Los últimos meses de Francisco Sagasti han transcurrido entre conferencias y la escritura. Perú21 lo entrevistó en la Feria del Libro donde presentará su nuevo libro.
Su libro habla del compromiso, del sentido de urgencia y de liderazgo; y muestra técnicas, una de ellas, la investigación operacional. ¿Cómo podría ayudar esto a países en vías de desarrollo como el nuestro?
Mire, la investigación operacional es un conjunto de técnicas, una disciplina. Un enfoque que consiste en utilizar modelos matemáticos, modelos de simulación y de computadoras para representar lo que sucede en organizaciones, lo que sucede, por ejemplo, en un sistema de distribución de producción de asignación de personal. Uno construye un modelo matemático, manipula este modelo y luego aplica los resultados en la práctica. Lo que hago yo en el libro es reseñar cuáles son las principales técnicas de investigación operacional y algunas aplicaciones, pero metiéndolas dentro de algo nuevo que vino después de la investigación operacional que es el enfoque de sistemas.
Hay una parte del libro con la que yo me quedo, que dice que estas herramientas que usted expone si bien podrían ser utilizadas en América Latina incluso en nuestro país sería un ideal, pero no es el momento, ¿por qué no?
No es que sería un ideal, ni que es el momento. Lo que pasa es que se requiere ciertos requisitos; primero, usted debe tener datos estadísticos confiables, una idea de cuáles son los sistemas a los cuales aplicar esto, pero sobre todo hay que tener ejecutivos, funcionarios públicos que entiendan y estén dispuestos a hacer eso. En el tiempo que me tocó estar en el Gobierno, logramos, si no utilizar las técnicas mismas porque no había tiempo, sí pudimos usar el enfoque de sistemas, el enfoque de planeamiento y gestión estratégica. Logramos emplear varias de estas técnicas.
Otro tema que va muy bien con el desarrollo de este libro y de lo que usted plantea es cómo hacer para construir infraestructura más eficiente y sin corrupción.
El tema de corrupción tiene que ver con los valores, y los valores se cultivan desde la primera infancia. Creo que ahí tenemos una cuenta pendiente con nuestro país, y lo que estamos viendo en términos de, por decirlo así, demolición de la reforma universitaria, reforma educativa, apunta en una dirección contraria. Espero que muy pronto, a más tardar en dos años, podamos revertir esas tendencias, que lo que están haciendo es minar la educación tanto superior como la escolar. Y con eso no vamos a ir a ningún lado. Por ahí, hay que empezar.
Para una buena gestión se necesita meritocracia.
Definitivamente. Uno debe tener a las personas más capacitadas o con mayor experiencia, con mayor compromiso y total honestidad, que no confundan nunca lo que es el interés personal con el bien común y desgraciadamente aquí vemos demasiados conflictos de interés y lo hemos visto a lo largo de muchos años en
nuestro país.
¿Cuál cree usted que ha sido el legado de su gobierno porque en la parte final de su libro, incluso, menciona la gestión exitosa de las vacunas?
Más que la gestión exitosa, creo que el principal legado es demostrar que las cosas se pueden hacer relativamente bien de manera razonable, pensando en el bien común y que es posible hacerlo con honestidad. Ningún ministro mío tiene alguna acusación por corrupción. Es simplemente demostrar, como digo en el libro, todas estas técnicas. Todos estos enfoques se pueden aplicar al sector público, al sector privado de una manera razonable, y sobre todo la manera de pensar estratégicamente.
¿Qué opina de candidatos como Joe Biden, que ya renunció a su candidatura, o Hernando de Soto?, para no ir tan lejos.
Sobre lo de Biden ya era hora que se diera cuenta. Sobre De Soto no sé si es candidato aún, pero no tengo nada que decir. Lo único que puedo hacer es hablar sobre mí, y me doy cuenta plenamente que al llegar a los 80 años no tengo el nivel de energía que tenía hace 20 o 30 años, eso está clarísimo.
¿No tentaría la Presidencia de la República?
Mire, sobre ese tema no voy a hablar y ya en varias oportunidades he dado mi opinión y he dicho lo que pienso. Ahora estamos hablando de trabajo intelectual, de libros y esas cosas, prefiero no entrar en esos otros temas.
Entendemos, pero no puede negar que ha dejado una buena impresión en la gente. Incluso en la última encuesta de Ipsos hay un grueso de personas que lo respaldan.
Yo agradezco mucho, no solo el respaldo actual, sino más importante el respaldo que me dieron cuando estuve ejerciendo la Presidencia. Fue fundamental contar con el apoyo de la ciudadanía de la manera como lo hizo. Pero nuevamente lo que creo es que nuestro país necesita una nueva generación de políticos, gente joven con visión de futuro que no se vaya del país, sino que se quede a labrar el futuro de nuestro país. La función de aquellos que ya estamos en los 80 o al borde de los 80 es transmitir experiencias, ideas, formar gente, apoyar, aconsejar, para algo sirven las canas, pero ya de ahí a ser el protagonista principal, es otra cosa.
¿Qué le diría a esa juventud molesta, disconforme, descontenta por la situación actual, que tal vez se pregunta para qué me voy a meter a política?
Precisamente por eso, por el descontento, es que tienen que meterse en política. Recuerden la famosa frase de Platón que todo el mundo cita: “El precio de no involucrarse en la política es ser gobernado por los peores”. A los jóvenes les digo intervengan en política, interésense en hacer política, participen, porque son ustedes los jóvenes los que van a cambiar esto.
DATO:
‘Decisiones en tiempos turbulentos: Medio siglo en Ciencias de sistema planeamiento gestión y gobernanza’ es el libro de Sagasti publicado por el Fondo de Cultura Económica y que será presentado el 25 de julio en la Feria Internacional del Libro.
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