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Jorge Medina Méndez: “Hay que dejar de ver el partido desde la tribuna, bajar a la cancha y jugar” | ENTREVISTA
“En el mundo ideal, lo que debería pasar es que el presidente Castillo renuncie; es un gran demagogo, populista y le miente al país”, sostiene el cofundador y presidente de Capitalismo Consciente Perú.
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“Castillo, bajo la excusa de ‘soy un maestro provinciano, un rondero’, está destruyendo el país”.
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Jorge Medina habla con convicción sobre este cambio de visión empresarial que promueve desde Capitalismo Consciente Perú, un movimiento que busca que los empresarios, como ciudadanos que son, se involucren de forma directa y participativa en los problemas de la sociedad y la búsqueda de soluciones. En ese contexto, no deja de dar una mirada crítica al contexto político actual.
¿Qué es el capitalismo consciente?
El sistema capitalista es el mejor sistema que ha desarrollado el ser humano para su progreso porque opera sobre la base de la libre empresa, el intercambio de voluntades. El problema está en que perdió el paso en las últimas cuatro o cinco décadas porque adoptó una mirada cortoplacista. No digo que todas las empresas son así, pero el sistema empezó a funcionar mal; los empleados, los clientes, los proveedores, el mismo medio ambiente y las comunidades son consideradas no como fines en sí sino como instrumentos. Por eso hay tanta crítica y rechazo al sistema capitalista; se piensa que los empresarios solo buscamos nuestro propio interés y eso no tiene por qué ser así.
¿De qué manera se pueden conciliar las necesidades del empresariado con las que tiene la población? Uds. organizaron mesas de trabajo con más de un centenar de líderes de diferentes ámbitos para analizar el tema…
Fueron como 10 mesas, participaron 110 líderes de todos los sectores y en cada mesa fue el mismo tema: ¿cómo mejorar el liderazgo empresarial peruano en tiempos de crisis social, política y económica? La empresa privada es parte de la sociedad y los empresarios, antes que empresarios, somos ciudadanos, y es ahí donde en el Perú venimos fallando porque no estamos involucrados en forma directa y participativa en aquellas cosas que atañen a la sociedad como, por ejemplo, la regionalización, cómo mejorar la política, la salud, la educación. Ahora, sí se puede conciliar, y hay países donde está demostrando progresos la participación del empresariado a través de equipos de pensamiento o think tank; son muchísimos más eficientes en términos de propuestas de políticas públicas para mejorar problemas de desigualdad y otros que aquejan a la sociedad; eso se puede hacer también en el Perú.
Hay un replanteamiento de la visión empresarial respecto a la sociedad y eso se evidenció en la pandemia, pero ¿qué más se puede hacer?
Cuando se han producido casos como el de la pandemia, o antes los desastres naturales en la costa norte, el empresariado ha tenido una participación importante positiva. De hecho, fue posible que llegaran las primeras vacunas en la pandemia porque el empresariado peruano ayudó. ¿Qué cosa tendríamos que hacer? Primero, reconocer como empresarios que somos parte de la sociedad y que no seremos jamás sostenibles como empresa privada en un entorno de democracia frágil, institución débil, demagogia y populismo como el que vivimos hoy. En segundo lugar, reconocer que el modelo peruano de los últimos 20 o 25 años ha sido básicamente de crecimiento económico, no de desarrollo, porque, de ser así, hubiese incluido desarrollo social, humano, ambiental. En tercer lugar, es necesario que el liderazgo empresarial actúe con coraje para dominar ese temor a que si participamos en lo público, nuestras marcas y reputación pueden ser dañadas; es todo lo contrario. Y una cosa que debemos tener en cuenta también es que el concepto de democracia debe ser mejor entendido por todos, pero también por el sector privado porque no podemos ignorar que la democracia es un sistema diseñado por la humanidad para administrar adecuadamente poder en un país y en beneficio de toda la sociedad. Mire lo que tenemos hoy con el presidente Castillo, que probablemente sea el gobierno más demagógico y populista que haya tenido el Perú. Bajo la excusa de “soy un maestro provinciano, un rondero que viene del campo y que trabajo para el pueblo y por el pueblo”, está destruyendo el país, lo poco que tenemos de institucionalidad...
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Y en medio de esta crisis de institucionalidad, ¿cómo ve la falta de confianza ciudadana en el sector empresarial abonada por empresarios involucrados en casos de corrupción como el Club de la Construcción, Lava Jato, etc.?
En efecto, hay una desconfianza generalizada no solamente hacia los empresarios, sino en las instituciones. No tiene por qué ser así, y una forma que han encontrado muchas empresas es que sus CEO y presidentes se pronuncien sentando posición sobre aquellas cosas que afectan a la sociedad. En una economía en vías de desarrollo como la nuestra, la empresa privada es fundamental para el progreso del país, y por eso es necesario hacer política, no digo crear un partido político y hacer política partidaria, sino participar con los recursos que tengamos porque tenemos influencias, poder, no solo económico, sino de buenos talentos humanos, tecnológicos e innovación.
¿Está cambiando esa distancia del empresariado respecto de los problemas ciudadanos o situaciones políticas y económicas que está viviendo el país?
Está cambiando en algo, sí, pero no a la velocidad que debería. Hace tres o cuatro años, los empresarios no queríamos hablar de la corrupción, preferíamos hablar de la informalidad, del Estado que no funciona, pero, hablando con toda franqueza, mucha gente sabía, sobre todo los que están en ciertas industrias, que Odebrecht y otras constructoras no actuaban bien; quizás no se sabía al extremo de la penetración que tenían con contabilidad paralela o compra de voluntades, pero ya se hablaba y creo que ahí debimos ser mucho más contundentes.
Bloomberg ha reconocido a la economía peruana como la más sólida de la región, desplazando incluso a Chile, y el presidente Castillo se lo atribuye a su gobierno. ¿Cuál es su opinión?
Esa afirmación es populista y demagógica, es falsa. Chile está en segundo lugar porque tiene un gobierno que ha hecho modificaciones y entonces está yendo por un modelo qué aumenta el riesgo país, pero si en el Perú se produjese una Asamblea Constituyente y fuésemos por un camino que al final del día nos va a llevar a un desastre social y humano, como hemos visto en otros países como Venezuela, Nicaragua, etc., entonces ahí va a ver cómo cambia nuestra posición. Lo que ha pasado no depende del gobierno del presidente Castillo, por supuesto que no; eso es un aprovechamiento demagógico y populista. Este gobierno está, por incapacidad y en buena medida por una carga ideológica, haciéndole mucho daño al Perú, y por eso, insisto, los empresarios tenemos que hacer activismo empresarial, participar, dar sugerencias, causar tensión positiva junto con la ciudadanía. Los peruanos que queremos lo mejor para el país tenemos que dejar de ver el partido desde la tribuna, bajar a la cancha a jugar y, si eso genera algún costo, hay que pagarlo porque es mucho más cómodo y económico que quedarnos de espectadores porque más adelante va a ser peor. Además, no hay posibilidad alguna de hacer sostenibles los mercados, las empresas y la inversión en un entorno tóxico, disfuncional, como el que hoy prevalece en el Perú.
Desde su mirada empresarial, ¿cómo ve la situación del país y cómo hacemos para convencer a los empresarios de que inviertan cuando tenemos la amenaza constante de una Asamblea Constituyente y el cambio de reglas de juego?
Acá hay dos caminos: o el presidente Castillo pone a un primer ministro capacitado, democrático, convocante y forman un Consejo de Ministros técnico, capaz y sin las acusaciones que tiene la mayoría de los ministros actuales, y el presidente Castillo llega al fin de su gobierno, o no dura mucho. Ni siquiera le digo porque lo vaquen; el pueblo mismo al que el presidente se refiere cada vez que habla en forma demagógica lo va a sacar porque la economía se va a seguir deteriorando, las condiciones de salud no van a ver progreso y la gente va a resentir y a decir ‘uno más que nos engaña’ y lo van a sacar.
¿Y el Congreso está a la altura de las circunstancias o está también viendo por sus intereses partidarios, personales y quizás hasta empresariales?
El Congreso tiene una gran responsabilidad y no está actuando como los representantes que deberían ser porque por cosas menores han tomado anteriormente decisiones extremas. Imagínese al expresidente Vizcarra haciendo un gobierno como el que hace hoy el presidente Castillo; hubiese sido mucho más rápido. En el mundo ideal, lo que debería pasar es que el presidente Castillo renuncie, pero tengo la impresión de que no va a estar a la altura, es un gran demagogo, populista, no es transparente y le miente descaradamente al Perú, y eso lo sabemos. Pero el Congreso también tiene su responsabilidad. Yo no veo que sean nuestros representantes o que estén actuando a la altura de las circunstancias y, sí pues, puede ser que tengan temor de que, claro, si hay elecciones, las hay para todos, el famoso “se van todos”, y el problema es cómo se está ejerciendo el poder. En el Perú no hay una verdadera democracia porque esta existe cuando el Estado es capaz de darle a su población las condiciones mínimas para una vida digna, igualdad de oportunidades para un desarrollo, para vivir en paz, eso no existe en el Perú. Tenemos una democracia electoral y encima imperfecta, y tenemos mucha penetración de dinero ilícito en la política, tala ilegal, narcotráfico, minería ilegal; por eso es importante que las fuerzas democráticas depongan sus intereses y participen con think tanks. Necesitamos deponer los intereses personales pensando en lo mejor para el país y ahí la empresa privada, los líderes –no hablo de los gremios sino de los CEO, de los propios presidentes de empresas– tienen que participar como ciudadanos; es una oportunidad, nunca hemos tenido mejor escenario para que haya un cambio en ese sentido.
TENGA EN CUENTA
Jorge Medina Méndez es cofundador y presidente de Capitalismo Consciente Perú. Es contador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Fue director de la Confiep e IPAE, presidente de Proética y presidente y CEO de Ernst & Young Perú.“Cada vez existen más empresas conscientes de que quieren mejorar la sociedad, no a través de filantropía o responsabilidad social, que siempre son bienvenidas, sino a través de negocios hechos para resolver necesidades ambientales, sociales y humanas en forma rentable y sin causar externalidades negativas”, sostiene.
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