Redacción PERÚ21

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Un grupo de científicos canadienses, usando el radiotelescopio CHIME (Experimento Canadiense de Cartografía de Intensidad del Hidrógeno por sus siglas en inglés), ubicado en el Valle de Okanagan en la , detectaron señales misteriosas provenientes del .

Estas señales misteriosas son conocidas como estallidos rápidos de radio o FBR, uno de los fenómenos más misteriosos del universo ya que hasta ahora los astrónomos no conocen su origen pero especulan que puedan provenír de fuera de la Vía Láctea.

Los FBR son capaces de generar en pocos milisegundos la misma energía que el Sol en 80 años y hasta el momento se habían detectado unas sesenta emisiones de este tipo. Sin embargo, la última detección de este fenómeno sucedió algo inusual: una señal repetida, desde la misma fuente a unos 1.500 millones de años luz de distancia.

La primera vez que fue detectada esta extraña señal sucedió en 2015, desde el radiotelescopio Arecibo, en Puerto Rico. El mismo que en 1974, emitió un mensaje de radio con la intención de contactar con alguna civilización extraterrestre.

¿SERÁ UNA SUPERNOVA?

Sobre la señal captada en Arecibo en 2015, en su momento se teorizó de que se podría tratar de un magnetar (es un tipo de estrella de neutrones alimentada con un campo magnético extremadamente fuerte) en una galaxia enana a 3 mil millones de años luz de la Tierra.

Esta nueva detección fue captada durante un periodo de observación de tres semanas durante el verano de 2018, pero las conclusiones fueron recientemente publicadas en .

Para lograr la captación de estos estallidos de radio, CHIME cuenta con cuatro antenas semicilíndricas de 100 metros de longitud, y mediante un software, asigna segmentos del cielo desde donde provienen las ondas de radio.

Estas ráfagas repetidas (13 en total) fueron bautizadas como FBR 180814, estarían a 1500 años luz de distancia y casi todas son nuevas a una frecuencia más baja que las que se han detectado en ocasiones anteriores.

Estas mostraron signos de "dispersión", lo que sugiere que la fuente del fenómeno son objetos astrofísicos muy poderosos, como el remanente de una supernova o el agujero negro central de una galaxia.

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