Dieta sana y nutritiva
Dieta sana y nutritiva

Todos deseamos tener la inteligencia avanzada de , uno de los más notables científicos de nuestros tiempos y autor de la teoría de la relatividad que revolucionó la física y condujo, entre otras cosas, a conocer la naturaleza de los agujeros negros.

Esta notable inteligencia llevó a pensar que el cerebro del físico alemán era notablemente diferente a la de los demás y motivó toda una serie de especulaciones sobre las dietas y alimentos que propiciaron su prodigiosa mente.

Sin embargo, pese a lo mucho que se ha ponderado sobre si la alimentación de Einstein influenció en el desarrollo de su cerebro, no hay una declaración sólida referente a eso y tampoco una hipótesis exacta que sugiera que la alimentación que ingieras inmediatamente te vuelva inteligente.

Algunos cerebros están desarrollados o se comportan de manera distinta a la de otros. Pero lo que los científicos sí han podido observar y corroborar es el hecho de que ciertas comidas en nuestra dieta conllevan a un cuidado más efectivo del cerebro a lo largo de los años. No nos volveremos físicos de la noche a la mañana, pero al menos nuestra memoria no nos fallará tanto.

Aunque no todas las comidas tienen una asociación científica exacta, algunas sí se han podido observar que al consumirlas lleva a beneficios físicos. Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 que encontramos en el salmón o las nueces, por ejemplo, llevan a reforzar la membrana alrededor de nuestras células cerebrales. La fortificación del cerebro lleva a un mayor rendimiento cognitivo, mejora nuestra memoria y atrasa el envejecimiento de los sesos.

Salmón, fuente de Omega 3
Salmón, fuente de Omega 3

En ese sentido, la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) ha declarado sobre los beneficios que algunos ácidos tienen sobre nuestro cerebro:

  • El ácido alfa-linoleico (ALA) controla el colesterol en la sangre.
  • La ingesta de ácido docosahexaenoico (DHA) contribuye al desarrollo normal del cerebro del feto y de los lactantes.
  • Los ácidos eicosapentanoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA) contribuyen al funcionamiento normal del corazón.

Otros componentes que también ayudan a la salud del cerebro son los antioxidantes en varias frutas. Los antioxidantes en fresas o arándanos ayudan a combatir el estrés celular que es el deterioro natural de las células, en donde intervienen unos compuestos llamados radicales libres.

También se debe dar una mención honorífica al cacao y su alto nivel de antioxidantes, específicamente sus flavonoides, que llevan a una alta protección de las neuronas y el fortalecimiento del rendimiento cognitivo.

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Otros alimentos que nos benefician son las verduras como el brócoli, las espinacas o las coles de Bruselas. Todas ellas tienen en común el componente de la vitamina K, que ayuda en la prevención del deterioro cognitivo y enfermedades neurodegenerativas.

Por último, la vitamina E es otro micronutriente que ayuda por el fortalecimiento de la mente. Se puede encontrar partes de ella en el aceite de girasol y frutos secos como las avellanas, almendras y el maní.

Al fin de cuentas, aunque no lleguemos a convertirnos en Albert Einstein comiendo de alguna forma particular, la buena alimentación es vital para una vida prolongada y un cerebro sano.

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Richard Arce
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