Parada bajo el umbral de la puerta, tenía al frente a 62 estudiantes de quinto de secundaria. Muchos eran hasta 30 centímetros más altos que ella y desde esa distancia le dirigían miradas de desconfianza. Empezaba la segunda mitad del año, tenía 23 años y aquella mañana comenzaba su primer trabajo formal como profesora de Ciencias Sociales.

Frente a ese reto inicial, el primer objetivo era captar la atención. Aleyda Leyva lleva 15 años enseñando con la tecnología como aliado. Ha logrado que sus alumnos se conviertan en booktubers, sean creadores de películas con un smartphone, que usen la técnica del stop motion o que construyan museos virtuales. Por todo ello acaba de ser incluida entre los 50 mejores profesores del mundo. Hay que anotar que la profesora chiclayana se ha capacitado, constantemente y sin costo, dentro del programa global Educación Digital de la Fundación Telefónica.

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La sétima edición del concurso continúa. De 8 mil candidaturas de 121 países, un experto en educación del Perú, que se mantiene en el anonimato, nominó a un docente, tras lo cual Leyva fue invitada a presentar su candidatura y ahora es la única peruana del Top 50 Global Teacher Prize 2021 de la Fundación Varkey. Se viene la elección del Top 10, del que sale un maestro premiado con un millón de dólares para invertir en una propuesta educativa. En noviembre próximo de sabrá quién gana.

Su padre tuvo un sueño antes de que ella naciera y sin saber que sería mujer. En el sueño, él estaba en una embarcación con una niñita. La nave se llamaba Amakara. Y nació una niña, a la que llamó Aleyda Amakara. Quizás le puso ese nombre para que su hija sea como un barco que navega por distintas aguas llevando conocimiento.


-¿La pandemia afianzó su relación con la tecnología?

Tengo 15 años de carrera, de los cuales hace 13 años empecé a implementar la tecnología. Ya tengo 10 premios en innovación educativa, dentro y fuera del Perú. En Perú tengo tres premios de Fundación Telefónica. Entonces, hace mucho que descubrí a la tecnología como una aliada, pero no como el centro del proceso de aprendizaje, porque el centro son los estudiantes, para que usen esta tecnología, para desarrollar propuestas de mejora en la comunidad y autodescubrirse; así mis estudiantes se han convertido en científicos, diseñadores de modas, ingenieros, reporteros. Muchos ya egresan en aquellas carreras que descubrieron a partir de los proyectos.


-¿Cuando empezó con la tecnología más de uno la miró con desconfianza?

No ha sido fácil, pero tuve la suerte que desde el inicio estuve en instituciones donde la innovación se promueve. El uso de las tecnologías se tiene que socializar, compartir. Y otra cosa, no se trata de usar la tecnología para repetir lo mismo. Cuando se usa la tecnología para generar productos que evidencien los verdaderos aprendizajes, desarrollo de competencias y que ayudan a la comunidad es cuando se va perdiendo la desconfianza y van descubriendo el valor que tiene.


-Y usted apuesta por elementos que tienen que ver con la cultura; es decir, desarrolla proyectos para que sus alumnos sean booktubers, graben películas, realicen museos virtuales.

Cuando diseño un proyecto tengo tres aspectos a tomar en cuenta: lo curricular; las necesidades inmediatas de mis estudiantes, que podrían ser problemas de autoestima, alimentación, socialización; y el tercer aspecto es el tema de comunidad; en este último aspecto descubro que uno de los pasos que necesitamos para aprender a vivir sin que sea porque la ley nos dice ‘haz esto’ es el descubrirnos a nosotros como comunidad, y dentro de eso viene el proceso identitario, donde la identidad hace que nos descubramos como un solo pueblo, uno que comparte objetivos. La preservación del patrimonio no solo debe ser justificado en que es historia, sino también en la mejoría de la calidad de vida de las familias. Se busca también que los estudiantes comprendan que conservar patrimonio está relacionado no solo con la identidad sino también con la mejora de las condiciones de vida familiar, mediante, por ejemplo, el turismo y actividades económicas.

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-Me parece brillante que en el colegio se impulse la idea de ser booktuber o incluso hacer películas.

Debo aclarar que no hago todo yo sola. Entre varios colegas contribuimos. Los museos virtuales me permiten que con la excusa de construirlos mis estudiantes hacen investigación histórica, inferencia histórica, comparación histórica, pensamiento crítico.


-¿Aleyda, en qué época le tocó ser estudiante?

Yo padezco de artritis reumatoidea juvenil desde los seis años y medio. Tu propio cuerpo te ataca, tengo artritis en cada una de las articulaciones. A esa edad no había diagnóstico para niños. Mi caso fue visto en un congreso iberoamericano. Luego falleció mi papá. Fueron periodos difíciles. En esa realidad el estudio fue un verdadero reto. Con una enfermedad como la mía hay días muy buenos donde puedo salir con tacos y vestido; y hay días muy malos donde mis alumnos me ayudan a subir las escaleras. Tengo esos dos polos. Antes de la pandemia, mis alumnos sabían que si de pronto se me caía el plumón es porque mi mano perdía la energía, y ellos se paraban y me pasaban el plumón. Todo eso lo veo como una oportunidad, porque en la sociedad no se nos enseña a convivir con personas que tienen una discapacidad.


-¿Por qué eligió ser educadora, teniendo la influencia de la madre cocinera y el padre que administraba un restaurante?

Desde pequeña tenía este perfil. Era la que juntaba las muñequitas, la que juntaba a los vecinitos para explicarles cómo se sumaba. Terminé la secundaria y tuve claro que quería ser maestra.


-¿Qué implica ser una buena profesora?

El mejor profesor es el que tiene vocación y comprende que su rol es servir, el que conoce a sus estudiantes y conoce a su comunidad, más allá del uso tecnológico y todos los títulos que puedas tener.


AUTOFICHA

- “Aleyda Amakara Leyva Chévez. Nací en Chiclayo, Lambayeque. Tengo 37 años. Estudié Educación, pero mi formación se basa más en el tema de comunidades de aprendizaje. Siempre he participado en los eventos gratuitos de Fundación Telefónica, de Educared”.


- “Empecé a formarme ahí y descubro estas oportunidades de aprendizaje que te da el ciberespacio. Y ahora soy, más bien, tutora virtual de Telefónica. Ahí aprendí y ahí gané mis primeros premios en innovación. A estas alturas debo haber capacitado a más de 2 mil maestros”.


- “Enseño Ciencias Sociales, que involucra Historia, Geografía y Economía. Trabajo en la Institución Educativa Peruano Español. Dicto segundo y tercero de secundaria, pero por metodología todos los docentes participamos en todos los grados según el proyecto. Quiero seguir con mi formación y compartiendo”.


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