Así fue la captura del terrorista Abimael Guzmán

Era un 12 de setiembre de 1992 por la noche cuando los agentes policiales del GEIN capturaron al cabecilla de Sendero Luminoso en una casa de Surquillo, alquilada por Carlos Inchaústegui y Maritza Garrido Lecca, camuflada como academia de baile con el fin de esconder a Abimael Guzmán, el terrorista más buscado del país hasta ese momento.

Dos años tuvieron que pasar, dos años de minucioso seguimiento, de un intenso trabajo del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) de la Policía Nacional, que puso en marcha la “Operación Victoria”, para darle captura al cabecilla senderista, causante de la muerte de más de 30 mil peruanos, según la Comisión de la Verdad y Reconciliación.

En 1990, inició las labores el GEIN, tras un excesivo uso de la violencia de parte de las Fuerzas Armadas en su intento por apaciguar a los radicalistas de Sendero Luminoso, que generó el descontento de la población. Bajo la premisa “investigar para detener”, iniciaron las labores de inteligencia de este sector de la Dircote.

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El primer rastro del paradero de Guzmán se halló en un allanamiento de una vivienda en Monterrico, en donde se encontró una lista con direcciones y alias de los altos mandos senderistas, lo cual fue el cimiento de toda la investigación previa a la captura del cabecilla terrorista.

La segunda locación dio más indicios, en el distrito de San Borja, muy cerca al Ministerio de Defensa, parecía ser un escondite ideal, pero, al percatarse del seguimiento, los senderistas se esfumaron. Solo se halló el vídeo donde se veía a Guzmán bailando al rito de Zorba El Griego, confirmando su presencia en la capital.

Sin embargo, el evento que lo terminó todo fue cuando Julio Becerra y Ana Cecilia Garzón, camuflados como una pareja, intervinieron a Carlos Inchaustegui y Maritza Garrido Lecca en una casa en Surquillo. Este lugar había sido alquilado para esconder a los dirigentes de Sendero Luminoso, bajo la fachada de una academia de danza.

Al ingresar a la vivienda, en el segundo piso, Becerra encontró a Guzmán sentado en detrás de un escritorio en una habitación. “Si te mueves, te mato”, le advirtió. El cabecilla de Sendero Luminoso cayó, 12 años después de haberle declarado la guerra al Perú.

Así pues, Guzmán fue sentenciado a cadena perpetua por el delito de terrorismo, acusado de ser responsable de asesinatos selectivos y acciones de sabotaje. La Comisión de la Verdad y Reconciliación atribuye a Sendero Luminoso ser causante de la mayor cantidad de crímenes y masacres durante el periodo de violencia.

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