El último discurso del premier Alberto Otárola fue el primer mensaje del candidato Alberto Otárola.

No solo se las arregló para politizar su salida e imponer su narrativa, con teoría de la conspiración incluida.

También cambió el titular del día siguiente.

Quienes creyeron que el ex primer ministro ahora coqueteaba con la política electoral parecen haber acertado.

Políticamente hablando, estaría deshojando margaritas.

Y, aunque aún es incierto su futuro partidario, su encendido mensaje a la nación fue claro en identificar a los ‘cucos’ de 2026: Antauro Humala y Martín Vizcarra.

No se puede negar que Otárola conoce bien a su potencial público electoral.


DE CHINA A CHINA

El futuro de Otárola es aún un misterio. Voces cercanas al gobierno creen que habrá un enroque con Gustavo Adrianzén, el flamante primer ministro. De ser cierto, Alberto Otárola sería el nuevo representante permanente de Perú ante la OEA. Paralelamente, el expremier viene negociando con algunas tiendas políticas.

Un exministro asegura que habría conversado con Patricia Li, presidenta del partido Somos Perú.

Otros excolaboradores suyos, sin embargo, sugieren que ya habría llegado a un acuerdo con la propia Keiko Fujimori para ser su vicepresidente y encabezar su lista a Lima. La voceada para la segunda vicepresidencia sería Patricia Juárez.

Una colaboradora de Keiko no niega ni afirma lo dicho, pero precisa que la candidata natural del partido querrá liderar la lista al Senado, ahora que puede dobletear con la postulación presidencial. Tal y como lo hizo su padre en 1990.


LOS CONVERSOS CONVERSAN

Según fuentes naranjas, los acercamientos se fueron dando desde hace meses, como lo ejemplifica la agente ‘Roberto’. Entre conversos conversan. Y se fueron entendiendo bien.

¿Podría un exsocialista del PSR (Partido Socialista Revolucionario) ser candidato del fujimorismo?

No sería el primero, si tomamos en cuenta a su amigo ‘Nano’ Guerra García.

Históricamente, además, hay que recordar que el fujimorismo apareció en la política peruana como un partido de exizquierdistas y socialistas moderados, desde aquel primer gabinete fujimorista —Carlos Amat y León, Fernando Sánchez Albavera y Gloria Helfer— hasta la llegada de las Marthas (Moyano, Chávez, Hildebrandt).

Siguiendo esa línea, podría decirse que el viraje exprés de izquierda a derecha es la cabal expresión política de Alberto Otárola. Y de este gobierno, claro. Un gobierno que, frente a las hordas de la ‘Toma de Lima’ y la ruptura con Pedro Castillo, tuvo que llevar un curso acelerado de real politik. Se tuvo que moderar. Y moderar es madurar: hacerse responsable de las decisiones. Asumir el costo político. Parece fácil, pero no lo es si toda tu juventud se construyó sobre la crítica al sistema desde la calle y desde la izquierda. Si no, que lo digan Dina Boluarte (ex-colaboradora de Alfonso Barrantes), Alberto Otárola (ex-PSR) y ahora César Acuña (ex Izquierda Socialista). Porque ahora ellos son los criticados. Ellos son el sistema. Y a golpes hubo que aprender que no se puede estar a la vez con la protesta y con la Policía, con el caos y con el orden, con la calle y con Palacio.

No, este no es un gobierno de derechistas. Es un gobierno de exizquierdistas. Es lo mismo, pero no es igual.


FUJIMORISMO SIN FUJIMORI

Cuando se discutía la posibilidad del indulto a Alberto Fujimori, uno de los más entusiastas era Alberto Otárola. La cercanía al aniversario del golpe de Estado de Pedro Castillo lo hacía ver como una provocación. Gasolina sobre las brasas. Otárola, sin embargo, la tenía clara. El indulto no solo era parte del acuerdo con el fujimorismo y la agente ‘Roberto’ por la cabeza de Patricia Benavides. También era un mensaje.

En círculos íntimos, el ex primer ministro reconoce las virtudes del gobierno de Alberto Fujimori. No solo por la influencia de su hermano mayor, Roque Otárola, exfuncionario de Essalud durante el fujimorato, sino sobre todo por su reciente experiencia con los componentes subversivos de las marchas de diciembre de 2022 y enero de 2023. En una charla privada, el expremier habría descrito a los incendiarios como ‘terrorismo 2.0′ o ‘Sendero 2.0′. Para completar el paralelo con el otro Alberto, asegura que, al igual que a Fujimori, en un futuro recordarán al gobierno por su labor contra los actores subversivos de las ‘Tomas de Lima’.


FUJIMORISMO CON FUJIMORI

Mientras tanto, en la base naranja, algo de ese populismo auroral parece haber vuelto, a juzgar por la crítica de Keiko Fujimori a los “abusos” de las empresas farmacéuticas.

La lideresa ha anunciado dos nuevas iniciativas legales para acercar las medicinas a todos los peruanos. “Un proyecto de ley que promueve la disponibilidad y el consumo de medicamentos genéricos y otro que facilita el acceso y las autorizaciones a medicinas provenientes de países con altos estándares de calidad y vigilancia”, explicó en su cuenta de Twitter. “La gran reforma de los medicamentos en beneficio de los pacientes ya está en marcha”, anunció.

La nueva postura no solo contradice la antigua línea fujimorista que se opuso al ingreso de medicamentos genéricos al mercado en 2019, a iniciativa de los entonces congresistas Freddy Sarmiento y Úrsula Letona, quienes presentaron el Proyecto de Ley n° 3692 y n° 3743, respectivamente. Letona, por cierto, sería nuevamente la voz que influencia a Keiko, esta vez en sentido contrario.

El nuevo caballito de batalla también anuncia un sutil viraje populista del partido naranja, acaso aconsejado por el patriarca de la familia, quien siempre precisa cada vez que puede que el fujimorismo no era un partido tan conservador en sus inicios. “Quieren ubicarse en el espacio del Alan de la campaña de 2006″, dice un analista político amigo. Ver para creer.

Mientras tanto, el padre ha decidido abrir sus redes sociales y hasta crearse una página web personal. Una página que tiene el sello distintivo de Carlos Raffo, otro colaborador auroral. Y una cuenta de Tik Tok que ya tiene 72.7 K seguidores. Se prevé que seguirá creciendo para buscar rivalizar con el Tik Tok de Martín Vizcarra (441.9 K seguidores) y el de su propia hija Keiko Sofía (1.1 M seguidores).

Su segundo video es sobre el sonado Caso Pativilca, como para que quede claro que su defensa ya no abarca solo las audiencias orales por Zoom, sino los cortos de Tik Tok. “Para ampliar mi defensa expuesta en las audiencias judiciales, en las que se dispone obviamente de un tiempo limitado, he decidido reabrir mis redes sociales”, anunció Fujimori en el video inaugural.

Como explicó alguna vez su exabogado César Nakazaki, “el juicio mediático es distinto al juicio jurídico”.

Pero el primero, sin duda, influye en el segundo.