Máximo San Román, quien fuera primer vicepresidente de la República durante el primer mandato de Alberto Fujimori, sostuvo que Keiko Fujimori tiene una gran tarea tras el fallecimiento de su padre.
"Keiko Fujimori tiene una gran responsabilidad y una que le puede tocar es su capacidad de renunciar a apetitos personales en beneficio del interés nacional", declaró en Perú21TV.
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San Román recordó que la lideresa de Fuerza Popular tuvo una gran oportunidad de continuar con el legado de su padre cuando, durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, alcanzó una mayoría abrumadora de curules en el Congreso de la República.
"Lastimosamente, por el capricho y la soberbia, no supo utilizar esa mayoría para terminar las reformas que con tanto esfuerzo hizo su padre, que era la reforma del Estado. Ojalá haya una gran concertación para atacar este tema que es urgente", manifestó.
Indicó que entre las reformas que se requieren está aquella que involucra al Poder Judicial y también al sistema educativo. En ese contexto manifestó que el primer paso debería ser impulsar una reunión de los líderes políticos más destacados con el fin de que se logre un acuerdo nacional que conduzca precisamente a implementar esta reforma del aparato estatal.
¿Quién es Máximo San Román?
San Román recuerda también que una de sus primeras tareas al llegar al gobierno, en 1990, fue tender puentes con las fuerzas opositoras al fujimorismo en el Parlamento, donde Cambio 90 no tenía mayoría.
"Me tocó hacer de enlace con grupos más representativos como el Fredemo, logré hacer una alianza, no formal en documentos, pero sí una alianza cívica para ayudar a resolver los problemas del país, y logramos aprobar importantísimas leyes y la delegación de facultades para legislar en materia tributaria", recordó.
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Pero la relación Fujimori-San Román funcionó hasta el 5 de abril de 1992 cuando el entonces presidente dio un autogolpe de Estado, disolvió el Congreso, intervino el Poder Judicial, el Ministerio Público, los medios de comunicación y otras instituciones.
La medida marcó un quiebre entre ambos. San Román expresó su abierta oposición al autogolpe y el disuelto Parlamento lo declaró presidente de la República en una ceremonia que se llevó a cabo en el local del Colegio de Abogados de Lima. Juró al cargo ante el entonces presidente del disuelto Congreso Felipe Osterling y con la banda, en préstamo, del expresidente Fernando Belaunde Terry.
San Román, sin embargo, no fue reconocido ni por la ciudadanía ni por la comunidad internacional y Alberto Fujimori se mantuvo en la Presidencia de la República. Lo demás es historia conocida.
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