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¿Por qué Fujimori salió justo ahora?

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LA FISCAL ESTRELLA
Ver a Patricia Benavides al lado de su flamante abogado, Jorge del Castillo, sorprendió a muchos. Con su elección, Benavides decidió politizar su defensa, pues considera que la Operación Valkiria V tuvo un origen político. La conclusión a la que llegó es correcta, lo que no quita que la presunta falta de la que se le acusa sea grave.
Antes que el término ‘lawfare’ se pusiera de moda en toda la región, el Perú ya protagonizaba la guerra legal más encarnizada de su historia política contemporánea. Pero, a diferencia de lo que ocurrió en países vecinos como Brasil, Ecuador, Argentina o Bolivia, acá el fuego fue disparado mayoritariamente hacia la derecha. Visto en perspectiva, la figura de Patricia Benavides se erigió como una respuesta a la judicialización de la política. Acaso la última esperanza de la derecha para ‘hacer justicia’.
Su formación ayudó a dibujar su perfil político. Es hija de una exalcaldesa y excongresista de Huancavelica por el PPC. Benavides trabajó varios años con José Antonio Peláez Bardales, el exfiscal de la Nación y de familia muy cercana al propio Haya de la Torre. El exfiscal supremo fue, además, hermano del fallecido diputado por Amazonas, Eduardo Peláez Bardales, quien tuvo como testigos de matrimonio al expresidente Alan García y su entonces esposa Pilar Nores. Además, como adelantó este diario el pasado domingo 3 de diciembre, Benavides es muy cercana al exministro Hernán Garrido Lecca y al abogado José Luis Hauyón. Y trabajaba de la mano con Edelmira del Carmen Barrantes, exviceministra del Interior aprista y exgerenta general del Ministerio Público, así como con el apristón Juan Antonio Fernández Jerí, quien dirige la Autoridad Nacional de Control, órgano que se encarga del control funcional de los fiscales.
Viéndose derrotada en el plano legal, la exfiscal de la Nación ha apostado por la absoluta politización de su caso. Un paso lógico considerando no solo su pasado, sino su futuro. Y es que ya se le consideraba candidateable para un par de partidos políticos. César Bazán Naveda, decano del Colegio de Abogados de Lima y señalado por ser muy cercano a la estrella, presidió una ceremonia de desagravio a Patricia Benavides, aprovechando la efeméride del 7 de diciembre. Allí Benavides estuvo sentada junto a Pilar Nores y Jorge del Castillo.
“Esta resolución ‘express’, como ya se había denunciado, tiene motivaciones políticas que han confluido para suspenderme y así lograr que las fuerzas que estuvieron detrás de este complot político, evidentemente coordinado, vuelvan a apoderarse del Ministerio Público”, dijo Benavides. “Y tampoco es una casualidad que justo hoy, a un año de haber recuperado la democracia, es que sea suspendida preventivamente como fiscal de la Nación. Tengo más de 28 años de carrera fiscal, y nunca me he corrido y siempre he dado la cara en todo momento. Y, en este caso, he acudido a las citaciones a las que se me ha convocado para decirle al país lo que realmente estaba sucediendo”, aseguró en el que acaso fue su primer discurso político.
EL FACTOR ‘PORKY’
Una voz aprista sugiere que el exabogado de Patricia Benavides fue una generosa gestión de Rafael López Aliaga. Lo cierto es que el actual alcalde de Lima no ha escatimado elogios en su defensa. No solo cuando la condecoró, sino incluso tras su suspensión. López Aliaga ha cuestionado la ilegalidad del proceso y las investigaciones, aunque no se ha pronunciado sobre el tema de fondo, que es el contenido de los chats. Sobre lo que sí se manifestó fue la pelea interna en Willax, en la que el fuego cruzado entre Phillip Butters y Beto Ortiz ha llegado hasta las redes sociales. “Willax no es una iglesia… no es un partido político, aunque algunos quisieran, por supuesto”, dijo Ortiz en su programa el pasado viernes 8 de diciembre. “Wilax todavía no es un partido político”. Desde su cuenta de Twitter, el alcalde de Lima ha retuiteado algunas críticas que se le hacen a Ortiz, en especial las que rebotan su entrevista con la exprocuradora Katherine Ampuero. En la mañana del sábado 9 de diciembre, López Aliaga tuiteó a favor de la libertad de expresión. “Todo el ataque, a veces muy bajo, en redes, contra @PolloFarsantePe me parece injusto. Como periodista tiene el derecho de investigar y buscar la VERDAD. Y lo hizo con Toledo, Vizcarra, PPK, Sagasti, Castillo, Cerrón. Lo atacaron en su casa y lo enjuiciaron. Yo respeto su TRABAJO”.
“¿La señora Benavides está en campaña electoral?”, se preguntó retóricamente el conductor de Beto a saber, casi al finalizar su monólogo y tras burlarse de las críticas de Norma Yarrow y Ricardo Pinedo. “Pareciera, ¿no? Porque ha salido en una foto al lado de Pilar Nores. ¿Esa es la plancha del APRA?”, finalizó su boutade.
Quien al parecer sí creyó que Patricia Benavides está en campaña fue Keiko Fujimori. Como se dijo el pasado 3 de diciembre en Perú21, fue una obediente parlamentaria albertista quien canjeó la cabeza de la fiscal de la Nación por la de Alberto Fujimori. Una fujimorista que tuvo un pasado izquierdista, y que ha llenado el vacío que dejó ‘Nano’ Guerra García como otrora nexo con el primer ministro. Entre conversos se entienden y pactan. Keiko Fujimori estaría muy satisfecha por el canje que le ha significado liberar a su padre y despejar un poco el flanco derecho de precandidatos. Tanto que estaría incluso pensando en salir de gira con el patriarca por todo el Perú, en una campaña social que desde ya apunta a polarizar con el recientemente inscrito partido de Antauro Humala.
MOVIDAS EN PALACIO
Tras la duda inicial, el gobierno ha analizado que las repercusiones tras la liberación del expresidente Fujimori han sido positivas. Las marchas fueron ralas y la inercia navideña hace el resto. El proceso fue tortuoso y provocó roces entre el Ministerio de Justicia y la Cancillería, quienes finalmente aparecieron dando un mensaje a la nación. El canciller habría estado a punto de romper las conversaciones. Superado el impasse, en Palacio se anuncian cambios para la semana que ya empieza. La conclusión es simple: si la opinión pública aguanta el indulto, puede soportar más cambios. Suenan fuerte las movidas en el Minem, Salud y Cultura. Pero algunas piezas internas ya se han movido. Lo más saltante fue la salida de Morgan Quero Gaime como jefe de Gabinete Técnico de la Presidencia de la República. La paranoia de Otárola habría cobrado una nueva víctima, muy a pesar de la presidenta. El influyente Quero acompañaba a la presidenta desde su paso por el Midis. El premier estaría muy nervioso por la existencia de seis videos que estarían relacionados con las contrataciones de sus amistades. A eso se le suma el paro anunciado por el Sindicato Unitario de Trabajadores del Despacho Presidencial. Además, a lo largo de las últimas semanas hubo notorios jales. Muchos asesores FAG (Fondo de Apoyo Gerencial) han despertado las alertas, desde la exsecretaria de confianza de una juez suprema hasta el discutido asesor Eduardo Guerrero Castillo, quien al parecer nunca se alejó de la presidenta. Guerrero, como se recuerda, fue sindicado en reportes policiales de protagonizar episodios de violencia doméstica.
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