No es un mundo para viejos

“Sí porque, aunque parezca mentira en un mundo subyugado por la juventud, no son los únicos septuagenarios u octogenarios que lideran el mundo.”
Joe Biden y Donald Trump participaron en el primer debate electoral presidencial de 2024 en los estudios de CNN en Atlanta. (Foto: EFE)

El ha vuelto a poner sobre el tapete el tema de la edad para dirigir un país.

Sí porque, aunque parezca mentira en un mundo subyugado por la juventud, no son los únicos septuagenarios u octogenarios que lideran el mundo.

Hace una década solo un dirigente político superaba los 70 (en la India). Hoy la mitad de la población mundial está gobernada por personas que han superado ese guarismo más propio de otro tipo de actividades.

Putin, 70. El chino Xi Jinping, 71. Lula da Silva roza los 80 (78).

De todas formas, la pregunta es si Estados Unidos, y si el resto del mundo, en un momento tan complicado como el que vivimos, se merecen, (nos merecemos), a un Trump, mentiroso y condenado, o a un balbuciente y achacoso Biden como presidente. ¿Es que ninguno de los dos se da cuenta de que deberían haberse jubilado?

No se trata de rechazar al viejo, simplemente por serlo. Sería injusto y absurdo. Es más, después de haber oído en directo al octogenario Tom Jones, (84) afirmo que me he rendido a su voz y entusiasmo.

Pero no se trata de música. Se trata de ver que por mucho que haya avanzado la medicina, hay que inferir que un hombre en el estado aparente de Biden (82 casi) ya no está en condiciones de asumir el gobierno más complejo del mundo. Trump es tres años menor. Tampoco se trata “solo” de condiciones físicas. Se trata de perspectivas políticas. Ninguno de ellos puede ver los graves temas que nos aquejan (el cambio climático, Ucrania, Israel, la globalización…) con la perspectiva actual. Son hombres (y mujeres) de otros tiempos. Los de la guerra fría, los de la política del ping-pong, los de la primacía masculina. Ese es su tiempo.  No el nuestro.


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Franklin Pareja, analista político de Bolivia

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