El fentanilo es un potente fármaco opiáceo sintético aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos para uso como analgésico (alivio del dolor) y anestésico. Los traficantes de drogas, como el Cartel de Sinaloa, trafican con este producto que mata a unos 70,000 estadounidenses al año.
Es 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina. Se estima que tan solo 2 miligramos de esta sustancia pueden causar la muerte.
El fentanilo "ha inaugurado una crisis por sobredosis de polisustancias, lo que significa que la gente mezcla fentanilo con otras drogas, como los estimulantes, pero también con otras incontables sustancias sintéticas”, detalla Joseph Friedman, autor principal del estudio e investigador en la Escuela David Geffen de Medicina en la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA).
Los traficantes, como explica la periodista mexicana Anabel Hernández, en diálogo con Perú21, lo mezclan con metanfetamina y heroína. Los hijos de Joaquín 'El Chapo' Guzmán, llamados 'Los Chapitos', son los grandes traficantes de fentanilo en el mundo, en especial en los Estados Unidos.
¿Qué está pasando en el Perú?
José Luis García Rojas, Delegado del Colegio Químico Farmacéutico Departamental de Lima, advierte a este diario que existe una alta demanda para su uso recreacional por su potente acción a nivel del sistema nervioso central. Su costo es asequible -lo que es un PELIGRO- y se comercializa en su mayoría como consecuencia del contrabando ilegal interno y de países cercanos a nuestro país.
"Un aspecto a evaluar es que, en la actualidad el fentanilo se encuentra en la lista de medicamentos genéricos esenciales promulgado en la Ley N° 32033, lo cual garantiza y promueve el acceso y uso a los medicamentos genéricos en denominación común internacional. Este medicamento se encuentra también en el listado de estupefacientes psicotrópicos sujetos a Fiscalización Sanitaria. Teniendo en cuenta que su acción farmacológica principal es para uso intrahospitalario se debe evaluar los pro y los contra de su comercialización en farmacias privadas que tienen como población objeto pacientes de consulta ambulatoria con enfermedades menos complejas", señala García Rojas.
Para el especialista, la Dirección General de Medicamentos Insumos y Drogas (Digemid), así como las Direcciones de Redes Integradas en Salud (Diris), las Direcciones Regionales de Salud (Diresas), los Gobiernos Regionales, la Policía Nacional y la Fiscalía deben abordar la situación con acciones de inteligencia preventiva y correctiva para no llegar a los niveles de Estados Unidos "donde ya se tienen los llamados 'distritos zombies', situación que en Perú nos debe dar la voz de alerta".
García Rojas recomienda determinar una red de establecimientos farmacéuticos privados autorizados para la dispensación de medicamentos estupefacientes psicotrópicos sujetos a fiscalización sanitaria, como es el caso del fentanilo.
Un reporte del portal especializado Insight Crime da cuenta de que en los últimos meses, varios países de América Latina han levantado las alertas por un incremento en los decomisos de fentanilo médico: "Es altamente adictivo y tiene el potencial para que los grupos criminales generen grandes ganancias con pocas cantidades".
Consultado sobre el tema, Ronald Achaui, fiscal Provincial en la Fiscalía Supraprovincial Corporativa Transitoria Especializada en Delitos de Tráfico Ilícito de Drogas, sostiene que en el Perú se comercializa con recetas duplicadas o falsas, por lo que corresponde al Ministerio de Salud tomar medidas para evitar su venta en farmacias de la calle.
El fiscal menciona a Perú21 que el caso más llamativo -y acaso suficiente para redoblar la fiscalización- es el de Cajamarca, el cual fue reportado en agosto.
La Dirección Antidrogas de la Policía Nacional descubrió una red que traficaba fentanilo de Perú a Estados Unidos. El primero en ser detenido fue Skot Chávez Salazar, quien cayó en Surco con cinco mil ampollas de fentanilo, listas para ser entregadas al comprador. Los agentes detuvieron en el Jockey Plaza al colombiano Elkin Ramírez y al peruano Josué Vásquez.
De acuerdo con la información policial, 50 mil ampollas de fentanilo saldrían del Perú con rumbo a Estados Unidos. Esta entrega se realizaría en partes.
Los detenidos aseguraron un primer envío de cinco mil ampollas, con un valor de 150 mil dólares en el mercado negro. Una vez que la Policía retuvo el cargamento y detuvo a los sospechosos, se inició la segunda parte del trabajo de inteligencia que guió a las autoridades hasta una técnica en farmacia en un hospital del Ministerio de Salud.
Esta persona trabajaba en el Hospital Regional de Cajamarca, de donde habría extraído las ampollas de fentanilo que serían enviadas a los Estados Unidos. El fiscal dijo a Perú21 que el tráfico de esta sustancia es posible gracias a mafias que operan en coordinación con personal médico de hospitales. Las investigaciones continúan.
ALARMAS ENCENDIDAS
Milton Rojas, psicólogo especializado en farmacodependencia y coordinador del Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (Cedro), indicó a Perú21 que hasta el momento no hay evidencia de que haya producción ilegal de fentanilo en el Perú.
Rojas alerta que la venta de fentanilo sin receta en el país es una señal de alarma que debería llamar a tomar acciones urgentes.
El experto considera que en el país aparentemente no hay pacientes con problemas de fentanilo, pero sí personas que consumen jarabes como tramadol y otros opiodes sintéticos que generan dependencia severa: "Si bien son excepcionales los casos, hay consumo, pero marginales".
La venta de fentanilo libremente "genera preocupación", indica Rojas, por lo que es necesario fortalecer la vigilancia en la cadena de suministro de este fármaco que se usa, por ejemplo, para tratamientos del cáncer.
Al igual que el fiscal antidrogas, Rojas coincide en señalar que el fentanilo que se comercializa en el Perú debe provenir de pequeñas farmacias, hospitales y clínicas, sobre todo del interior del país, como ocurrió en Cajamarca. Además, es posible que se venda vencido o adulterado en el mercado negro a través de cápsulas o parches.
"Hay una preocupación y debe fortalecerse el sistema de control y la cadena de suministro de este tipo de fármacos. Hay que reducir el riesgo", acotó el vocero de Cedro.
El Ministerio de Salud no se pronunció sobre el tema, a pesar de la solicitud de información. Sin embargo, en mayo dio cuenta de la intervención de boticas y farmacias en las que se estaría expendiendo medicinas de dudosa procedencia, entre ellas el fentanilo.
Y en junio, en un operativo coordinado entre la Dirección de Redes Integradas de Salud (Diris) Lima Centro, la Municipalidad Metropolitana de Lima y la Policía Nacional del Perú (PNP) se identificó que varios puestos de venta de la galería El Canchón, ubicada en la avenida Emancipación, en el Cercado de Lima, vendían medicamentos sin receta médica. En esa lista de fármacos se halló el temible fentanilo y la ketamina en inyectable.
Las muertes por sobredosis de fentanilo se deben con frecuencia al consumo, a veces involuntario, de esta sustancia por parte de un usuario que cree que está adquiriendo heroína o analgésicos legales.
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