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Convivencia: ¿Ya es hora de vivir juntos?
Tiene beneficios y puntos en contra. ¿Cómo saber si la pareja ya está lista para dar ese paso?
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"No fue fácil. ¡Me moría de miedo!, confiesa Thais (32). Hace cinco años, su enamorado –hoy su esposo– le propuso mudarse y vivir juntos. Le dijo que así podrían estar juntos más tiempo, ahorrar en gastos de alquiler, luz, agua, Internet y comida, compartir el carro para ir trabajar, en fin. Un abanico de bondades que, en el papel, se veían muy bien. Salía a cuenta. Amor y ahorro: buena combinación.
"Me gustó la idea, me encantaba –dice Thais–, pero también me provocaba temor. ¿Qué tal si me aburría? ¿O si descubría que era de los que dejaba sus calzoncillos tirados por toda la casa o que dejaba el inodoro sucio? Bastantes historias de malas convivencias había escuchado a mi corta edad, las suficientes como para pensar seriamente que lo nuestro podría fracasar rotundamente, por más que nos amáramos".
Lo cierto es que a ella le tomó más de un mes decidir. Su enamorado quería mudarse el mismo día que lanzó la propuesta, pero ella le daba decenas de vueltas al asunto. Él, de hecho, había encontrado un bonito y cómodo departamento en Jesús María. Ella lo llegó a ver, pero después le vio mil y un defectos. No era más que una manera de alargar el proceso.
Hasta que, finalmente, tomó una decisión: mudarse con su enamorado. "Total, lo peor que podría pasar era conocerlo realmente o, en todo caso, aburrirme". Habló con sus padres, quienes la apoyaron en todo momento. Hizo maletas, embaló sus cosas y partió al departamento que, dos semanas antes, su enamorado ya había alquilado. *Dos años después, se casaron. *
"Sí, descubrí que no solo dejaba los calzoncillos regados por toda la casa sino también sus polos, pantalones, zapatillas, toallas, comida. Pero, progresivamente, con cariño y persuasión, con gritos desquiciados a veces, he corregido sus defectos. Y los míos también", cuenta ella.
NO TODO ES COLOR DE ROSACuesta convivir con otra persona. Es un encuentro de dos mundos y depende mucho de los involucrados para que no termine en una colisión destructiva. La falta de preparación hace que las buenas intenciones deriven en escenarios tristes. ¿Cómo saber si realmente están listos para dar ese paso? "La pareja debe conocerse durante un tiempo prudencial antes de tomar una decisión de esta envergadura", dice Manuel Saravia Oliver, psicoterapeuta del Instituto Guestalt de Lima.
"Un año, mínimo. Me parece que es un tiempo apropiado para que ambos se conozcan mejor. Una sugerencia: sería bueno que prueben poco a poco cómo sería vivir juntos. Pasar un fin de semana o salir de viaje, por ejemplo, son espacios de convivencia en donde más o menos es posible descubrir detalles más profundos del ser amado". Para tomar nota.
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