Armando Andrade, comisario del pabellón peruano en la Bienal de Venecia 2024. (Foto: Javier Zapata).
Armando Andrade, comisario del pabellón peruano en la Bienal de Venecia 2024. (Foto: Javier Zapata).

Acabó el colegio, intentó varios caminos, pero todos lo llevaron al arte y los forjó en su andar. Un autodidacta. “La praxis ha sido la escuela”, me dice.

es el comisario del pabellón peruano en la Bienal de Venecia 2024, que se realizará entre abril y noviembre. Es coleccionista a tiempo completo; artista en silencio: crea, pero no expone desde 1992; diseñador, publicista y fundador del emblemático Studio A; gestor cultural desde la dirección en instituciones como el MALI, el Jardín Botánico de Lima; y miembro del comité de adquisiciones de arte latinoamericano del MoMA-The Museum of Modern Art.

Derecho, diseño, Bellas Artes, dibujo, ilustración fueron algunos de los caminos por donde transitó. Y en su andar se entregó, sobre todo, a leer, viajar y mirar.

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¿Cómo llega el Perú a la bienal?

Es una bienal muy distinta a las últimas diez bienales, por una razón sencilla: por primera vez hay un curador latinoamericano curando la Bienal de Venecia, que no ha sido así en la historia de más de 100 años de la bienal. Y para el Perú es un año histórico, por una razón sencilla: hay ocho artistas peruanos participando. Nunca hemos tenido una cosa similar. Es histórica también por la calidad de los artistas que han decidido invitar y por la importancia de las regiones, han invitado artistas de la costa, sierra y selva. El curador principal, Adriano Pedrosa, ha hecho una invitación a Sabogal, que recorre el Perú; Julia Codesido, una artista ligada a la artesanía; Elena Izcue, hablando del diseño; la artista Violeta Quispe que viene de Sarhua y Santiago y Rember Yahuarcani, dos artistas de la selva.

¿Por qué se dio así?

Doce años consecutivos de participación en la bienal y el trabajo que viene haciendo el MALI en la presencia del arte peruano en el mundo son cosas que han ido calando; el Perú ha comenzado a enseñar su cultura y diversidad. Es producto de eso. Me queda claro también que está todo este proceso de la descolonización y que se acepten miradas… La mirada al África es hoy en día superimportante, la mirada a Latinoamérica… Y fíjate que la representante de España es una peruana, Sandra Gamarra. O sea, el pabellón español va representado por una artista peruana.

¿Se puede decir que las obras de Sarhua, así como los trabajos de los Yahuarcani están ‘renovando’ la identidad del arte peruano?

Hay una atención inusitada, nueva, distinta, fresca de parte de las galerías internacionales hacia nosotros. Y el segundo tema es que en el Perú estas muestras se han dado recientemente; qué te puedo decir, la primera muestra significativa que yo he visto en mi vida de arte de la selva fue hace 20 años… Hubo un movimiento bien importante: 50, 60, Sabogal, Julia Codesido, Enrique Camino Brent, Alicia Bustamante, que después fue sobrepasado por el movimiento Espacio; y yo creo que eso ha sido retomado de una forma muy distinta hoy día. Y coincidentemente hay cosas como Ruraq Maki, por ejemplo, donde se ha vuelto la mirada a la artesanía, de repente con otro significado; se ha comenzado a tejer maravillosamente mejor, hay más interés por el textil peruano afuera que en el propio país. Estamos remirándonos como individuos, sociedad y país.

¿Qué activó esta ola? ¿La crisis de los 80 y 90?

Hubo movimientos importantes; por ejemplo, el grupo Huayco fue relevante en términos de las cosas que nos puso al frente. Eso lo podría tomar como un buen punto de partida. Lo otro que me parece importante es la nueva dinámica que tomó el MALI, que ha sido los últimos 30 años un motor de la cultura peruana.

Y un boom aparte es el arte Amazónico.

No es nuevo, tiene cientos de años. Y claro, no hay todavía estudios que permitan ligar el arte de la Amazonía con Moche, por ejemplo. Una cosa interesante es que cuando se descubre la Señora de Cao los textiles parecen shipibos. Es un espacio que no está estudiado.

En la gastronomía sabemos que nuestros insumos nos encumbran. En la música ya lo hizo Yma Sumac y el sonido propio. ¿Ese es el camino en las artes visuales o, más bien, hablamos de algo más cosmopolita?

Estamos insertos en el mundo. Pero somos herederos de una cultura visual. Tenemos 2 mil años de riqueza visual, desde el mundo precolombino. ¿Qué cosa más visual que un textil de Huari? ¿Qué cosa más visual que Nasca? Hace 20 años conseguías una tela maravillosa de Sara Flores en 500 soles. Hoy día una tela de Sara Flores vale 80 mil dólares, hoy día a Sara Flores la ve todo el mundo. ¿Te imaginas el efecto?

Que puede ser el caso de Olinda Silvano.

Completamente. Es un caso bien importante. Me hubiera encantado que fuera la persona elegida para representarnos en la bienal, pero quedó segunda de 30 propuestas. Quiere decir que hay un grupo importante de las 13 personas que somos miembros del jurado con un ojo hacia ella y ese tipo de arte.

¿Estar en la gestión cultural es una forma de crear?

Ha sido un proceso de aprendizaje. Aquí no había nadie que tenía esa experticia. Además, son esfuerzos ad honorem, mis 30 años en el MALI son ad honorem, mis 12 años en la bienal son ad honorem y lo hago porque creo que tenemos un país cuya principal riqueza es la cultural. Cada día corregimos los errores, es un proceso transparente, público. Tengo la suerte de que, por lo menos, el mundo comienza a mirarnos de una manera distinta y me siento gratificado por eso.

AUTOFICHA:

-“Soy Armando Andrade de Lucio. Tengo 72 años. Nací en Lima. Fui hijo de una persona que en la reforma agraria tuvo un golpe muy fuerte, y eso replanteó un poco el esquema de mi vida. Pero desde muy temprano tuve una vocación natural hacia el mundo del arte”.

-“La escasez económica que vivió mi familia me reorientó del arte al diseño. Pero nunca me alejé de los pinceles ni del mundo visual. También tengo un trabajo artístico muy marginal. Los últimos 40 años he seguido trabajando, aunque no expongo desde el año 92″.

-“Mantengo Studio A, donde hemos sido como la escuelita en relación con el diseño en el Perú. Ha sido siempre una empresa que ha mirado lo peruano. Y desde el arte he hecho todo un trabajo alrededor de la cultura Nasca. Estoy comprometido con las subastas y tengo una cola interesante de lecturas”.

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