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Smile Train brinda apoyo psicológico a niños con labio y paladar fisurados que sufren bullying
Según expertos, el bullying inicia en hogares difíciles, lo que lleva a que los niños se desahoguen mediante el acoso a sus compañeros en el ámbito escolar.
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Fecha Actualización
El comienzo de las clases presenciales en la mayor parte del Perú ya es una realidad y reorganiza la dinámica familiar de gran parte de la población, acercándonos lentamente a recuperar la rutina y la normalidad perdidas con la pandemia.
Pero dentro de las aulas puede generarse bullying o acoso escolar entre los alumnos. Al respecto, el psicoterapeuta Daniel Mena Ramírez de la organización Smile Train, nos brinda algunas recomendaciones para prevenir y afrontar estas situaciones violentas entre los niños y muy particularmente con aquellos que tienen labio fisurado y/o paladar hendido.
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¿Por qué se genera bullying en las escuelas?
Debo empezar afirmando que el bullying NO SE GENERA EN LAS ESCUELAS: el bullying se genera en los hogares… El bullying se ve, se expresa, tiene su espacio de desarrollo en la escuela, pero EMPIEZA EN EL HOGAR. Y empieza en el hogar del niño que abusa, del bully, del matón, y también del niño que es víctima de éste. Se genera en los hogares donde hay conflicto, donde hay dificultad para la comunicación, donde el estilo comunicacional es agresivo, donde hay violencia aunque esta no sea violencia física ni verbal. En suma, hogares en los que no hay empatía, es decir no se ha desarrollado la capacidad de ponerse en el lugar del otro y entender sus sentimientos, su punto de vista. El niño que aprende, gracias a los modelos que tiene en casa, que debe imponerse para ganar el afecto o el reconocimiento de los demás, el niño que ha aprendido que hacerse temer por los demás le asegura un lugar de privilegio, el niño que es reconocido en casa cuando es agresivo o se impone a otros, el niño cuyos padres se agreden cotidianamente, y que es a su vez agredido regularmente por sus padres con alguna aparente razón (no existe una sola razón para maltratar a un niño), el niño que no percibe en su hogar un trato solidario, amistoso, amable, servicial entre sus padres, que no experimenta el contacto físico afectuoso tanto entre sus padres como de sus padres hacia él, y que en lugar de ello percibe un trato distante o con resentimiento, con muchos silencios, o con sarcasmo, burlas, o sencillamente comunicaciones agresivas, con afán de control, con desconfianza, celos, sin voluntad de discutir con respeto y constructivamente, ese niño buscará compensar cualquiera de aquellas falencias tratando de imponerse sobre otros niños, o tratando de parecer mejor que ellos pues al ser maltratado ha recibido el mensaje de no ser tan bueno como sus padres quisieran, y fácilmente da por sentado que los demás niños son mejores en algún sentido, más inteligentes, más listos, más simpáticos.
¿Qué señales de alarma nos pueden indicar que nuestro hijo está sufriendo bullying?
El niño que es víctima de bullying en el colegio, normalmente llega a casa abatido, enojado, se irrita fácilmente, se queda pensando en silencio, no disfruta de lo que antes disfrutaba, tiene un deficiente rendimiento académico. En otros casos, expresa su rabia, su frustración. Si el niño se queja de ser objeto de abuso, nunca hay que relativizar la situación ni proponer soluciones simplistas y evasivas; es indispensable que los padres se involucren en el tema y que el niño se siente defendido, que sienta que a sus padres le interesa su seguridad y bienestar y que harán lo necesario para que el abuso cese. Si los padres le recomiendan actuar con violencia (¿por qué no le pegas tú también?, ¡rómpele la cara!) y no se involucran (lo peor que pueden hacer), él se sentirá aun más frustrado, desprotegido; el dolor lo abate, no duerme bien, amanece cansado, come con desgano, no expresa alegría, teme volver al colegio, pone excusas, se queja de malestares que le impiden ir a clases. Estar atento a las señales es importante pues el niño puede empezar un cuadro ansioso depresivo que, dependiendo de la edad, lo puede llevar a tomar decisiones extremas hacia el abusador o hacia él mismo, se ha visto que pueden organizar una agresión en grupo o hasta llegar a querer quitarse la vida.
¿Cuáles serían las recomendaciones para tratar a los niños que sufren acoso escolar y también para aquellos que lo generan?
En primer lugar, tratamos a los niños a través de los padres, aunque el paciente es el niño, primero reconocemos el hogar a través de los padres, a ellos se les pone al tanto con información tan sencilla como seria que se trata de un tema que tenemos que tratar como equipo; poco podrá hacer un terapeuta con el niño si las condiciones del hogar no cambian en cualquiera de ambos casos pues ambos niños, el que abusa y el que es abusado, son víctimas de hogares disfuncionales en los cuales los dos requieren de afecto, paciencia, escucha, respeto, que se procure siempre la comunicación y no se la sacrifique por soluciones violentas, por maltrato o indiferencia. ¿Es necesario intervenir también a los padres de un niño inocente, es decir del niño que ha sido agredido? Sí, pues el niño que es víctima de bullying es un niño vulnerable, que se percibe como víctima aun antes de ser víctima, que también, como su agresor, puede sentirse disminuido en sus capacidades, inferior a los demás, incapaz de demostrar su valía, destinado a ser abusado; y ese niño también proviene de un ambiente en el cual la gestión del afecto no ha servido para transmitirle que es un niño valioso, único, lleno de cosas buenas, que debe ser reconocido, que puede aprender, que puede dirigir, que puede alcanzar todas sus metas. Las carencias afectivas del niño abusado son distintas, obviamente no son tan graves como las que dan lugar a un niño abusivo, pero suelen ser igualmente limitantes.
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¿Qué sucede en particular con los niños que tienen labio fisurado y paladar hendido y cuál es el acompañamiento psicológico que les brindan con el apoyo de Smile Train?
El apoyo emocional que gracias a Smile Train brindamos los psicólogos a los pacientes con fisura labio palatina FLP y a sus familias, llega en la mayoría de los casos en los primeros meses de nacido del paciente, y en algunos casos incluso cuando todavía no ha nacido y la madre ha conocido, a través de una ecografía, que su niño viene con FLP. Luego seguimos viendo a los niños que ya operados deben ingresar en un tratamiento de normalización del lenguaje pues son normales las deficiencias en la fonación debido a la hendidura del paladar, que a veces involucra la audición, y las malformaciones dentarias. En esta etapa, la asistencia psicoterapéutica busca proveer al paciente del reconocimiento de sus propias fortalezas para enfrentar la socialización de los primeros años de escolaridad, eventualmente casos de bullying, así como de motivación para seguir sostenidamente la terapia de lenguaje. En los casos de adolescentes, encontramos que muchos de ellos se ven conflictuados con su propio aspecto y su capacidad para entablar relaciones de amistad cercanas e igualitarias; muchos de ellos presentan en esta etapa del desarrollo, inseguridades que no habían presentado durante la niñez, debidas estas a la marca quirúrgica que llevan en el labio superior y a alguna ligera nasalidad remanente en la voz.
En los primeros meses, cuando el paciente aun no puede ser operado (se recomienda la cirugía de labio después de los 3 meses, y la de paladar después del año), proveemos a los cuidadores a cargo del niño, especialmente la madre, de apoyo emocional pues en todos los casos, la experiencia de recibir a un hijo con FLP es traumática; la madre -tanto aquella que ya sabía que su bebé nacería con esta condición como la que se da sorpresivamente con que su recién nacido tiene FLP- acusa profundos sentimientos de vulnerabilidad; se siente culpable de la fisura, triste, confundida, decepcionada, y eventualmente descalificada para la procreación.
¿Cómo influye en la autoestima de un niño la condición de labio fisurado y paladar hendido?
De acuerdo con la forma en que los padres hayan afrontado la condición de su hijo, y el trato que le hayan dado, ya sea limitando su socialización, aislándolo, impidiendo su normal desarrollo al reducir la invalorable fuente de estimulación que proviene de la interacción con otros niños y con la familia, y sobreprotegiéndolo en la voluntad de evitarle algún sufrimiento, la condición de FLP puede ser efectivamente un factor de mengua en la autoestima del niño. Asimismo, si los padres han sobrellevado la condición de su bebé como una cruz, un castigo, siempre quejosos y lamentándose, exponiendo conductas de victimización consecuentes con las de aislamiento del paciente, con certeza tendremos un niño temeroso, inseguro, debido a la baja autoestima que deriva de los extremos cuidados y aislamiento al que los padres lo han sometido. La FLP puede ser generadora de baja autoestima, pero sólo en los casos en que los padres no han sabido manejar la situación con madurez o simplemente no han tenido apoyo emocional.
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¿Las operaciones de labio fisurado y paladar hendido que Smile Train promueve ayudan al paciente en el aspecto físico pero también influyen en el psicológico?
Como ya he descrito al detallar nuestra labor líneas arriba, en efecto, las cirugías de FLP que Smile Train promueve, proveen en todos los casos de acompañamiento al paciente y a su familia con expertos de todas las especialidades médicas y no médicas que esta condición involucra: nutricionistas, pediatras, odontopediatras, terapistas de lenguaje, cirujanos, y psicoterapeutas de apoyo emocional.
Finalmente, ¿cuál es el rol de la famila y el de la escuela para prevenir el bullying?
En todos los casos, aun si el niño no presenta FLP, el rol de la familia en la prevención del bullying, como he detallado en las preguntas anteriores, es importantísimo, crucial. En la familia se gestan las conductas de independencia, se fortalece la autovaloración mediante el reconocimiento de las facultades propias de cada niño, un niño que conoce bien lo que vale, que valora los sentimientos e ideas de los demás, no necesita usar a nadie para afirmarse ante sí mismo ni ante un grupo. Los padres siembran una autoestima cabal en su hijo o hija cuando le enseñan con el modelo de ellos mismos a optar siempre por la comunicación y la empatía y nunca por el maltrato. Las escuelas deben velar activamente por la prevención del bullying, con un protocolo previamente diseñado con intervención de profesores y padres de familia, informando al alumno y a sus padres que esa conducta generará una intervención de la institución que comprende entrevistar a los padres a fin de que, de ser necesario sigan una psicoterapia de familia. La escuela debe promover dinámicamente el compañerismo, la equidad, el sentido de pertenencia grupal, creando las condiciones para que el niño que presenta inclinación por el abuso de otros, y el que puede ser objeto de abuso, se interrelacionen y compartan la exigencias académicas, de manera que desarrollen una relación más cercana que les ayude a cambiar la tendencia conductual que en sus hogares se ha gestado.
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