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Libido: “Persistimos porque aún hay mucha creatividad”
Una de las bandas más populares del rock peruano lanza un nuevo álbum, el cual fue grabado en formato acústico en vivo en una presentación en el Gran Teatro Nacional. Perú21 entrevistó a Manolo y Salim de Libido.
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Quiso ser sacerdote. Por cinco años fue seminarista en un claustro católico. “Me gustaba la vida sacerdotal”, me dice quien pudo ser el padre Salim Omar Vera Villar. “Ya no soy creyente”, aclara. Cuestionamientos personales sin respuestas pesaron para abandonar aquella decisión. Volvió a Barrios Altos, a su barrio, donde conoció a Toño.
Con 22 años, Salim, Toño Jáuregui y su primo Manolo, que venía de Breña, empezaron a forjar lo que hasta ese momento solo eran conversaciones: crear un grupo de rock. Faltaba una pieza y al primero que convocaron fue a Jeffry Fischman, que venía de San Isidro. “Hubo química”, me dice Manolo Hidalgo, el guitarrista de la banda y uno de los sobrevivientes de la formación original, junto a Salim.
Han pasado 26 años desde que crearon Libido y estrenan su álbum número once: el primer volumen de Libido Acústico en el Gran Teatro Nacional, que recoge su presentación en el primer escenario del Perú, que incluye canciones como “En esta habitación” y “Frágil”, con las que alcanzaron cúspides en las radios y cadenas como MTV. Disco que llega en medio de la reactivación del grupo que el fin de semana pasado dio cuatro conciertos, un ritmo que sostiene, incluso, desde antes de la pandemia.
Es ingeniero industrial y dirige una empresa de una corporación. ¿Se puede ser ejecutivo y músico? En el avión viajaban un equipo de fútbol y Manolo. La banda ya había partido a Ayacucho. Pero la nave no pudo aterrizar y retornó a Lima. Salió raudo y en la puerta del terminal aéreo preguntó: “¿Quién me lleva a Ayacucho?”. Los taxistas lo miraron con cara de “está loco”, pero uno dijo “yo te llevo”. Le cobró mil soles. Llegaron a la altura y el conductor sufrió soroche: diarrea y vómitos. Manolo tomó el control y manejó hasta Ayacucho. Llegaron a las 3 de la mañana, cuando Libido ya había empezado a tocar. Subió en la tercera canción. ¿Se puede ser ejecutivo y músico? Manolo dice que sí.
-Este nuevo álbum es el registro del Libido prepandemia. ¿Cómo era el grupo entonces?
Manolo (M): Ha habido Libido en varias formas en el tiempo. Antes de la pandemia era un Libido con un sonido que ya se estaba manteniendo en el tiempo. El 2019 fue muy bueno porque tuvimos más conciertos que los años anteriores. Año a año hemos crecido en número de conciertos. Hemos sacado discos con canciones nuevas como el EP Amar o matar. Antes de la pandemia queríamos hacer un nuevo acústico y justo alguien nos contrató para el Gran Teatro Nacional. Fue distinto a nuestro acústico de 2004, donde las canciones no las trabajamos tanto para ese formato.
-El acústico de 2004 tenía la formación original, estaban en una cima.
Salim (S): Claro, estábamos con Jeffry y Toño, y el Libido de esa época venía tras el éxito del disco Hembra.
(M): Pero hoy estamos tocando mucho, tenemos una racha buena pospandemia.
-¿Hay un Libido pospandemia?
(S): Somos más maduros, más profesionales, más íntegros, más sólidos, más contundentes. La banda actual es bastante superior al del pasado.
-El bajista que tenían dejó el grupo, ¿no?
(S): Juan Pablo del Águila, después de casi 10 años con nosotros, se retiró porque quiere continuar con sus proyectos.
-¿Ya tiene reemplazo?
(S): Ahora tenemos a Drea, una chica. Debutará el 6 de mayo en Trujillo. Es súper talentosa; además, canta.
-¿Querían que una mujer vaya al bajo o fue casual?
(S): Simplemente estábamos buscando un (o una) bajista, y nos dijeron que Drea podía cumplir muy bien y la llamamos. Ensayamos, rápidamente se había sacado los temas y nos quedamos sorprendidos de su capacidad técnica.
(M): Justo tocamos en Yield Bar hace un mes y ella tocaba con Indigo y la pudimos ver, y nos gustó como bajista.
-Por lo que me dicen, ella es menor de 30 años y eso me hace pensar en la influencia de Libido en una o más generaciones.
(S): Siempre nos dicen que han aprendido a tocar la guitarra con las canciones de Libido, que se han influenciado. Ayer tuvimos un show donde subimos a un niño de 14 años con su guitarra, que se toca todos los temas de Libido, y tocó con nosotros. La gente nos aprecia bastante, hay respeto. Parece que nos hemos convertido en una especie de leyenda sin pensar mucho en eso.
-Se conocieron en Barrios Altos. ¿En esos años fantaseaban con la idea de ser rockstars?
(M): Era más hacer música.
-Salim, ¿pero un frontman tal vez sí tiene esa fantasía de ser un rockstar?
(S): Ah bueno, sí, claro, yo la tengo, obviamente. Yo siempre he querido ser un rockstar, siempre y considero que quizás lo soy. Sí he querido ser lo que soy ahora. No tengo ningún complejo ni prejuicio al respecto. Me encanta lo que hago, amo cantar, amo subirme al escenario, amo conquistar corazones, mentes, lograr emociones, amo hacer que la gente cante las canciones de la banda. Es así de radical y frontal. Hay que disfrutar lo que uno es, hay que amar lo que uno hace y es.
-¿Por qué Libido se resiste al tiempo y a los cambios?
(M): Más que resistir, es una forma de vivir.
-Salim, podrías haber hecho una carrera de solista.
(S): (Ríe). No, ser solista en este país cuesta mucho dinero. Tener una sociedad es mucho más económico. Me gusta más la idea de una banda. Hemos persistido porque todavía tenemos mucha creatividad.
-Jeffry me dijo en 2020 que Libido no había “logrado el nivel” de los primeros discos. Pero Amar o matar me parece incluso mejor que los anteriores.
(S): Libido no es una banda que esté condenada a que cada creación tenga que ser como “Sed”, “Como un perro”, “En esta habitación”. No podemos repetir una fórmula. Estás hablando con exploradores musicales; nosotros no nos estancamos.
(M): Ningún disco de Libido es similar al otro.
(S): Si las radios agarrasen una canción del Amar o matar y le dieran todos los días como lo hacían antes, sería un éxito a nivel masivo.
-Amar o matar se adapta muy bien a su tiempo.
(M): Es un poco el producto de ser banda.
-¿Qué Libido quieren ser?
(M): Este disco acústico del Gran Teatro Nacional es parte de lo que queremos seguir haciendo.
(S): Como para julio tendremos una sorpresita, una canción nueva.
-¿Se sienten como hace 26 años?
(M): Las ganas de tocar están intactas. Es parte de uno seguir creando.
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AUTOFICHAS:
- “Soy Víctor Manuel Hidalgo Tarazona. Tengo 51 años. Nací en Jesús María. Soy ingeniero industrial y tengo una maestría en Negocios, que ejerzo hasta el día de hoy. Trabajo para una empresa de la corporación Belcorp, dirijo la empresa”.
- “Siempre me gustó la música, pero para aprender guitarra hubo una canción que me atrapó: ‘Escalera al cielo’ de Led Zeppelin; un vecino la tocaba en la puerta de su casa. Tenía 8 años, mi papá me compró una guitarra y le toqué la puerta para que me enseñe la canción”.
- “Soy Salim Omar Vera Villar. Tengo 52 años. Nací en el Callao, donde viví hasta los 4 años, de ahí me fui a Chorrillos y luego a Barrios Altos. Acabé el colegio y estudié Diseño un tiempo y posteriormente entré a la vida religiosa”.
- “Hemos publicado los discos Libido, Hembra, Pop porn, Un día nuevo, Rarezas, Lo último que hablé ayer, Acústica, Amar o matar, Sesión en vivo 2014 y Corazones blancos. Estuve en Royalvalet y tengo un proyecto paralelo que se llama Coral”.
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