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Vanessa Terkes: “No tengo miedo a aventurarme, hoy me puedo equivocar más”
La última vez que hizo teatro fue durante su estancia en México. Vuelve con la comedia ‘Los vecinos de arriba’. Perú21 entrevistó a la actriz Vanessa Terkes.
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Bajó del taxi que abordó en el aeropuerto y en su cartera solo le quedaban 30 dólares. Llegó a México con 100 billetes verdes, pero por su inexperiencia pagó 70 dólares para dejar el terminal aéreo. Dinero que solo le alcanzaba para una noche de hotel. Entabló amistad con el botones y compraron un periódico para buscar trabajo. Dieron las seis de la tarde y en ningún lugar aceptaban a una actriz peruana indocumentada. Él la esperaba en la otra acera de la que ella llama la avenida más larga del mundo. Salía de su última entrevista. Mientras le hacía el gesto, a la distancia, de que no la habían aceptado, una chica le tocó el hombro. “Mañana empiezas”, le dijo casi al oído. La familia del dueño del restaurante al que postuló había escuchado su caso y decidieron, finalmente, ayudarla para que trabaje como recepcionista. El botones, con esposa e hijos, la hospedó en su casa por una semana. “Fue Dios”, me dice y suelta una sonrisa inocente.
Durante aquella estadía en México fue la última vez que hizo teatro. Y ahora vuelve con la obra Los vecinos de arriba, del español Cesc Gay, comedia dirigida por Daniela Lanzara. Va del 7 al 17 de julio, de jueves a domingo a las 8:00 p.m., en el Nuevo Teatro Julieta (Pasaje Porta 132, Miraflores). Las entradas en Joinnus.
Su madre era la chica de plata, la que los llevaba al Regatas, quien vivía en Surco y era modelo, de ascendencia italiana. Con su padre iban a los agachaditos del Centro de Lima, donde vivía su abuela, de ascendentes croatas; él tuvo dos carreras: Administración y Derecho, pero se dedicó a vender reses. Falleció de un derrame cerebral cuando Vanessa tenía 12 años. Es la mayor de cuatro hermanos, pero le digo que parece la menor. “Debe ser porque soy alegre, no me tomo la vida tan en serio”, me dice y suelta una sonrisa pícara.
Vanessa Terkes enciende un cigarro, buscamos dos sillas y nos sentamos casi en medio de la cochera de la radio local donde trabaja como locutora.
-¿Cómo influyó la temprana partida de tu padre?
Hasta hoy siento que me ve. De niña, no hacía cosas malas porque sabía que me estaba mirando; además, se va un día después de que me había peleado con él por unas zapatillas que había ensuciado. Entonces, me quedé con el rollo de no fallarle una vez más.
-¿Y lo cumpliste?
Sí. Siempre he tenido claro el camino que me mostró mi papá, el camino del bien.
-¿Cuál es el camino correcto?
No hacerle daño a nadie, tratar de conseguir las cosas por nuestro esfuerzo, compartir.
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-Fuiste madre a los 18 años. ¿Eso le pudo molestar un poco?
Mi mamá me dijo: “Haz lo que quieras cuando tengas 18 años” (sonríe). Yo ya trabajaba a los 18. Tras la pérdida de mi papá, desde muy chiquilla empiezo a trabajar. Había que ayudar a mi mamá. Empecé a trabajar en un nido, después en Burger King y luego en Café Café, que es donde me llaman para mi primer casting, cuando tenía 16 años.
-¿No te preocupó lo que pensaría tu padre?
Siempre pensé que mi hija era una bendición, que íbamos a aprender juntas. Y hoy somos súper buenas amigas; ya voló, ya tiene 24 años, vive en Nueva York, trabaja allá. Ella estudió Arte.
-¿Tu madre cómo recibió la noticia de que serías madre?
Yo fui a contarle porque ya no vivía con ella.
-En los 90 todavía sería difícil mudarse con tu pareja a los 18 y tener una hija, ¿no?
Pero la vida es difícil. Estoy acostumbrada a las cosas difíciles (ríe).
-¿Eres osada o impulsiva?
A esa edad, de pronto, era más impulsiva. Y la verdad es que siempre he sido osada. Si no, no me hubiera ido con 100 dólares a México.
-¿Por qué lo hiciste?
Mi hija estaba en un colegio religioso y yo no tenía cómo explicarle que salía desnuda en una película para poder darle de comer. Tuve que buscar nuevos caminos.
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-¿No tienes miedos?
El COVID me ha hecho tenerle miedo a perder a mi familia. Pero miedo se tiene para hacer las cosas que no están bien.
-Pero también se puede tener miedo al error.
Si no te equivocas, nunca vas a ver si te fue bien.
-¿En qué has fallado?
Se me ha quemado el arroz, por ejemplo (ríe a carcajadas). No me gusta hablar de los fallos, porque tengo memoria selectiva.
-También se dice que quien no recuerda su pasado, repite los mismos errores.
Me acuerdo lo suficiente (risas).
-¿Y en qué has acertado?
Creo que en dedicarme al arte. Aunque he querido ser chef y abogada, y estoy pensando estudiar. No le tengo miedo a aventurarme. Estoy aprendiendo inglés, quiero aprender quechua, estoy aprendiendo lenguaje de señas. Hoy me puedo equivocar más, ya puedo intentarlo sin miedo al error, porque eso nos lleva a las grandes cosas. Con esos 100 dólares en México me metí de mesera, me fui a castings; pasó un año y me llamaron para uno y la primera cosa que hice logró los Premios TV y Novelas a Mejor Serie, que fue El Pantera.
-En la obra ‘Los vecinos de arriba’ hay dos parejas: una liberal y otra convencional. ¿En qué eres liberal?
El amor es libre y cada quien tiene derecho a amar a quien mejor le parezca. Cuestionamos a los demás, en lugar de cuestionarnos.
-.¿Y en qué eres tradicional?
Todavía soy la típica mujer romántica que le gusta que le abran la puerta, que me lleven el desayuno a la cama, pasar una noche romántica con una copa de vino y una buena conversación.
-Pensaría que en líneas generales eres más liberal...
Soy una persona que en el 99% de mi vida he sido feliz; soy una persona que aprende, enseña, que no se queda sentada esperando que le caigan las cosas, voy en busca de las cosas aunque me pueda equivocar.
AUTOFICHA:
- “Soy Vanessa Cvjetka Terkes Rachitoff. Tengo 44 años. Nací en Lima. Estuve en el Centro de Educación Artística de Televisa. En actuación he hecho novelas, cine, teatro. Ahora no tengo en mente volver a México, porque todavía tengo a mi bebé Corazón Terco”.
- “Corazón Terco es una asociación sin fines de lucro, a mucha gente le damos la mano en sus emprendimientos, en sus enfermedades, con sus adultos mayores, con sus ollas comunes, con diferentes cosas. Corazón Terco debe tener unos tres años de instituido”.
- “Estoy en Radio Panamericana de 9:00 a.m. a 12:00 m., de lunes a sábado. El programa se llama Splash. Arranco una película en Perú y en octubre haré un par de pilotos para Netflix. En la pandemia siempre he estado activa con la radio y los temas sociales. Y me gustaría montar en 2023 una obra sobre el bullying”.
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