¿Tiempos de cambio en la PUCP?

“¡Un sismo de grado 10 ha sacudido a la PUCP! El rector Garatea ha perdido esta semana su reelección, lo que constituye la derrota del ala más caviar que controlaba férreamente ese claustro”.
Aldo Mariátegui.

¡Un sismo grado 10 ha sacudido a la PUCP! El rector Garatea ha perdido esta semana su reelección, lo que constituye la derrota del ala más caviar que controlaba férreamente ese claustro, vivero de toda esa red “progre” que ha capturado a gran parte del Estado, la política, la prensa y la cultura. El vencedor ha sido el filósofo Julio del Valle, quien, si bien no es un derechista, ya de por sí es una mejora, porque quienes le escoltan —el economista Waldo Mendoza, el ingeniero Eduardo Ísmodes y la tecnócrata Mónica Bonifaz— no integran la galaxia caviar.

Veremos si este claustro se aleja de las doctrinas caviar, feminista radical y ultrawoke que desde de los rectores Lerner Febres (caviarazo), Guzmán Barrón (un débil), Gonzales de Olarte (caviarazo), Marcial Rubio (caviarazo) y Garatea (caviarazo) campean en la PUCP (intensificándose más cada año), porque los antecesores Tola (rector durante 12 años) y Sarabia habían logrado contener bastante el giro a la izquierda que el padre de la caviarada peruana Felipe McGregor había impuesto en los 70 durante sus 14 años de desgobierno.

Un reto particular de esta nueva administración sería contener el tremendo poder de un grupo de profesoras (Pepi Patrón, Francesca Denegri, Marisol Fernández Revoredo, Rocío Villanueva, Patricia Ruiz Bravo y Tesania Velazquez), que, al parecer, influirían desmesuradamente en las posturas ideológicas de la universidad, que se ha radicalizado hacia el wokismo y el feminismo más ultras en los últimos años. Otro punto sería recuperar a la otrora prestigiosa Facultad de Derecho, que ha caído completamente en manos de la caviarada oenegenera y activista.

Todo ese activismo insano (y la lejanía) ha provocado que en la PUCP ya casi no existan estudiantes de los segmentos A y B+, lo que ha medrado mucho sus ingresos. ¿Quién en su sano juicio va a meter a un hijo a una universidad que te lo va a convertir en un rojazo activista woke, obsesionado enfermizamente con el tema homosexual y feminista?

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