“Trueque de sentimientos”

“Para que la ‘reciprocidad’ exista debe haber un desinterés comercial, y debes ser consistente como parte de tu filosofía y misión”.
"Hay tanto por hacer en las regiones andinas que se podrían desarrollar grandes planes para que este trueque de sentimiento sea real y no convenido". (Foto: GEC)

Necesitábamos conocer a profundidad la sociedad cusqueña, el pensar andino, la idiosincrasia del pueblo, sus costumbres, sus inquietudes, así como su vida en comunidad, es por ello que decidí pedir un estudio antropológico para saber qué motiva en el poblador cusqueño su fidelidad a una marca y a la cerveza de la zona.

En ese contexto, el estudio fue muy esclarecedor sobre las costumbres, la vida de la comunidad y la herencia ancestral andina, el amor a la tierra, a sus costumbres, a la familia, pero sobre todo una especie de trueque de sentimientos, en donde se acuñó el término de “reciprocidad”.

¿A qué se refiere con “reciprocidad”? Yo te doy mi fidelidad a través de los años, tú tienes que devolverme esa fidelidad dándome algo que la compense, que no sea una actividad para que tú vendas más, sino para que me beneficie desinteresadamente, solo asi se paga la deuda que tienes conmigo por tantos años de solo consumir tu marca.

El concepto de “reciprocidad” tiene que ver cómo tú te preocupas por la gente, cómo generas obras que no tengan como foco la venta de tu producto, cómo ayudas a las comunidades, cómo eres parte de ese ecosistema que como marca te hizo grande.

Tal vez lo más similar a este concepto esté ligado a lo que hoy reconocemos como Responsabilidad Social, pero esa responsabilidad social que tiene relación a ser responsable con mi accionar laboral, no encaja dentro de este contexto. El concepto de reciprocidad va más allá. Tiene que ver con que todos vivimos en un país al cual debemos devolver algo de lo que nos ha dado. Como el cliente ha sido fiel, ese algo no siempre son regalos, va mucho más allá de eso. Es desarrollar un plan que beneficie de manera desinteresada a la gente, aunque eso signifique reinvertir un poco de las utilidades de la empresa. Si las grandes y medianas empresas de este país aplicaran este concepto, tendríamos menos descontentos y más clientes fieles.

Esa experiencia nos llevó a invertir, junto con la Municipalidad de Cusco, en lozas deportivas, pavimentar calles, electrificación de zonas oscuras, mejorar jardines, entre otros. Cada vez que se inauguraba una obra se ponía una placa en conjunto como parte del esfuerzo y la “reciprocidad” que la cervecería tenía para con su pueblo.  Esa “reciprocidad” en esta región puede verse mellada si la intención de ayuda tiene otros fines.

Para que la “reciprocidad” exista debe haber un desinterés comercial, y debes ser consistente como parte de tu filosofía y misión.

Hay tanto por hacer en las regiones andinas que se podrían desarrollar grandes planes para que este trueque de sentimiento sea real y no convenido.

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