Una placa advierte que es la casa de un periodista. Adentro, lo hacen libros, recortes y fotos. Y el perro que ladra.

Se investigará a los fiscales Vela y Pérez.

El trabajo de la justicia es ver dónde está la verdad y dónde la mentira. Y qué cosa es comprobable o no. Distinguiría el caso del miembro de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), Henry Ávila, donde sí puedes rastrear que estaba vinculado a la empresa. En otros casos, cuando te dicen que uno ha sido topo, ¿cómo lo demuestras? Tienes el whatsapp o la grabación, pero, si no, es más complicado.

La polarización. Cada grupo elige creer lo que le conviene.

Vivimos una época de polarización muy grande. Hay gente que dice ‘Villanueva miente en los párrafos, 2, 20, 14 y 50′. Y que ‘dice la verdad en los párrafos 1, 7, 21…’ según como convenga. El periodismo también se ha polarizado.

¿Es una minoría en el diario?

Es la diferencia entre ser columnista y director. Y la verdad no me interesa agradar. Ni me va ni me viene. Vivimos una realidad donde cada quien ve lo que quiere ver.

¿Es activismo o periodismo?

La búsqueda de la verdad es un concepto que se ha perdido. A mucha gente no le interesa. Más pesa el objetivo político que la verdad. Por buenas razones, de repente. Creo que mi verdad es tan importante y el objetivo es tan crucial que estoy dispuesto a acomodar todo en función de eso. En el periodismo se ve mucho activismo. Para los lectores y las audiencias es un problema, porque hay gente que primero opina y después se informa. Se cree que hay un objetivo mayor al cual debe supeditarse todo, incluyendo la verdad. Es muy lamentable.

¿A quién se refiere en su columna ‘Las banderas que se eligieron para lavar’?

Hay ONGs que debieron pronunciarse sobre la corrupción del gobierno de Castillo. No decían nada porque era de izquierda. El sistema de ONGs en general de izquierda no estuvo a la altura de que lo importante son los principios y no los intereses vinculados. Es el país del quién. Primero preguntas quién es y luego informas.

Cada vez hay más ONGs que hacen periodismo.

Te refieres a fuentes de financiamiento que orientan de alguna manera el tipo de información. O que promueven políticas públicas. Por ejemplo, fundaciones nórdicas que financian las denuncias sobre explotación de recursos naturales en la selva. Es el eterno problema de poner la muralla entre la redacción y lo comercial. El drama es que, en momentos de crisis como este, todo comienza a mezclarse. Y esto es en Lima; en provincias la cosa es terrible. La minería ilegal y el narcotráfico seguro financian medios, no solo congresistas.

Sobre IDL, dice que un periodista debe ir hasta donde se lo permiten. ¿La responsabilidad la tendría el funcionario?

Fue lo que analizamos en IPYS, que no hay razón para que Gustavo Gorriti sea procesado en un juicio. Yo distingo el trabajo de Gustavo del de la otra parte de IDL, que creo que está en otra cosa. El problema ocurre cuando la fuente se vuelve tan importante que acabas capturado por ella. Estos fiscales han entregado información a cambio de buena prensa en cuatro o cinco medios. Para mi gusto, han actuado muy mal. Han politizado los casos y cometido arbitrariedades. Han actuado de manera política viendo a quién entraban y a quién no. Malusaron el cheque en blanco que les dio la sociedad.

¿Cómo cayó el comunicado de ‘Alejo’ Miró Quesada?

Es cierto que él no ha estado participando últimamente en IPYS por temas de salud. En el chat no hubo respuesta. IPYS no es un partido político, así que coinciden periodistas con diferentes formas de pensamiento. Y ‘Alejo’ piensa diferente del resto en ese tema.

¿Ha habido lawfare?

Puede haber habido. Habría que combatirlo. La prensa no tuvo la capacidad de juzgar críticamente lo que estaba ocurriendo porque le daban la primicia. La mejor manera de corromper a un periodista es con información. Pero yo critico al magistrado que filtra, no al periodista. Incluso cuando dicen que el periodista acaba siendo el gurú de los fiscales, eso es responsabilidad de la autoridad que decide.

La justicia se les fue de las manos. ¿Un mea culpa?

Han pasado ocho años y no hay condenas. Un circo romano de prisiones preventivas y allanamientos. Una vocación para que haya muertos. Los fiscales no tenían un pare desde la prensa. El periodismo debe hacer una autocrítica. Y el sistema judicial, una reforma.

Al nuevo fiscal de la Nación ya le están gustando las cámaras.

A mí el señor Villena, nuevo fiscal de la Nación, no me da ninguna confianza. No llegas arriba si no te has metido en cuchipanda y media. No me dan confianza ni el fiscal, ni la JNJ, ni el almirante Montoya, que se la quiere bajar. La opción es la vocación del alpinchismo. Me llega al pincho. Ese es el ánimo del Perú. ¿Para qué voy a marchar si los que convocan no tienen credibilidad? Ya no creen en la anticorrupción. El porcentaje que se quiere ir según Ipsos es atroz. Hay más pesimismo que en el 90. Y, cuando la gente está con desazón, busca soluciones muy extrañas. No me sorprendería que haya una segunda vuelta peor que la de 2021. Fue la primera vez que puse una obscenidad.

En su columna sobre Osiptel critica a Petroperú.

Hay gente que cree que ser de izquierda es defender a Petroperú aunque la refinería cueste US$6 mil millones. Una ideologización absurda. Hay mayor tolerancia a los errores de una empresa estatal. Una corriente antiempresa privada muy fuerte. Rómulo Mucho me provoca entusiasmo. Ha hablado claro sobre Petroperú. Ojalá que Mucho haga un poco al menos. La minería tiene US$40 mil millones en proyectos parados. No se puede parar Tía María por unos revoltosos.

Nunca negó su trabajo en los 90. ¿El antifujimorismo lo ha ‘chantajeado’? Nos ha llevado de las narices.

He tenido muchas vidas y no oculto mi CV. Valoro mucho la experiencia en el proceso de privatización. Cambiar es parte inherente de las personas. Hay gente que quiere definir quiénes son los buenos y los malos. Se estigmatiza a la gente. Es un error creer que todos los de un partido son de una forma.

¿Hay un padre ausente? Me refiero a César Acuña.

Hay una sensación de no tener en quién confiar. A él no lo veo hace mucho tiempo pero es un buen amigo. Enseñé en la Vallejo. Tengo buenos amigos políticos. Hernán Garrido Lecca, por ejemplo. Respetan mi labor periodística.

¿Fue un exceso el allanamiento a su casa de playa?

Me parece. La acusación era que había convencido a los siete miembros para nombrar a Patricia Benavides. Tendrían que demostrar que compró el voto. En estos allanamientos hay mucho ruido. Son condenas adelantadas.

¿Qué le preguntaría a Fujimori?

Si valió la pena meterse en política. Su familia quedó destrozada. Es de Shakespeare. Mi pesadilla es que la segunda vuelta sea entre Keiko Fujimori y Antauro Humala. Pero creo que, y esto es políticamente muy incorrecto, el candidato más sexy para 2026 sería Alberto Fujimori. En una encuesta duplicaría la intención de voto de su hija. Podría ir al Congreso o se lo puede jalar otro partido. ¿Te imaginas una plancha con Fujimori, Acuña y doña Peta? Quien sea candidato tiene que morirse de ganas de ser presidente. Tienes que sentir arrechura por el cargo. Nada de ‘me tienen que convencer’.

¿Lo dice por Añaños?

Por ejemplo, tiene que definirse. Como dice Tafur, los candidatos tienen que salir ya. Nada de guardarse para el final. El Perú requiere ilusionarse.

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