Fíjese finalmente en usted, estimado usuario de Facebook o Twitter. ¿Se da cuenta de a quién sigue y retuitea? ¿Es usted un ejemplar ciudadano, ponderado, que promueve un debate alturado en vez de darle 'favs' a chismes, especulaciones, calumnias y mentiras disfrazadas de análisis? No, yo tampoco me salvo; pero me parece cínico exigir un intercambio tuitero eminente, contribuyendo a tanta basura virtual.