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Extorsionan con artefactos explosivos a ocho escuelas privadas de Lima
Desde los penales, criminales llaman, escriben y obligan al pago de cupos a dueños, promotores y directores de colegios.
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Colegios bajo ataque. En los dos primeros meses del año en curso, extorsionadores de bandas criminales han amenazado con detonar artefactos explosivos en ocho escuelas privadas de Lima, con el objetivo de amedrentar y obligar a los dueños, promotores y directores a que paguen altas sumas de dinero por concepto de cupos.
“En lo que va de este año, son ocho los colegios donde los delincuentes han colocado explosivos. En dos de ellos hubo detonación y en seis, los explosivos no se activaron, porque estaban mal armados o solo eran simulación”, declaró a Perú21 una fuente de la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX) de la Policía Nacional del Perú (PNP).
“En San Juan de Lurigancho una noche un grupo de delincuentes lanzó por la reja de la puerta un artefacto pirotécnico y detonó. Causó daños materiales. Pero más fuerte fue en Barranca, donde al frente de un colegio una tarde colocaron casi seis cartuchos de dinamita; por suerte lo encendieron mal. Eso hizo que no detone el explosivo; si no, habría sido fatal”, detalló el oficial.
El pasado 1 de febrero, el personal de la División de Robos de la PNP halló una bombarda de cuatro pulgadas con mecha de encendido de 89 centímetros de longitud lista para detonar al frente de una conocida institución educativa privada, en el Rímac. La rápida intervención de la UDEX evitó una tragedia.
“Pregunté y habían dejado una granada. No se sabía si era contra el colegio por un tema de extorsión o contra algún negocio. No llegó a detonar. La encontraron los que recogen la basura. Los vecinos llamaron y avisaron que había explosivos allí. Si la hubieran encontrado niños u otras personas que desconocen, eso habría resultado muy peligroso”, contó preocupado un vecino del lugar.
La directora de esta escuela negó tener conocimiento de este hecho, pero reveló su temor por la ola de inseguridad que atraviesa la ciudad. “Créeme, es nuestro temor. El colegio tiene cámaras de videovigilancia. En la puerta tenemos servicios de guardianía. En la puerta hemos puesto una cámara para ver qué personas vienen. Ya se han dado situaciones de personas sospechosas que vienen a pedir referencias de matrículas, pero, cuando les preguntamos para qué grado y su número de DNI, ahí empiezan los problemas. No los dejamos ingresar”, afirmó la docente.
MÁS DE 100 DENUNCIAS
La fuente de la UDEX manifestó que la extorsión a los dueños o promotores de colegios privados es uno de los delitos más antiguos y comunes en el país. Sin embargo, en los últimos años, esto ha ido en crecimiento. En lo que va de 2024, la Policía Nacional ha recibido 117 denuncias a nivel nacional por extorsión a colegios, 30 de ellas corresponden a Lima.
Otra escuela afectada por organizaciones criminales que extorsionan y cobran cupos es la IE Nuestra Señora del Rosario, ubicada en San Juan de Lurigancho (SJL), cuyo promotor denunció que el chofer de la directora recibió cinco impactos de bala por la negativa de la profesional en pagar S/21 mil de cupo.
Los delincuentes, que firman como miembros de las bandas La Batería del Loco Aroni, Los Malditos de Huáscar y La Batería del Viejo, buscan extorsionar a cinco escuelas de la zona.
En Trujillo, la noche del martes, en pleno estado de emergencia, delincuentes lanzaron un cartucho de dinamita y dejaron una carta en la puerta del colegio Augusto Salazar Bondy. En el manuscrito, los criminales exigieron a los administradores el pago de S/50 mil “para tranquilidad de los alumnos”.
MODUS OPERANDI
El coronel PNP (r) Jorge Mejía, exjefe de la División de Investigación de Secuestros de la PNP, explicó a este diario que los extorsionadores afilan sus baterías contra los dueños, promotores y directores de escuelas privadas en la temporada de enero y febrero, porque saben que ingresa dinero por concepto de matrículas y pago de pensiones adelantadas.
“La amenaza siempre va a ser la misma: si tú no me pagas, yo te mato”, enfatizó. La extorsión, explicó, comienza a ejecutarse cuando la víctima y el victimario entran en comunicación, luego de que este último envió mensajes amenazantes por WhatsApp o SMS, o realizó llamadas al teléfono celular de la persona extorsionada. Si la víctima cede, comienza un círculo vicioso.
Frente a un hecho de esta naturaleza, la recomendación es colocar la denuncia en la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) ubicada en la avenida España, Cercado de Lima, mas no en la comisaría, donde no hay personal especializado para investigar una extorsión.
De acuerdo con fuentes policiales, las extorsiones a promotores y directores de escuelas están dirigidas desde los penales por cabecillas de organizaciones criminales, muchos de ellos de nacionalidad peruana o venezolana. “Es tan fácil desde el penal agarrar un teléfono y hacer 30 llamadas diarias, de las cuales le van a ligar dos. De allí le ingresa al delincuente 3 mil o 4 mil soles. Es un negocio muy lucrativo”, concluyó Mejía.
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