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Alberto Borea: “El crimen también viola derechos humanos”
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LIMA 23 DE DICIEMBRE DEL 2017.
ENTREVISTA AL DR. ALBERTO BOREA ODRÍA.
ABOGADO DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.
FOTO: LINO CHIPANA / EL COMERCIO
ENTREVISTA AL DR. ALBERTO BOREA ODRÍA.
ABOGADO DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.
FOTO: LINO CHIPANA / EL COMERCIO
Fecha Actualización
El reconocido abogado habló de todo con Perú21.
Tuvimos poca presencia en la CIDH.
Efectivamente. Perú no ha tenido mucha presencia en la CIDH. El último juez que tuvo ahí fue Diego García Sayán, que ya hace 12 años no se encuentra en esa posición. Anteriormente, Máximo Cisneros Sánchez fue miembro y presidente de la CIDH. Él fue un peruano deportado en la época de Juan Velasco Alvarado. Estuvo exiliado en Costa Rica y fue presentado como candidato por ese país. Fue un importante muy importante en Costa Rica. Además de juez, fue presidente de la CIDH. Y su descendencia se quedó allá. Su hija es diputada nacional en Costa Rica y trabaja muy de cerca con el presidente.
Su trabajo por los derechos humanos empieza con la dictadura de Fujimori…
En realidad mi lucha contra las dictaduras comienza el 3 de octubre del año 1968 en la Plaza San Martín, cuando Velasco dio el golpe de Estado, deponiendo al presidente Belaunde. Sin mucha notoriedad, pero haciendo lo que tienen que hacer los jóvenes. Luego, tuve que salir del país durante el gobierno de Alberto Fujimori. Me pasó algo similar que a Cisneros. Tuve la fortuna de pasar un tiempo formidable en Costa Rica, estudiando y trabajando en el Instituto Interamericano de Derechos Humanos. Pude crear el área de administración de justicia en ese instituto.
La CIDH ha sido muy criticada últimamente. ¿Cómo recuperar el prestigio?
Quienes hemos sufrido y padecido las dictaduras nos damos cuenta de la importancia de las organizaciones internacionales. Cuando con César Rodríguez Rabanal, Fernando de la Flor, Aurelio Loret de Mola y Ángel Delgado luchábamos por la recuperación de la democracia, los pronunciamientos emitidos llegaban como ráfagas de aire. Pero tiene que haber un trato frecuente con las propias autoridades nacionales. En Europa, la corte europea tiene un un diálogo permanente con las cortes nacionales. No se trata de imponerle a los países lo que piensan tres o cuatro profesores que tienen algunas ideas, ideas que para ellos son novedosas y que de todas maneras hay que incorporar. El derecho tiene un proceso de sedimentación distinto. No puedes apresurarse en consagrar como esencial una consideración que no ha sido sedimentada en el curso y en la corriente de las naciones. Y tienes que tener en cuenta, además, cuando juzgas los temas de derecho, cuáles son las causas que llevan a que haya determinado tipo de actuaciones, tanto de las personas como del Estado. Y esto es un tema fundamental. El equilibrio es básico en las relaciones internacionales. Sobre todo para que se vayan constituyendo, como ha sucedido en la Unión Europea, en una suerte de unión de democracias.
Urge ese diálogo con la CIDH. Hay nuevas realidades y retos. Bukele, el Tren de Aragua, canibales…
Los jueces tienen una suerte de principio que se llama el ‘self restraint’. Tienen interiorizado que hay un curso para las cosas políticas en donde tienen que ser muy cuidadosos para no meterse a tomar decisiones que le corresponden a la sociedad. Solo hay que entrar en casos que son efectivamente decidores de derechos fundamentales. Las nuevas respuestas surgen ante nuevos desafíos. Hoy día, los desafíos del crimen organizado, del narcotráfico, del terrorismo y del secuestro también violan los derechos humanos. El Estado está en la obligación de defender la paz. En el artículo segundo inciso 22 del texto de 1993, tienes un predicado que dice que los ciudadanos tienen derecho a la paz y a la tranquilidad. Es un derecho. El Estado está obligado a garantizar la paz y la tranquilidad. Cuando haces un juzgamiento tienes que mantener el equilibrio.
Regresa el Senado…
Me parece muy importante desde varias perspectivas. Primero, nos da la lección de que lo apresurado no necesariamente es bueno. Hemos ido para atrás desde 1992 hasta el día de hoy. El poder legislativo no se ha fortalecido, sino que se ha debilitado. Quienes estaban en ese lugar de representación tenían un señorío sin ninguna duda. Me estoy refiriendo a Ramiro Prialé, Luis Alberto Sánchez, Javier Valle Riestra, Felipe Osterling, Mario Polar Ugarteche, Ernesto Alayza Grundy, Gastón Acurio, Javier Alva Orlandini, ‘Pancho’ Guerra García, Javier Diez Canseco, Enrique Bernales… Una cámara que provocaba la reflexión en el país y atemperaba las exageraciones que muchas veces se daban en la Cámara de Diputados.
Otra cámara no hará que vuelvan esos políticos…
Pero se van a hacer. Yo creo que los partidos van a tener que empinarse sobre su propia altura. Tendrán que ir convocando, a pesar del deleznable suelo sobre el que han construido. A veces uno saca fuerzas de flaqueza. Yo espero que el Perú saque fuerzas de flaqueza, porque una de las experiencias que deberíamos de haber sacado es que la prisa no fue buena para el páis. Porque así fue como se disolvió el Senado en 1992. El jurista uruguayo Eduardo Couture decía “el tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su consentimiento”. Va a aparecer gente. Todos tenemos amigos de muy bien nivel.
TENGA EN CUENTA
“La elección será entre el 26 y 28 de junio en Asunción, en la Asamblea General de la OEA.”
“PPK está impedido de hablar con quienes han sido mencionados en el proceso. Por eso no hablamos. Una lástima que hayamos tenido que pasar por eso.”
Sobre Fujimori. “Los magistrados no pueden votar en los casos de su país. Pero tampoco me parece propio, antes de que el tema esté en discursión, conversar del asunto. Vamos a decir un refrán español, “al buen callar llaman Sancho”.”
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