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El tema de hoy: La nueva jugada de PPK
“Sin duda, es una burla para el país, pues públicamente empeñó su palabra y aseguró que recibiría al grupo investigador. Pero también es una jugada política”.
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El presidente Pedro Pablo Kuczynski se comprometió, en diciembre pasado, a contestar toda pregunta que le formulara la comisión Lava Jato del Congreso sobre sus vínculos con Odebrecht. A medida que pasaban las semanas, los congresistas presionaban al mandatario para que este defina de una vez la fecha de reunión. El oficialista Gilbert Violeta, incluso, dijo que Kuczynski recibiría a la comisión entre el 10 y 17 de febrero. Pero eso no pasará porque el propio PPK se encargó de anunciar que se someterá al interrogatorio después de conocer las declaraciones de Jorge Barata, quien declarará a fines de mes ante fiscales peruanos.
Esta, sin duda, es una burla para el país, pues públicamente empeñó su palabra y aseguró que recibiría al grupo investigador. Pero también es una jugada política del presidente. Y es que, como se sabe, Barata no solo hablará sobre PPK, sino también de sus opositores. Líderes políticos como Keiko Fujimori o Alan García pueden verse en problemas si el ex directivo de Odebrecht contradice la versión de ambos y confirma algún pago o aporte a sus campañas electorales. Lo que está buscando el jefe de Estado es ir creando un escenario en el que, de existir una contundente revelación contra ellos, él sea el menos golpeado o que ese golpe no solo recaiga en él. Y quizás, cuando ello ocurra, o antes, no faltarán amigos del gobierno que quieran cambiar de dirección los reflectores.
Ya hemos visto cómo el solo comentario de Marcelo Odebrecht sobre la posibilidad de haber apoyado a todos los candidatos presidenciales terminó por poner en el centro de los cuestionamientos a Fujimori, García, Toledo, Humala y a PPK. Sin embargo, lo preocupante es la postura que adopta Kuczynski –actualmente el único funcionario de los antes mencionados– cuando debe responder a la justicia, porque alguien que se sabe limpio y libre de culpas ya hubiera hablado sin problemas y sin temer las repercusiones.
¿El mandatario quiere ganar tiempo? Eso es evidente. Si bien ya declaró ante la Fiscalía, a fines de diciembre, lo hizo sin que Jorge Barata haya hablado. El mandatario driblea de nuevo a la comisión Lava Jato pero sin escuchar a la tribuna, a la calle, que, según Datum, le pide (53%) que deje el cargo.
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