El tema de hoy: Desazón papal

“El jefe del Estado Vaticano no mencionó a nuestro actual mandatario, quizá por una deferencia especial al ser su anfitrión”.
(USI)

Cuando el papa Francisco decidió emprender una nueva peregrinación por Sudamérica, lo hizo conociendo los problemas y flagelos en los que se sumían los países de esta región. Para su vista al Perú, la máxima autoridad de la Iglesia católica tenía programado, en Puerto Maldonado, pronunciarse contra la depredación de la selva y, en Trujillo, dar un mensaje de apoyo y esperanza a las familias que habían sufrido el impacto de El Niño costero y que, además, son presas de la violencia delincuencial.

En el resto de su estadía era incierto sobre lo que podía hablar, por eso sorprendió ayer escucharlo manifestarse con asombro acerca de los referentes de nuestra política nacional y de sus deudas con la justicia. “¿Qué le pasa a Perú que cuando uno deja de ser presidente, lo meten preso? Humala está preso, Toledo está preso (prófugo, en realidad), Fujimori estuvo preso hasta ahora, Alan García está que allí en ese intento que entro y que no entro, ¿qué pasa? Ustedes deben responderlo, no es amor a prisión”, les preguntó a los obispos en una reunión previa al Ángelus que ofició.Aunque fue una interrogante a la que no encontró respuesta inmediata, al abordar el tema, Francisco dio en una de las tantas llagas que actualmente tiene abiertas nuestro país. Con el caso Odebrecht encima, la corrupción se ha manifestado como una enfermedad a la que no se encuentra cura. El jefe del Estado Vaticano no mencionó a nuestro actual mandatario, quizá por una deferencia especial al ser su anfitrión. Pero PPK, no olvidemos, ocultó a los peruanos los jugosos contratos de su empresa con la constructora brasileña en el periodo en que fue alto funcionario del gobierno de Toledo. Lo triste para el país es que el show de coimas al descubierto se reiniciará este año con lo que diga Barata.

Pero el Papa no se quedó allí. Siendo argentino, tiene las cosas claras sobre la situación de los gobernantes en la región: “La política está muy enferma. Y ojo que hay excepciones, pero está más enferma que sana. Si caemos en manos de gente que solo entiende el lenguaje de la corrupción, estamos fritos”.

Ojalá que, con sus palabras, Bergoglio provoque en quienes lo escuchan lo mejor que sabe hacer: reflexionar.

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