El francés Michel Gomez llegó al Perú hace 42 años. (Foto: Violeta Ayasta / @photo.gec).
El francés Michel Gomez llegó al Perú hace 42 años. (Foto: Violeta Ayasta / @photo.gec).

terminaba sus estudios de agricultura y a la vez se formaba en fotografía. Era 1978 y vivía en Marsella. Ingenuo, un chico desaforado que llevaba el pelo largo, que quería comerse el mundo y viajar para hacer reportajes y documentales. Su edad oscilaba entre los siempre efervescentes 18 y 19, sin imaginar que dos años después viajaría al Perú para hacer un documental en el Manu, en una expedición arqueológica donde conoció al doctor Federico Kauffmann Doig. Sin imaginar que el Perú sería su destino de vida y obra.

Francia volvió a un mundial de . Pero antes se debatió si tenía que ir o no a Argentina 1978. La razón era una duda moral vinculada a los derechos humanos. Se sabía que a dos kilómetros del estadio de River Plate, uno de los escenarios del torneo, se arrestaba, torturaba y mataba a personas. Perú también volvía a un mundial. “Cuando hay fútbol, se olvida todo lo que existe alrededor”, dice sobre el deporte rey y la política, temas que se reúnen en la historia de La pena máxima, filme que revisa, desde la ficción, aquel tiempo. Cinta que obtuvo estímulos del Ministerio de Cultura, basada en el libro del escritor Santiago Roncagliolo y dirigida por Michel Gomez. Se estrena este jueves en todos los cines del país.

La pena máxima se filmó entre fines de junio y el 26 de julio de 2021, en medio de la pandemia y la tensión política por las elecciones presidenciales; en medio de marchas fujimoristas y ronderos que llegaron a Lima para mostrar su adhesión a Pedro Castillo. “La película trata de unos eventos que sucedieron hace más de 40 años, pero pareciera que fuese ayer”, me dice en una videollamada uno de los creadores de Los de arriba y los de abajo, la novela que revolucionó la .

MIRA: Cristián Faúndes, periodista: “La gente se tira piedras en Twitter en vez de conversar en un café”

-¿En qué momento se encuentran 1978 y 2022?

Te diré una frase que me dijo Ismael Contreras. Él es uno de los actores de la película que falleció en enero. Tiene uno de los papeles más importantes. Vio la película cinco días antes de fallecer. Tenía una enfermedad rara en el pulmón. Era mayor y cada vez que filmaba había que bombearle oxígeno. En las lecturas virtuales que hacíamos del guion, él nos dijo que era su última película. Y cinco días antes de fallecer me dijo: “El Perú no aprende de sus errores”. Entonces, parece que es una especie de condena: el Perú está de nuevo fraccionado por temas sociales, políticos. Pero la agitación en los años 70 era diferente a la de ahora; había fuerzas políticas y voluntad política, los chicos hablaban de política, ahora eso no existe.

-¿En el fútbol hay política?

Por supuesto. O ‘no política’. Cuántas veces hemos escuchado: “Uy, aprovecharon el partido para subir el precio del pan y a nadie le interesa”. Por ejemplo, Qatar es a toda luz un mundial comprado. ¿Cuántas personas fallecieron en la construcción de las carreteras?, gente ‘subpagada’, sin seguro ni nada. Y nadie protesta. Creo que los únicos que han protestado son los alemanes, que inclusive estaban viendo la posibilidad de no ir. Ya sabemos que la FIFA es una organización supranacional, está encima de los estados. Y la gente consume cada vez más fútbol.

-Llega al Perú de los años 80, cuando empieza el terrorismo, en el regreso a la democracia y en medio de la explosión de la chicha. ¿Cómo influye en usted ese país?

Mi primer contacto con Sendero fue en el año 82, volviendo de una expedición también en el Manu. Habían alquilado un helicóptero de la FAP, estaba volviendo de Cusco a Lima; y de pronto, el comandante Paz me dice: “Tenemos que recoger una encomienda en Andahuaylas”. Bajamos y subieron como cuatro soldados armados y tres chiquitos con ropa de escolares hipergolpeados, eran de Sendero y eran igualitos a los soldados. Paramos en Ayacucho y los bajaron como bolsas de papa. Luego, del 84 al 86, fui corresponsal de la televisión belga y francesa para todos los eventos de Sendero Luminoso, hicimos un reportaje que fue censurado, que se llama Senderos de Violencia. Se entró en el Frontón antes de que sea destruido. Ese reportaje me trajo muchos problemas.

-¿Por qué se quedó en Perú?

Me iban a expulsar del Perú. Estaba en la misma lista que Sibila Arredondo y Arguedas. Yo conocí al periodista del caso Urresti. Se pensaba que yo era un agente de difusión de Sendero. En ese tiempo también nos dieron generosamente los derechos de Todas las sangres y hago mi primera película, que fue en el año 87 y estrenada en el 88, y otra vez se volvió a decir que yo era afín a Sendero.

-¿Hubo amenazas de muerte?

Cuando estuve editando Senderos de Violencia en Bélgica, entraron a mi casa, donde vivía con mi exesposa y mis hijos. Entraron a asustar. Luego, en mis avatares de la televisión estaba haciendo Tribus de la Calle con Eduardo Adrianzén, pedían que se alarguen los capítulos y veíamos que ya no era posible; entonces, había un señor que no quiero darte el nombre que estaba a cargo del canal (9), y que tenía una posición fuerte en el gobierno de Fujimori; me llama y me dice: “te voy a dar una razón para que sigas Tribus de la Calle, porque tú has sido miembro del MRTA” (risas). Obviamente, terminamos la novela donde tenía que terminar. También cuando produje Regresa sobre Lucha Reyes en 1991, querían marchar al Palacio de Justicia y expulsarme porque había manchado la imagen de una santa como Lucha Reyes. Tuvo que intervenir Enrique Bernales que era relator de la ONU (ríe).

MIRA: André Silva: “Las telenovelas todavía tienen un poder muy fuerte en la familia peruana”

-¿Qué gatilló en usted para mirar lo que quizás no estábamos mirando los peruanos: hacer producciones como Regresa o Los de arriba y los de abajo?

La exclusión y el racismo. Cuando hicimos Lucha Reyes, no fui financiado por el canal, porque en el canal me dijeron: “¿Cómo una negra va a ser protagonista?”.

-¿Así?

Tal cual. La Backus financió la miniserie, porque el 9 no le veía ningún futuro que una negra sea protagonista. El éxito de la serie fue descomunal. Luego vino La Perricholi, Tatán. Antes de Los de arriba y los de abajo, nunca habían salido escenas de alguna producción nacional filmada en algún cono, eso era tabú, porque “es feo, qué barbaridad”. He tratado de luchar siempre contra el racismo y la exclusión. Ahora, Los de arriba y los de abajo cambia la televisión para bien y para mal: engendró programas tipo Laura Bozzo. Se desbordó. Otros descubrieron que había cholos en ese Perú. Los dueños de los canales descubrieron que había gente que vivía en los conos. Empezó ligeramente a cambiar el tema de la publicidad también, hubo publicidad más inclusiva. Y fíjate, yo he sido crítico de Augusto Ferrando; sin embargo, se adelantó en su época y su programa era un lunar en la televisión nacional. Pero también está el gran encuentro que tuvimos con Los Mojarras, que fue un descubrimiento. Cuando estábamos buscando la música para el tema principal de Los de arriba y los de abajo, uno de los actores, Héctor Manrique, quien hizo el papel de ‘Chamochumbi’, me trajo un casete. “Mira, son de El Agustino”. Escucho y elegí “Triciclo Perú”, que me pareció fantástico.

-“Triciclo Perú” podría ser un himno nacional.

Sin duda. Es una de las canciones más descriptivas del mundo urbano peruano.

MIRA: Tito Catacora, profesor y cineasta: “Mi sobrino Óscar Catacora nos dejó un legado, que debe continuar”

-Más de 20 años después, ¿hemos cambiado lo suficiente?

No. Mira estos enfrentamientos casi étnicos mezclándose con la política. Pero sí se ha mejorado notablemente a nivel de la televisión y la publicidad. Creo que hoy nadie podría soportar que haya un comercial de helados con niñitos rubios, como había en los 80.

-¿Cuánto se parece al joven del año 78 que estaba en Marsella?

Mi pasión por la fotografía y los viajes es la misma...

De pronto, mira a su izquierda y me dice que quiere enseñarme una imagen. Detrás de él, al fondo, camina Inti, su perro peruano sin pelo que adoptó, abrigado con una camiseta de fútbol de Perú. Muestra a la cámara una fotografía, que retrata a Michel en el 80, en el Manu, cuando había llegado al Perú; en la imagen está sentado, como esperando.

AUTOFICHA:

- “Soy Michel Bernard Gomez Zanoli. Tengo 63 años. Nací en Marsella, frente al estadio. Soy el único de mi familia que nació en Marsella porque mis hermanos nacieron en Túnez, mi papá en Argelia y mi mamá en Túnez. Ellos migraron a Francia por la descolonización de Túnez”.

- “Cine aprendí en la cancha, en Francia. Creo que en total he hecho como 34 producciones más o menos, entre cine, televisión, reportaje, documental. A Los de arriba y los de abajo le tengo cariño, y hay otra novela que me gusta mucho: Eva del edén, donde está Diego Bertie”.

- “Tengo tres proyectos de largometraje y estamos en la búsqueda de la financiación. También estoy preparando un libro de fotografía en blanco y negro sobre los bosques de piedra del Perú, que tiene el título de Atemporal; todavía estoy en la fase de registro fotográfico, no sé cuándo lo publicaré”.

ESTE VIDEO TE PUEDE INTERESAR

Lateral: “A provincias no llegan las mismas oportunidades de entretenimiento”
El artista peruano viajará en dos semanas a Ecuador para representar a Perú en el festival internacional Contracorriente.

TE PUEDE INTERESAR