En el país del combo. (USI)
En el país del combo. (USI)

Esta semana se generó un debate urgente acerca de las compras de alimentos que hace el Estado para abastecer al programa Qali Warma, por un lote de caballa destinado a la región San Martín que fue retenido porque venía con gusanos. Sanipes hizo su chamba, denunció y obligó a retirar del mercado la famosa marca china de los gusanos, muy bien, chau Tropical Food Manufacturing, Buenasventas, W.Yichang, Florida y Compass. Pero la cuestión de fondo es: ¿Por qué Perú diva de la gastronomía mundial, despensa de miles de riquezas, rey de la anchoveta y demás laureles- tiene que importar caballa china para sus programas sociales?

Caballa peruana tenemos. Según datos proporcionados por Elena Conterno, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería, en 2016 tuvimos una importante presencia de esta especie (150 mil toneladas métricas) que permitió abastecer al mercado de conservas y congelados e incluso este año, durante la crisis de El Niño costero, la industria caballera peruana donó 500 mil latas de conservas a damnificados. Nuestra importación de pescado tampoco es alarmante, como sostienen algunos indignados, a juzgar por un informe de Promperú según el cual solo el 18% del pescado que consumimos es importado. Ahora bien, la caballa china siempre será más barata, aunque viaje semanas en barcos para llegar a Perú, por su mano de obra y el bajo costo de sus latas. Lo cierto es que esa opción, siempre que pase los controles sanitarios, será la prioridad para la mayoría de canastas familiares peruanas, por economía. No así para el Estado, que debe invertir en su gente, pues lo que está en juego es la lucha contra la desnutrición del 14% de nuestros niños, una cifra muy alta. Y no solo eso, abastecer los programas sociales con productos peruanos es un impulso a la producción local. Y si eso se intentó en el gobierno anterior y hubo problemas por productos que llegaron tarde, mal o nunca, por falta de control, entonces se corrige, pero no se opta por meter cualquier baratija en la canasta. Es mucho más caro, a la larga, compensar los problemas de salud y bajísimo nivel de educación, que acarrea la alimentación deficiente.

Si no podemos competir con la caballa china, aprovechemos nuestra anchoveta, dadas sus altas dosis de omega 3, importantísimo para el desarrollo físico y mental, en un país donde a diario se comen millones de kilos de pollo, arroz blanco, fideos y papa. Muy linda la papa, pero necesitamos comer proteínas y verduras para desarrollar nuestros cerebros o seguiremos pensando que pegarle a las mujeres es normal, por poner un ejemplo. Del pollo no diré nada, basta con observar su penitente estilo de vida en las granjas... que sea rico es otra cosa.