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Tusi: una droga sintética altamente adictiva
Se le conoce también como la cocaína rosada. Se emplea mayormente en discotecas, también en entornos donde reina el hampa.
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Una noche, en una fiesta, una joven que tenía poco más de 25 años decidió probar, por primera vez, la llamada cocaína rosada, la droga de moda: el tusi —también conocida como tuci, tucibí o polvo mágico—. “La primera vez que me la metí, me puso locaza. Yo era el alma de la fiesta. Mi energía estaba al 1,000%”, afirmó. La segunda vez, los efectos fueron más severos. “Me hizo alucinar. Creo que esa venía con keta. No sentí mis piernas; me sentía en el aire. Con mi amiga, que estaba a mi lado, no podía hablar, porque no articulaba palabras. El tusi te deja bruto. Los efectos no duran mucho”, aseguró.
El tusi es una droga sintética, de diseño. Es una droga psicoactiva, que genera efectos alucinógenos en el sistema nervioso central. “Al momento de consumirla, la persona puede sentir euforia, alucinaciones; siente que tiene mayor energía o vitalidad. Los riesgos son que su uso puede generar gran dependencia, además de problemas con la frecuencia cardiaca, infartos, sensación de paranoia”, aseguró Mónica Gamio, especialista del servicio Habla Franco de Devida.
EL CREADOR
La denominación de esta droga es 2C-B —4-bromo-2.5-dimetoxifeniletilamina—. De allí proviene el nombre, por su pronunciación en inglés. De acuerdo con el portal Insightcrime.org, esta sustancia fue producida, por primera vez, en 1974, por el químico estadounidense Alexander Shulgin, como una alternativa al MDMA, más conocido como éxtasis. Se hizo sumamente popular en Norteamérica y luego en Europa.
Según la misma web, se introdujo en Sudamérica a través de Colombia, a inicio de los años 2000, a través de un personaje que era conocido como ‘Alejo Tucibí’, quien, según medios de comunicación de dicho país, la trajo de Europa. Fue en 2004 que, en Medellín, se corrió el rumor sobre la introducción de esta droga. Luego pasó a Cali y a Bogotá. En aquel entonces, era una droga cara, que se vendía por 100 dólares. Ahora, la situación ha cambiado.
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EN PERÚ
En nuestro país, Cedro ya había comenzado a recibir algunos casos de consumo de drogas sintéticas en general antes de la pandemia, entre ellas el tusi. “Ha sido denominada erróneamente cocaína rosada, sobre todo porque también se ofrece en polvo. Porque de cocaína no tiene nada. Es una droga sintética que tiene efectos similares a los que produce el éxtasis y el LSD”, manifestó Milton Rojas, experto de dicha institución.
Desde una perspectiva más criminológica, el coronel PNP Víctor Revoredo Farfán, jefe de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri, relató, en una entrevista a Perú21TV, que se ha logrado determinar que los crímenes más salvajes y violentos cometidos por venezolanos han sido bajo la influencia del tusi, mezclado con el alcohol. “Ellos hacen uso indiscriminado de la llamada ‘droga rosada’”, enfatizó. Razón no le falta.
En julio de este año, en la intervención al búnker Pantera Rosa de San Juan de Lurigancho —realizada para ubicar a Wanda del Valle Bermúdez, expareja de ‘Maldito Cris’—, se hallaron bolsitas que contenían tusi. Lo mismo ocurrió en el búnker de Lurín, en el que la Policía irrumpió en abril, y en el de Independencia y Ventanilla. Todos estos estaban ligados al Tren de Aragua.
Fuentes policiales también confirmaron a Perú21 que el tusi es administrado a muchas de las mujeres víctimas de trata de personas, para volverlas adictas. De esta forma, las mafias que se dedican a esta ilícita actividad las someten, las meten a un mundo del que les resulta difícil salir.
ZONAS DE CONSUMO
En cuanto a los puntos en que se suelen consumir estas drogas, estos son mayormente discotecas o fiestas. “En determinadas circunstancias, los consumidores lo hacen con amistades o pares de características negativas o disociales, de entornos no saludables, lo que incrementa el riesgo”, manifestó Mónica Gamio a Perú21.
Por su parte, Milton Rojas explicó que los lugares donde se suelen emplear el tusi son variados. “A diferencia del éxtasis, que inicialmente se daba en escenarios de recreación, con el tusi no ocurre lo mismo. Es una droga que se puede adquirir a través de entornos virtuales, por delivery o por teléfono. Ya no es como hace 10 o 15 años, cuando los adictos tenían que salir a escondidas, pues ya sabían dónde tenían que comprar”, expresó.
Acotó, asimismo, que el estatus socioeconómico de los usuarios ha cambiado, porque la mal llamada cocaína rosada no tiene un costo elevado. “Esta droga puede estar costando entre S/50, S/60, S/80 hasta S/100", señaló.
Ambos especialistas coinciden en que otro de los riesgos entre los que emplean este ilegal producto es el alto grado de adulteración, lo que lo hace mucho más riesgosa. No solo se mezcla con otras drogas, como la cocaína, el alcohol, el LSD, el éxtasis y la marihuana, sino que a veces se le agregan fármacos de empleo veterinario, como es el caso de la ketamina.
En diciembre de 2022 fue secuestrado un empresario peruano en Los Olivos. A la familia de la víctima le pidieron, además de dinero, cierta cantidad de ketamina, sustancia con la que laboraba el hombre de negocios. Pasados más de 50 días del hecho, luego la liberación de esta persona, el general Óscar Arriola, en ese entonces jefe de la Dirincri, confirmó que la ketamina iba a ser empleada por los captores para la elaboración de tusi.
Mónica Gamio aseguró que, a largo plazo, el tusi causa dependencia. “La dependencia es una enfermedad de salud mental que no tiene cura. Tiene tratamiento, sí. Pero no tiene cura. Lo mejor, en todo caso, es evitar el uso de estas sustancias”, aseveró.
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