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Profesor hospitalizado termina de corregir los exámenes de sus alumnos y luego fallece
La fotografía muestra a Alejandro sobre la cama del hospital mientras revisa unos exámenes de sus alumnos en la laptop que llevó para mantenerse al día en su trabajo.
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Una fotografía publicada en Facebook por la usuaria Sandra Venegas, se hizo viral en Estados Unidos debido a la conmovedora historia con la que venía acompañada.
Se trata de una imagen en la que aparece su padre, Alejandro Navarro, un profesor de Texas, con una devoción por su trabajo al punto de llevarlo incluso hasta el hospital donde tuvo que ser internado debido a unos problemas del corazón.
La fotografía muestra a Alejandro sobre la cama del hospital mientras revisa unos exámenes de sus alumnos en la laptop que llevó para mantenerse al día en su trabajo.
En la descripción, Sandra revela que su padre sabía que sería hospitalizado, por eso empacó su laptop para seguir trabajando en la sala del nosocomio. Además, cuenta que los doctores le hicieron saber que en cualquier momento tendría que ser intubado, debido a que su corazón parecía estar empeorando.
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El profesor usó sus últimas fuerzas para terminar con sus trabajo y no defraudar a sus alumnos antes que su situación se complicara y finalmente falleciera.
La historia termina con un mensaje de reflexión de Sandra, quien también es profesora, para que todos sepan reconocer el trabajo sacrificado que muchos profesores tienen y más en estos días de pandemia. También hizo un llamado de atención a no sobrecargarse de trabajo y evitar llevar el trabajo a casa, pues lamenta que las últimas horas que pasó con su padre, este estuvo trabajando.
Sin embargo, reconoció y elogió el ejemplo de vocación de servicio que deja su padre con la fotografía que publicó y que sin querer se volvió viral en las redes sociales. Ella también aclara que su padre no falleció por COVID-19, pero que se encontraba trabajando arduamente para que sus alumnos estuvieran al día en sus lecciones.
“La última vez que lo vi fue el lunes, y pasó las dos horas que estuve en su casa trabajando. Ojalá hubiera cerrado su computadora portátil y hubiera disfrutado pasar tiempo con él”, lamenta Sandra.
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