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Mariana Costa, la peruana maravilla que brilla en el mundo [ENTREVISTA]
Es una de las protagonistas de Mujeres Maravilla del Mundo, la antología de la mítica editorial estadounidense DC Comics. También figuran Beyoncé, Greta Thunberg y Malala Yousafzai. Perú21 entrevistó a Mariana Costa, la fundadora de Laboratoria.
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Me dice que Lila podría ser una mujer maravilla. Curiosa. Rompió esquemas. Adelantada a su tiempo. Vivió fuera del Perú y sola, en Estados Unidos de los años 40, en un contexto de muchas más limitaciones para las mujeres. Se divorció en los 50. Se casó por tercera vez a sus 60 años, porque enviudó. Siempre creyó en sus nietos y apostó por Mariana. “Tenía más confianza en mí que yo misma”, me dice sobre su abuela, que falleció a los 96 años.
Y la Mujer Maravilla es la figura de la portada de Mujeres Maravilla del Mundo (Wonderful Women of the World), la antología de la mítica editorial estadounidense DC Comics, que es parte de un proyecto que destaca la constancia de las mujeres en fomentar el bienestar común. Mariana Costa es una de las protagonistas al lado de 23 figuras, como la cantante Beyoncé y las activistas Greta Thunberg y Malala Yousafzai. “Mi abuela nos enseñó a llevar una vida fiel a sus principios y a buscar la felicidad por encima de las cosas que te impone la sociedad”, agrega la fundadora de Laboratoria, la organización sin fines de lucro que forma a mujeres que quieren aprender y trabajar en tecnología. Emprendimiento que comenzó hace siete años, siendo hija, y ahora celebra el tiempo transcurrido y los reconocimientos en espera de su tercer hijo.
¿Cuánto heredó Mariana de Lila? La valentía de proponerse vivir la vida que quería. Enfrentar lo incierto y lo ajeno.
-¿Alguna vez quisiste ser como la Mujer Maravilla?
(Risas). Nunca me imaginé que tendría la oportunidad de estar representada en este grupo de mujeres.
-¿Pero cuando eras niña, como quién querías ser?
Creo que cuando era niña, no había ese tipo de referentes. No tengo tantas referencias de superheroínas en mi infancia. Yo creo que quería ser dentista. Hoy sí hay referentes, cuentos lindísimos que le leo a mi hija, de historias de mujeres que han hecho grandes cosas. Pero sí fui una niña soñadora y con ganas de hacer cosas.
-¿Con qué soñabas?
En mi adolescencia tardía o adultez temprana, sabía que quería ser algo vinculado al mundo del impacto social, y algo vinculado a mi país también. A los 18 años me fui a vivir afuera y siento que ese compromiso con mi país se solidificó mucho.
-¿Hubo un episodio que despertó en ti esa dedicación por hacer algo por el Perú?
Fue algo que se fue construyendo a lo largo de mi vida. Pero sí me remonto mucho a todos los años que pasé lejos del Perú. Cuando uno se aleja de su lugar, uno también descubre cuáles son las cosas que te unen y qué es lo que quieres. En esos nueve años que pasé fuera extrañé muchas cosas de mi país. Por otro lado, aprendí de cómo funciona el mundo.
-¿Qué extrañabas?
Pucha, todo (ríe). No sé, la cercanía de la gente, las ganas de salir adelante a pesar de los retos inmensos; extrañaba mi ciudad, el mar. Pero a lo lejos también se ve con ojos más críticos lo que no funciona.
-¿Qué falta que funcione hoy en el Perú?
La lista es larga. No podemos dejar de reconocer el progreso importante que ha habido; también al vivir en un mundo más interconectado, donde estamos más cerca de otras realidades, nuestras brechas son más evidentes. La primera que tengo en mente es cuál es esa visión de país que queremos para el futuro. Que sea una mirada que nos una vengamos de donde vengamos, creamos en lo que creamos. Tener una visión de país compartida. También nos faltan avances en calidad educativa, salud, institucionalidad.
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-¿Hoy te sientes una mujer que cambia el mundo?
(Se queda en silencio unos segundos). No sé. No me gusta ser pretenciosa y esas palabras suenan muy grandes. Todas las personas influimos en el mundo de alguna manera, nadie cambia el mundo solo. Yo diría que soy una mujer que ha apostado en cambiar mi entorno, que es lo que hemos construido con Laboratoria. Soy orientada a la acción, como todos los emprendedores; creo que lo que nos une es que hay problemas a nuestro alrededor y no todos podemos esperar que los resuelva alguien más, sino que podemos empezar hoy a construir soluciones y crear cosas nuevas donde antes no había.
-¿Cómo sumar para cambiar nuestro entorno?
Todas las personas tenemos la posibilidad de ser agentes de cambio positivo en la sociedad, desde la acción más pequeña como puede ser reciclar los residuos de mi casa hasta liderar una empresa gigantesca o lanzarte a un cargo público. De lo chiquito a lo grande. Las realidades las cambian las personas que creen que las cosas pueden ser mejores y que saben que pueden ser parte activa de hacerlas mejor.
-Hasta el momento, ¿cuál podría ser el balance de lo logrado con Laboratoria en la inclusión de más mujeres en la tecnología?
Podemos sentirnos súper orgullosas. Cuando empezamos Laboratoria, realmente había muy poquitas mujeres diseñando y construyendo tecnología; era un espacio de estereotipos de género bien marcados. Las mujeres nos estábamos quedando fuera de un campo que representa futuro, que ha transformado profundamente todos los ámbitos de nuestras vidas. Ahí hemos jugado un rol importante al ser una organización que ha contribuido a romper esos paradigmas, y demostrar que el sector de la tecnología es un sector súper atractivo para las mujeres, que se necesita nuestra mirada. Es un círculo virtuoso, porque en el momento en que se empiezan a romper esos estereotipos y empiezan a entrar más mujeres a carreras de tecnología, se empiezan a generar nuevos referentes. Cada egresada de Laboratoria se convierte en un referente.
-¿Se podría decir que la mujer aporta de una manera particular?
La suma está justamente en la diversidad. Cuando solo tienes una mirada, te pierdes de diseñar la tecnología desde otras perspectivas. No se trata de que los hombres son mejores o que las mujeres son mejores. El beneficio está en tener un ecosistema diverso, y no solo a nivel de género. La diversidad que hay en la sociedad deberíamos aspirar a reflejarla en los equipos detrás también.
-Gestas Laboratoria hace siete años y hoy esperas a tu tercer hijo. Ambos procesos casi están yendo de la mano.
La vida es así, se van mezclando las etapas de la vida. Es difícil separar lo profesional de lo personal. Es una montaña intensa de emociones. Son dos partes de mi vida que se han complementado, y hoy me hacen quien soy.
-¿Qué te enseña ser madre?
De paciencia, de cariño, de resiliencia, de amor, de intentar dar el ejemplo, de intentar ser siempre mejor. Los hijos son una motivación muy grande para darles la mejor versión de nosotros, una aspiración continua a lo largo de la vida.
-Y lo dice alguien que se ha preparado profesionalmente en distintas partes del mundo. A veces se llega a creer que estudiando mucho se sabe todo.
No hay título que te prepare para ser madre (ríe).
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AUTOFICHA:
- “Mi nombre completo es Mariana Costa Checa. Tengo 35 años. Nací en Lima. Acabé el colegio y estudié Relaciones Internacionales en Inglaterra. Luego hice una maestría en Administración Pública y Desarrollo en Estados Unidos”.
- “En Laboratoria se vienen varias cosas emocionantes. Queremos seguir creciendo. La pandemia, a pesar de sus dificultades, también nos trajo una nueva realidad remota que nos ha abierto un montón de oportunidades de llegar a más mujeres en más lugares”.
- “Queremos consolidarnos como el lugar que acompañe a cientos de miles de mujeres que quieran comenzar y desarrollar carreras en el mundo de la tecnología. Actualmente, estamos en Perú, B rasil, Chile, México y Colombia. También vamos a hacer un primer programa para llegar a mujeres en Ecuador”.
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