En casa. Carlos Anderson se define como un optimista y eso, dice, es lo que lo trajo de vuelta al Perú. (Foto: Renzo Salazar/GEC)
En casa. Carlos Anderson se define como un optimista y eso, dice, es lo que lo trajo de vuelta al Perú. (Foto: Renzo Salazar/GEC)

Carlos A. Anderson da órdenes en perfecto inglés británico a su perro Perseus, un welsh terrier al que llama “hijo”. Le pregunto acerca de su buen inglés y responde preguntando: es un defecto, ¿no?

El recorrido profesional del actual congresista de se inició cuando, a los 17 años, empezó a dar clases para pagar sus estudios: “Soy peruano. Papa a la huancaína, ají de gallina y todo lo demás, pero tengo ancestros que vienen desde Escocia y el inglés siempre ha estado muy cerca y le tengo mucho cariño”. Asegura que gracias a eso pudo ganar un concurso internacional para formar parte del servicio mundial de la BBC. “He vivido 22 años en el extranjero, mis tres hijas nacieron en Gran Bretaña, pero ojo, no soy como , no imposto la voz y hablo muy bien el castellano”.

Un peruano en Nueva York… y en Londres

Estudió Economía en la , pero antes de terminar la carrera, recibió por télex la noticia de que había sido clasificado para la BBC. Viajó a Londres a trabajar y a seguir estudiando, primero por un diploma en Economía y luego en un doctorado en Historia Económica, en London School of Economics.

Cuenta con voz de locutor, que trabajaba en la realización de informes y para programas especiales de radio, hasta que vio un anuncio para postular a la Unidad de Inteligencia de The Economist, a donde, después de 17 entrevistas, ingresó. Tenía 31 años y asegura que fue la etapa más feliz de su vida: “Trabajaba con gente de primera, hacía informes especiales, iba a la biblioteca de LSE, viajaba haciendo entrevistas, no tenía horarios y elaboraba análisis de riesgo país. Me pagaban muy bien, además”. Pronto comenzaron a invitarlo como expositor internacional, lo que derivó en una oferta de trabajo como economista jefe del Banco Suizo en Nueva York.

“De Barrios Altos al mundo”

Hospedado en lo alto de un hotel hiperlujoso, con Manhattan a sus pies, se preguntó cómo fue que sucedió “si soy un chico de barrio”. Había tenido una infancia dura por el divorcio de sus padres. Se había refugiado en los libros desde pequeño, cuenta, para escapar de esa realidad. Y aunque pasaba también las tardes jugando a la pelota con los amigos fuera de casa, en Barrios Altos, sus recuerdos están, más bien, llenos de nostalgia por la temprana muerte de su padre, cuando apenas tenía 9 años: “Mi padre era un hombre muy mayor y mi madre muy jovencita. Se llevaban 30 años, pero también había una diferencia social. Él era hijo de extranjero y mi madre hija de carpintero. Igual digo que en Perú se crean narrativas, sobre todo, narrativas políticas del pobrecito ‘que llega a’ y yo no creo en nada de eso. Lo que la vida me dio y lo que me tocó vivir me ha hecho más fuerte”.

Todos vuelven…

Cuenta Anderson que, a pesar del éxito en distintos bancos de Estados Unidos y Colombia (ABN AMRO, Lehman Brothers, UBS y SBC Warburg), poco a poco lo llamó la tierra. Primero intelectualmente, con un par de colaboraciones en diarios nacionales, y luego estableciéndose, en 2009, como consultor y profesor.

En 2015 fue presidente del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico – CEPLAN “para después de dos años y algo, frustrado” regresar a sus actividades privadas. Fue allí que creó el Instituto del Futuro, “una aventura que se inició en 2017 y que busca mirar para adelante, algo que espero se entienda pronto en el Perú”.

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¿Podemos?

Un día, un general jefe de la lucha contra la minería informal entró a Ceplan rodeado de mucha gente y gritando órdenes, así que Carlos Anderson le dijo: “Disculpas, señor Urresti, usted se ha equivocado de cuartel; aquí mando yo”.

Daniel Urresti nunca lo olvidó, a tal punto que, cuando iba a ser candidato presidencial, lo buscó para elaborar su plan de gobierno. Si yo aceptara, le dijo Anderson, ¿estaría trabajando para un asesino o un violador? “Me dio toda la explicación del caso y la verdad es que me dio buen feeling”.

“Estoy acostumbrado a lo mejor, gracias a Dios”

¿Cómo se siente trabajando en el Congreso?

Es un impacto. Yo tengo una profunda vocación de servicio público y tengo un profundo agradecimiento a lo poco o mucho que me ha dado mi país, soy un producto de la educación y soy un ejemplo en que más allá de las oportunidades que uno tiene, con voluntad todo se puede.

¿Cree que este Congreso logrará buenos avances?

Hay concepciones equivocadas del congreso de la república. Básicamente hay un conflicto permanente entre Legislativo y Ejecutivo. El ejecutivo quisiera ejecutar sin tener al legislativo haciéndole control político y allí está el mal ejemplo de Vizcarra, que trabajó seis meses sin control e hizo lo que le dio la gana, porque pronto se sabrá la cantidad de atropellos al país, cuando no hay vigilancia. Claro que se puede hacer mucho desde el legislativo, hay gente comprometida y otros, es verdad, con intereses privados. Al congreso no se va a mostrar cuánto sabes, sino a representar al país y es la muestra de lo que somos, gente capacitada y otra quizá no tanto.

Repite algunas frases e ideas en sus declaraciones a la prensa…

Soy un comunicador y tengo una filosofía, digo en privado lo que digo en público y al revés. No tengo una agenda en particular. Me siento agradecido por estar más en contacto con la población y la votación que obtuve así lo demuestra. Me fui a las zonas más populares de la ciudad e hice una campaña directa, conversando con todos y educándome mucho. No prometí nada, solo mi esfuerzo y compromiso para que el país avance. Un congresista no tiene de dónde ofrecer empleo o algo, eso es populismo y yo no creo en eso.

¿Cómo llegó a Podemos Perú?

Conocí a Daniel Urresti de manera muy casual, cuando era presidente de CEPLAN. Él era el jefe de la lucha contra la minería informal y cuando entró con mucha gente y comenzó a hablar fuerte, yo le pedí disculpas diciéndole que se había equivocado de cuartel: “Aquí mando yo, le dije”. Cuenta divertido que, Urresti se sorprendió pero nunca se olvidó de él. Las pocas veces que nos vimos me trató con respeto y así fue hasta que en Junio pasado, en plena pandemia, me llamaron de parte de él. Me quería ver en persona y cuando vino a mi casa conversamos, escuchó algunas de mis ideas fuerza y al rato me confesó que quería lanzarse a la presidencia, pero que no era responsable sin un equipo técnico y un buen plan. Así me propuso trabajar juntos.

¿Aceptó e de inmediato?

Le pregunté, ¿si yo aceptara, estaría trabajando para un asesino o para un violador? Respondió con toda su explicación. Fue una respuesta larga y la verdad es que me dio “buen feeling”.

¿Le creyó?

No es que le haya creído o descreído, al final yo creo que hay una justicia en el mundo y el universo se encarga de poner las cosas en su sitio, pero yo, en principio, le di el beneficio de la duda, porque me pareció que estaba siendo sincero, me pareció lógica su explicación y además me llamó la atención el armar un plan de gobierno para alguien que tenía chance de ser presidente. En ese momento acababa de ser el más votado en el congreso, más de 700 mil votos.

¿Y le gustaban sus intervenciones en el congreso?

No realmente. No me gusta mucho su estilo estridente, lo hemos conversado. Yo tengo otra forma de comunicarme pero algo que yo descubrí cuando trabajamos juntos es que es muy inteligente, con una capacidad muy grande de aprender y con las preguntas precisas. No es un improvisado. De repente exagera su persona pública porque le ha dado resultados.

Dice que esta solo en su bancada, ¿es así?

Yo creo que los partidos políticos en el Perú actualmente no representan a nadie y digo todos los partidos porque creo hay una desconexión muy profunda entre la ciudadanía y los partidos, porque estos no han encontrado nuevas formas de comunicarse y conectar con la sociedad.

Entonces, ¿Podemos no lo representa?

Yo no represento a Podemos, Podemos no me representa. Acción Popular no me representa, ni tampoco a los que creemos que representa y así con PPC y todos los partidos. Lo que sí encontré en Podemos es que hay respeto por mis posiciones y yo soy bien transparente con eso.

Son solo 5 congresista, ¿no se pueden poner de acuerdo?

Es verdad que somos pocos, pero creo que lo que esta sucediendo es que es más fácil que yo los convenza a que ellos me convenzan y no por testarudez, sino porque me preocupo de tener los argumento y de investigar. Espero ser, en todo caso, una influencia positiva para Podemos. Hay gente valiosa aunque no ayudan ciertas sombras que también hay y en ese sentido digo abiertamente que jamás apoyaré nada que huela, suene o tenga que ver con algún interés privado del señor Luna o de ninguno de los que están allí. Cero. Soy bien claro en mi apoyo a la SUNEDU, soy una persona que cree en el poder de la educación y creo que en el Perú hay que mejorar la educación primaria, secundaria, universitaria y empezar a pensar distinto para competir con el resto.

¿Tiene relación con el congresista Luna?

Ninguna, solo nos vemos antes de los plenos. De todas formas yo soy una persona que creo en el principio de inocencia de las personas.

¿Por qué regresó al Perú?

Tengo una profunda vocación de servicio y aunque el Perú duele, es como en el futbol, hay que sufrir y cuando llegue el triunfo va a ser eterno. Soy un optimista, por eso estoy aquí.

CHISPAZOS

  • Solo en su bancada: “Creo que los partidos políticos no representan a nadie. Creo que hay una desconexión muy profunda entre la ciudadanía y los partidos, porque estos no han encontrado nuevas formas de comunicarse y conectar con la sociedad”.
  • Su partido no lo representa: “Yo no represento a Podemos y Podemos no me representa. Acción Popular tampoco, ni a los que creemos que representa, y así con PPC y todos los partidos. En todo caso, espero ser una influencia positiva para Podemos”.
  • ¿Por qué seguir siendo parte?: “Encontré en Podemos respeto por mis posiciones. Si bien somos cinco en la bancada, creo que es más fácil que yo los convenza a que ellos me convenzan y no por testarudez, sino porque me preocupo de tener los argumentos y de investigar”.
  • Su relación con José Luna: “He dicho abiertamente que no apoyaré jamás nada que huela, suene o tenga que ver con algún interés privado del señor Luna o de ninguno de los que están allí. Cero. Soy muy claro en mi apoyo a la Sunedu, creo en el poder de la educación y que el Perú debe mejorar para competir con el resto del mundo”.
  • ¿Por qué regresó?: “El Perú duele, pero es como el fútbol, hay que sufrir, y cuando llegue el triunfo, este va a ser eterno. Soy un optimista, por eso estoy aquí”.

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