¿Ingobernables?

“La atomización partidaria es perjudicial para todos: país, electorado y partidos políticos democráticos”.
"La fragmentación política y la atomización partidaria ha convertido al Perú en un país casi ingobernable".

La fragmentación política y la atomización partidaria ha convertido al Perú en un país casi ingobernable. Desde 1963 hemos tenido 11 procesos de elecciones generales. En 10, los dos candidatos que tuvieron la mayor votación superaron juntos al menos el 55% de votos válidos. En la última, Castillo y Fujimori sumaron solo 32%. En los últimos 60 años, la cantidad de partidos políticos en contienda electoral ha sido 11 en promedio y los 3 con mayor cantidad de escaños representaba el 85% del Congreso. En 2021, casi se duplicó el número de partidos y las 3 principales fuerzas no llegaban ni a 60%. En cinco oportunidades, el partido de gobierno no tenía la mayor bancada o tenía menos de un tercio de escaños (Belaunde 1964, Fujimori 1990, García 2006, PPK 2016 y Castillo 2021). En 4 de 5 de estos escenarios, se dieron golpes, renuncias o vacancias.

El año 2026 podría ser peor. Duplicar el número de partidos. Dos hiperminorías pasan a segunda vuelta con 80% de votantes que no los prefieran. Las 3 principales bancadas ni siquiera alcanzan mayoría simple. Un potencial ganador presidencial podría serlo con 10% de preferencia en primera vuelta y lograr bancada pequeña. Una candidatura podría ganar, pero no gobernar. Condiciones para una mayor ingobernabilidad. Una parte de la solución es reducir la cantidad de partidos en contienda y propiciar la creación de alianzas y frentes.

Transparencia, en su proceso de facilitar un plan nacional por la democracia, se ha juntado con dirigentes y políticos de casi 20 partidos inscritos. Dentro de las reuniones, se han identificado 3 propuestas:

Fijar una valla de participación de al menos 25% de afiliados para elección de delegados y validar elecciones internas. Sería ajustar la tercera opción de primarias de la ley que reemplazó a las PASO. Ese criterio simple ayudaría a eliminar a partidos sin ninguna vida partidaria mínima.

Incentivar alianzas. Para ello, se propone fijar en 6% la valla en caso de alianzas (y no aumentar 1% por cada partido adicional).

Promover frentes electorales. Permitir alianzas presidenciales entre partidos, manteniendo estos sus listas congresales. Así, cada frente electoral podría agregar varias listas parlamentarias de partidos diferentes. Esto acaba de pasar en México.

La atomización partidaria es perjudicial para todos: país, electorado y partidos políticos democráticos. Las tres propuestas son parte de un paquete mínimo de reformas viables y concretas que se deberían impulsar en la próxima legislatura. Ello en caso algún partido no solo quiera ganar, sino gobernar nuestro complejo país.

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