La muerte del terrorista Abimael Guzmán ha evidenciado la falta de convicciones de las actuales autoridades peruanas. Salvo el ministro de Justicia, ni el presidente ni la fiscal de la Nación hicieron expresa su opinión sobre lo que debería ocurrir con sus restos.
La última palabra la tendrá el fiscal del Callao, Julio García Romero, quien deberá actuar pensando en la dignidad y la memoria de las víctimas del sanguinario cabecilla senderista.
Sin embargo, esta no es la primera vez que el mundo observa lo que se hará con el cuerpo de un indeseable, de un criminal que ordenó perpetrar con total intención las peores masacres que se han registrado en el Perú republicano. En este contexto conviene repasar. ¿Qué pasó con los cadáveres de terroristas y genocidas como Pablo Escobar, Osama Bin Laden y Muamar Al Gadafi?
MIRA: Aníbal Torres sugiere “la cremación de los restos de Abimael Guzmán”
El peligroso narcotraficante colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria hizo su fortuna a punta de cocaína creando y encabezando el cartel de Medellín, con el que comenzó una sangrienta guerra en contra del Estado colombiano, colaborando en el conflicto armado que azotó a ese país entre 1980 y 1990.
Fue acusado de ser responsable de 623 atentados terroristas en Colombia, de poner más de 200 bombas entre 1989 y 1993, de asesinar a unas 6,000 personas en nombre del cartel de Medellín, entre civiles, políticos, policías y periodistas colombianos.
Su reinado de terror y narcotráfico llegó a su fin el 2 de diciembre de 1993 cuando un disparo le atravesó la cabeza, en el tejado de una casa en el barrio Los Olivos, en Medellín, y acabó con su vida y, con ello, una de las etapas más violentas de la historia de Colombia. Pese a todo lo que hizo, como premiado por el gobierno de César Gaviria, Pablo Escobar sí tuvo un funeral. El evento fue desordenado, conflictivo y concurrido. Asistieron más de 20 mil personas. Desde entonces, los restos de Escobar yacen en el cementerio Jardines de Montesacro, donde lo visitan seguidores, turistas y curiosos para la humillación de sus víctimas.
Bin Laden fue uno de los más feroces terroristas de los últimos tiempos y cabecilla de la agrupación Al Qaeda, responsable de no menos de 20 atentados criminales sucedidos en el mundo entero entre 1993 y 2020.
Osama Bin Laden fue el cerebro del trágico 11 de setiembre, donde cuatro aviones abordados con terroristas suicidas de Al Qaeda, se estrellaron llenos de pasajeros en diferentes lugares de los Estados Unidos. Dos en los edificios del World Trade Center, más conocidos como las Torres Gemelas, uno en el Pentágono y un último avión que no consiguió llegar a su destino, pero que chocó matando a toda la tripulación. Solo en este atentado hubo tres mil muertos, cerca de seis mil heridos e incontables desaparecidos. Desde Kenia hasta Reino Unido sufrieron ataques similares.
El 1 de mayo de 2011 se puso en marcha la Operación Gerónimo; la CIA y el grupo de desarrollo de Guerra Naval Especial de EE.UU. entraron al refugio donde Bin Laden se encontraba escondido en Paquistán desde 2003; dos disparos, uno en el ojo izquierdo y otro en el pecho acabaron con la vida del criminal. Su cuerpo fue lanzado al mar para evitar que se convirtiera en un mártir; además, ningún tercer país quiso enterrar el cuerpo inerte del sanguinario terrorista.
El coronel Muammar Al Gadafi se impuso en el gobierno de Libia a los 27 años de edad, impulsó y apoyó el terrorismo en el Medio Oriente. Gadafi fue genocida, dictador y depredador sexual.
Financió a las facciones palestinas más sanguinarias, apoyó abiertamente al IRA, a las FARC, e incluso a ETA; por esta razón en 1980 fue conocido como el principal sostén económico del terrorismo mundial. Torturó militantes islamistas, asesinó y abandonó en medio del Sáhara a inmigrantes de diferentes países cercanos. Pero quizá lo peor de Gadafi no fue su insania, sino su depravado apetito sexual: abusaba constantemente de niñas de orfanatos, las secuestraba y las tenía en cautiverio para usarlas cuando quisiera.
Muammar murió en 2011, de dos disparos en un fuego cruzado; no se conocen más detalles. Su cadáver fue arrastrado y exhibido en las calles de Misrata. Luego fue arrojado en medio del desierto.
Adolf Hitler asesinó a tantas personas en la guerra que él mismo inició que se tuvo que crear una palabra especial para describir sus terribles acciones: genocida.
Su intención fue exterminar a los judíos, pero antes había intentado lo mismo con los gitanos y a los que no consideraba de raza aria. Fueron 60 millones de muertos los que Hitler y su séquito de asesinos a sangre fría, conocidos como nazis, dejaron en toda Europa. Torturas, experimentos en humanos, personas quemadas vivas, ejecuciones y otros miles de diferentes formas de asesinar se le adjudicaron a este expresidente de Alemania conocido como el Führer.
Sus cobardes acciones lo llevaron a su muerte el 1 de mayo de 1945. Se suicidó junto a Eva Braun en el búnker de la Cancillería del Tercer Reich en Berlín. Sus restos fueron quemados en la puerta del refugio donde se mató y hoy en día este es un parking cualquiera.