Estos son las posibles causas del síndrome de fatiga crónica

La fatiga puede hasta empeorar con la actividad física, y no mejora con el descanso, según la palabra de varios expertos. Hay muchas teorías de sus orígenes, desde infecciones virales a estrés psicológico. Aún así, se puede señalar a varios factores que llevan a esta enfermedad:

Los ronquidos son una consecuencia de la apnea del sueño. Ocurre cuando las paredes de la garganta se relajan y estrechan en el sueño, bloqueando sus vías respiratorias. El esfuerzo que haría el cuerpo, entonces, supondría que no podemos llegar a obtener el mayor descanso al dormir. Al día siguiente estas personas aparecen agotadas y con dificultad para concentrarse.

Aunque la cafeína puede mantenernos en alerta, al pausar los sensores que detectan sueño en el cerebro; también puede evitar que durmamos adecuadamente. La cafeína puede retrasar la sincronización del reloj corporal interno, y permanecer en el cuerpo por 10 horas. Dependiendo de la hora, eso significaría que no se podría dormir debido a la cafeína en el organismo, y acabarías más cansado.

Beber agua es absolutamente vital. La falta de agua al cerebro no solo llevaría a mayor cansancio, sino también haría que las personas tarden más en leer y comprender textos y atrasaría sus reacciones.

La diabetes surge cuando el cuerpo se vuelve insensible a la hormona insulina, que controla los niveles de azúcar en la sangre, y los niveles de azúcar, cuando están descontrolados, interrumpen el sueño y provocan cansancio.

La falta de carne en una dieta puede causar cansancio. Los alimentos ricos en hierro (carne roja, verduras verdes y legumbres) aportan a la creación de la hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno de los pulmones a todo el cuerpo. La falta de hierro lleva a la anemia, que entre sus síntomas está el cansancio y taquicardias irregulares.

La fatiga puede surgir además debido a niveles bajos de la hormona tiroxina, una sustancia que afecta al metabolismo en el cuerpo. Las hormonas tiroideas controlan el funcionamiento del cuerpo, y cuando disminuyen, el cerebro también llega a ralentizar y disminuir su estado de ánimo.

Lo apropiado para minimizar esta enfermedad es tener una alimentación balanceada, beber suficiente agua, e intentar ser diligente con los horarios de sueño.