El jueves pasado fui a hacerme unos chequeos generales. Estaba un poco asustado porque en las últimas semanas murieron dos personas de mi generación (y no estoy tan ‘tío’). Pues resulta que salí peor de lo que pensé. Yo me creía muy sano porque hago deporte, no soy gordo e intento cuidar mi salud mental. Pues salí de la clínica con doble medicación: para el colesterol y para la presión alta. Había estado notando un poco de zumbidos en mis oídos por las noches y definitivamente mi alimentación no es la mejor. Además, soy de los que creen que no tomar no es sano. Bueno pues, ahí está: mucha parrilla, mucho carbohidrato, combinado con el estrés. Pues toma: doble medicación.
Lo mismo sucede con la salud mental: a veces uno no va a hacerse sus ‘chequeos’ preventivos. Normalmente solo vamos cuando hay un problema grave o un conjunto de signos y síntomas que ya nos hacen sufrir de manera considerable.
La medicina y la psicología clínica han sido históricamente así, “interventivas”. Algo muy positivo del siglo XXI es la creciente conciencia de la salud preventiva, tanto en Medicina General como en Psicología de la Salud. Hemos entendido la importancia de la prevención, y de la promoción de la salud, para no limitarnos a la intervención de la enfermedad.
Otro elemento muy importante es que la salud se concibe ahora como una integración entre el cuerpo y la mente, afectándose de manera bidireccional y constante. Antes, se disociaba el cuerpo de la mente. La creciente recurrencia de las enfermedades psicosomáticas, por ejemplo, y el desarrollo de las neurociencias han permitido que medicina y psicología trabajen de la mano. Y no me refiero solo a los trastornos mentales (donde también complementan bien la farmacología con la psicoterapia), sino también el valor de la interdisciplinariedad. Los médicos normalmente son “especialistas” y eso en el pasado ha causado en algunos casos que la salud no se vea como una sola, de manera holística. Hoy sabemos que la persona humana es un ser complejo, influenciada por su infancia temprana, por sus relaciones interpersonales, por la cultura, pero también por la química, la física y la genética.
La salud es una sola. Mente y cuerpo. Pero los especialistas de la salud son muchos. Es importante visitar a los distintos expertos, no solo cuando la dolencia ya apareció: es mucho lo que se puede hacer a nivel preventivo. Las enfermedades físicas, así como los traumas, suelen ser transgeneracionales: se pasan de una generación a la otra. Así como una de las cosas más importantes que les puedes regalar a tus hijos es hacer terapia tú primero, también es importante ser consciente de tus antecedentes familiares en cuanto a enfermedades para empezar a prevenirlas.
¡Aprovecha el Cyber AQUÍ y recibe nuestro periódico digital desde S/ 54 por todo un año!
