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Riesgos de la autoreceta y la medicación extramédica
“El empleado de la farmacia no está capacitado para saber la medicación que requiere el enfermo”.
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Un significativo porcentaje de personas aplica en ellas, o en sus hijos, medicación o recomendaciones para su salud de fuentes no médicas que pueden resultar peligrosas. Asimismo, es común volver a usar la medicación prescrita por el médico en alguna ocasión anterior, asumiendo que, como los síntomas son parecidos, pueden volver a tomarla. Por ello, es común que el paciente llegue a la consulta tomando ya alguna medicación que puede resultar inconveniente.
Una misma enfermedad suele manifestarse de manera distinta en las personas, y solo el médico estará capacitado para establecerlo. Es muy cierto el dicho “no hay enfermedades sino enfermos”, porque el mismo mal puede dar distinta sintomatología en cada paciente.
Consideramos que hay medicación “básica”, como ciertos analgésicos o antipiréticos, que amerita tenerlos en casa para calmar determinados dolores simples o bajar la fiebre, y que están autorizados para ese fin por las entidades médicas internacionales y locales. En nuestro país, la “consulta” en las farmacias es muy frecuente y lamentablemente no contamos con una reglamentación clara al respecto. Las personas acuden a la farmacia solicitando medicación para síntomas diversos, como tos, gripe, diarrea, dolores diversos, fiebre, etc., y los empleados les venden la medicación que ellos, “sin ser médicos, deciden”.
Hace unos años se hizo en una zona de Lima un estudio médico-social que concluyó que se hacían más consultas en las farmacias del lugar que en las postas médicas y otros centros de salud muy cercanos a ellas. Por ejemplo, no es posible saber de qué parte del aparato respiratorio proviene la tos de un enfermo, si de la faringe, la laringe, tráquea, bronquios o pulmón, a menos que haya sido examinado por un médico. Por lo tanto, el empleado de la farmacia no está capacitado para saber qué tipo de medicación para la tos requiere el enfermo: ¿expectorante, sedante, broncodilatador?
El otro problema importante en nuestro país es la “consulta” por Internet, porque al buscar determinados síntomas, medicamentos, o “supuestos diagnósticos”, encontrarán un sinnúmero de respuestas de muy diversas fuentes, no necesariamente científicas, y muchas de tipo comercial. Además, así la información fuese realmente científica, su adecuada interpretación solo podrá ser útil para el profesional en salud. Por lo dicho, y por nuestra experiencia en este aspecto, recomendamos no hacerlo.
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