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Redacción PERÚ21

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Guido Lombardi,Opina.21glombardi@peru21.com

A tal punto que se calcula en 3 millones el número de compatriotas que vive en el exterior.

Inversamente, según cifras del INEI correspondientes al año 2010, apenas hay algo más de 60 mil extranjeros residentes en el Perú. Ahora que las cosas han cambiado y la crisis azota otras latitudes, tenemos que utilizar inteligencia y buenos modales para atraer a esos miles de potenciales inmigrantes que aportarán, sin duda, sus propias costumbres y tradiciones al magnífico crisol de "todas las sangres" que es nuestra patria.

Un país sin identidad precisamente porque las tiene todas, como creo haberle escuchado decir a Mario Vargas Llosa. Y que de esa diversidad obtiene algunos de sus mayores logros.

Por desgracia, no parecen compartir este punto de vista en la Digemin. Pruebas al canto: hasta hace diez meses la aprobación de visa de residente se hacía en 5 semanas. Ahora tarda de 4 a 5 meses. Los expedientes son observados por detalles nimios, como, por ejemplo, la falta de uno de los nombres del apoderado. Lo peor es que estas observaciones no son hechas al inicio sino después de varias semanas, con lo cual el expediente se reinicia desde cero.

Adicionalmente, se plantean requisitos que no figuran en el TUPA, en clara violación de la Ley de Procedimiento Administrativo, lo que puede constituir delito de abuso de autoridad. Eso para no mencionar la actitud de hostilidad hacia los extranjeros o sus representantes por parte de vigilantes y funcionarios.

Sería lamentable que repitiéramos el error histórico de haberle cerrado las puertas a los miles de españoles que dejaron su tierra como consecuencia de la Guerra Civil y que tanto aportaron, económica y culturalmente, a quien los supo acoger.