yo tengo dificultades en mis relaciones personales, con mi familia, con mis hijos, económicas, el contexto en el cual yo me desenvuelvo es el deporte, entonces lo que voy a hacer es que todo el mundo pueda ver esta vulnerabilidad a través del deporte porque no tengo otras formas de regular mi estado anímico o mis pretensiones de desarrollo profesional que no sea el deporte”, indica además.
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Una falta de adaptación emocional puede desencadenar condiciones como depresión o ansiedad, si es que este tipo de afecciones a la salud mental no se trabajan de la mejor manera. Algo que hoy en día es más visible, pues el tema de la salud mental ha entrado a la palestra hoy día más que nunca luego de que la pandemia nos hiciera notar que habían muchos problemas en este aspecto de la sociedad.
Hay que tener en cuenta que la gestión del éxito abarca otro tema fundamental: la tolerancia al fracaso. “Lo divertido del deporte es justamente eso, que no sabemos qué va a pasar. Si supiéramos qué va a pasar y todos fuéramos campeones, no sería divertido arriesgarse”, indica el especialista. Esto, claramente está supeditado a que hay una probabilidad, en mayor o menor medida, que no haya éxito en, digamos, un encuentro deportivo.
“Entonces, la gestión del éxito es saber que siempre está la posibilidad de perder. Por más que el rival sea accesible, flojo, no sé cómo denominarlo, ¿no es cierto? Está la posibilidad de perder”, enfatiza Ungaro.
Trabajar, de parte de cada jugador, cómo enfrentar los escenarios negativos, con ayuda del club o la entidad a la que representa, debe ser un tema en el que debe trabajarse mucho, más cuando la presión de ganar es mayúscula y no se alcanzan los objetivos, tanto a nivel individual como de equipo. Fortalecer la salud mental es un trabajo de todos, pero, ¿qué hay con los de la vereda del frente?

Hinchadas responsables
El psicólogo asegura que el público en un encuentro de fútbol puede tener un efecto negativo o positivo en los deportistas. Y es que actividades como el fútbol son muy emocionales, pero que el punto de la salud mental en los jugadores se debe enfocar en los propios jugadores y no en las hinchadas, tal caso debe ser tratado por la psicología social.
“El deportista es un generador de emociones, tiene esa capacidad con su comportamiento y debe procurar al máximo gestionarlo para no contaminarse con otras emociones como, por ejemplo, la dependencia al público. Hay jugadores que todo el tiempo están en tensión con el público o los llegan a enfrentar. La gestión de emociones es importante”, señala Ungaro.
Si bien se podría, de alguna manera, “educar” a los hinchas para no responder negativamente en contra de los jugadores, como se ve en deportes como el tenis, el fútbol, de por sí, es mucho más emocional que el deporte de las raquetas, por lo que es mucho más complicado tratar de afrontar el tema desde el punto de vista colectivo.
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“Entonces, la idea no es necesariamente trabajar con el público. Tendríamos que hablar de otra área de desarrollo, probablemente más de la psicología social que de la psicología deportiva”, aclara Ungaro.
Y ahora, los comportamientos tóxicos no se limitan, en tiempos modernos, a la reacción de la tribuna durante o tras un encuentro. Las redes sociales extienden el nivel de ‘toxicidad’ de las hinchadas, dilatando el tiempo que dura la exposición a estas reacciones negativas que podría tener un equipo o un jugador individualmente.
“Hay un punto interesante sobre el propio deporte, va a disfrutarlo desde la comprensión, no va a disfrutarlo desde la emoción. Entonces, ¿qué hacemos con el deportista? Bueno, el deportista nuevamente, discúlpenme la insistencia, tiene que estar preparado para esa gestión”, señala el especialista.
El consejo, en este aspecto, es el mismo de líneas arriba en relación a las redes sociales. Liberarse de estas cuando se atraviesa un momento complicado puede ser determinante en la protección de la salud mental de los futbolistas que no tengan entrenada la gestión de emociones de una manera adecuada, o que sienta que estas actitudes están generando un impacto negativo en la misma.

Tomemos consciencia
Esto no exime, a los hinchas leales y emocionales, de ser un factor que puede afectar la salud mental de uno de sus propios jugadores. Y es que ciertos reclamos pueden exceder lo deportivo y llevarlo a un terreno personal, que puede llevar al acoso mediático. Lo vimos con el tema de Juan Reynoso, cuando los insultos y reclamos trascendieron a sus familiares, similar situación viven algunos jugadores tras ciertos encuentros deportivos en los que las cosas no salen bien.
Es preciso saber, como público, cuáles son los límites entre lo deportivo y lo personal. Los jugadores, si bien tienen responsabilidad de proteger su salud mental gestionando sus emociones y el fracaso en el ámbito deportivo, nosotros tenemos un rol fundamental en la ecuación del deporte. El acoso mediático es una actividad tóxica y, en casos extremos, un delito.
Volviendo al primer planteamiento, recordemos que los deportistas son seres humanos, que pueden ser afectados por la catarata de emociones que a los hinchas les impacta, positiva o negativamente, dependiendo de las circunstancias, pero eso no da derecho a extralimitarnos en las críticas o insultos, tanto en la cancha como en las redes.
La responsabilidad está también en nuestra cancha y podemos elegir, claramente. Y tú, ¿qué tipo de hincha quieres ser?
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