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Gerardo Privat: Una vida para presumir y perder la fabulosidad
Exitoso y talentoso. Vivió una fabulosidad soñada aunque no pudo diseñar su final. Gerardo Privat falleció a los 38 años.
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Cuando Beto Ortíz entrevistó al diseñador allá por el 2012 inició la conversación mencionando su nombre y apellido, pero Gerardo Privat le hizo una aclaración automática. “Il Divo”, corrigió. No era una pose, más bien era su creencia. Gerardo, el niño terrible de la moda, acababa de abrir una hermosa tienda en San Isidro. Su marca, su nombre, estaba en lo más alto en solitario, en una cúspide que le permitía aumentarse el ego. En el mundo real, muchas se morían por ser una 'Mujer Privat'.
Y para serlo había que alcanzar el carácter más distintivo de su creador. La maldad o lo que él consideraba como maldad. El diseñador de modas buscaba mujeres con atrevimiento, poder y glamour. El isotipo de su marca lo mostraba: Hera, la majestuosa diosa griega conocida por ser celosa y vengativa lo representaba.
“Tiene una raíz que yo siempre apuesto que cada mujer puede ser dueña de su propio cuento, de su propia historia. La bruja mala, estar bien rica”, repetía.
Con treinta y ocho años, el famoso diseñador trujillano falleció este domingo en el Hospital docente de Trujillo. Las causas de su muerte se mantienen en reserva.
MODA DE LUTO
Pero en la cúspide de Privat también había espacio para los desvaríos. En 2012, la blogger Lorena Salmón llegó a criticar sus diseños y sus propuestas de márketing. Si acaso el golpe fue duro, más lo fue la respuesta.
"Sé que tú nunca podrás comprar un vestido mío, menos entrar en él, ni lucirlo. Te ruego que si no te gusta nuestra colección o el marketing te parece insoportable, simplemente no escribas sobre mi marca, hazte a un lado de toda fabulosidad", dijo Privat, haciendo honor a su maldad.
Pero lo que vino después fue peor: El HT #MujerQueNoEsMalaEsChola acompañó el mensaje. Con ello Privat ya no solo sería conocido en el mundo de la moda. La había traspasado, a malas, pero su nombre comenzaría a estar en boca de todos. Racista y discriminador fueron a partir de ahí algunos de sus epítetos.
En una entrevista semanas después trató de justificar su reacción. “Significa que la mujer mala tiene el poder”, dijo tratando de defender lo indefendible. Sin salida, terminó: “en la moda no hay que tomarse las cosas muy en serio”.
Pero, ¿acaso ese desliz no le quitó nada de fabulosidad?, al contrario, la aumentó. Magaly Medina, Carolina Lizarraga, Denisse Dibós, Fiorella Cayo, Jessica Newton, Erika Villalobos, Alessandra Denegri fueron algunas de las que llevaron su marca encima. Su talento innegable lo mantenían en lo más alto.
“Se arranchan las prendas. Es muy divertido”, decía un Privat pícaro, cuando le preguntaban sobre cómo termina un desfile de sus creaciones.
Pero la fabulosidad tenía que acabar algún día. En 2016 ingresó por cuenta propia a una clínica de rehabilitación debido a su adicción a las drogas. Había semanas en las cuales solo lograba ponerse en pie con el incentivo de la cocaína. La muerte lo amenazaba e intentó cambiar. Pero esos días también marcarían su futuro. Según indicó en una entrevista con ‘Día D’, su hermana, María Lucía, le arrebató su marca, impidiéndole utilizarla.
Aunque ella siempre dijo que actuó de forma legal. Eso solo fue el inicio de una disputa legal que llegó a los tribunales y terminó con una acción de detención contra el diseñador a causa de difamación. Al mismo tiempo, Gerardo trató de sobrevivir creando la firma ‘Atelier’, pero no bastaría.
“No sabemos cuánto tiempo va a vivir Gerardo”, diría su madre en otra entrevista hace menos de un año sin saber que el final estaba demasiado cerca.
Con dos edemas cerebrales y depresión, Privat dejó de existir este domingo a los 38 años.
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