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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Fritz Du Bois,La opinión del directorComo el mandatario no lee las encuestas, según él mismo ha confesado, no se ha dado cuenta de la magnitud de la caída en su aprobación y, menos aún, de los motivos por los cuales está siendo 'jalado' por el soberano. Actuando como el avestruz, él simplemente sigue intentando ignorar lo que está pasando. Por ello, no parece estar informado que una de las principales preocupaciones de la población es la sensación de inseguridad que da la falta de autoridad. La cual se está reflejando en la facilidad y rapidez con la que su administración cede a la primera señal de intimidación por parte de quienes buscan imponer su posición al resto de peruanos.

Así, la estrategia de 'solución' (¿?) de conflictos que han implementado el último año ha significado allanarse en Conga ante Santos y condenar a Cajamarca a una recesión, perdiendo 5 mil millones de dólares de inversión. Lo cual, dicho sea de paso, ni siquiera se lo agradecieron los antimineros y con las mismas siguieron agitando, enterrando también un proyecto de más de mil millones y perjudicando en este caso a los lambayecanos. Luego, han continuado con una seguidilla de retrocesos, desde cafetaleros buscando subsidios hasta informales causando desmanes para evitar un control tributario. En este país ya nadie intenta siquiera desarrollar una argumentación. Más bien, 'a quemar llantas y a tirar piedras se ha dicho' es el lema generalizado al ser la mejor manera de asegurar que el Gobierno acepte lo que estén demandando.

Ahora, nuestras atemorizadas autoridades han terminado encamadas con mineros ilegales quienes han recibido un cheque en blanco para seguir depredando el medio ambiente desde Tambogrande hasta Madre de Dios pasando por Palpa. Más aún, todo el oro ilegal que sacan sirve también para lavar dinero del narcotráfico, con lo cual están haciendo más rentables dos negocios criminales en un solo acto .

En realidad, este gobierno da la impresión de ser bipolar ya que no puede diferenciar entre el bien y el mal. Por lo cual ha terminado abandonando a su suerte a la minera formal –principal contribuyente del país y generadora de cientos de miles de puestos de trabajo– para favorecer a la versión ilegal que no paga impuestos ni tiene ningún tipo de cuidado ambiental y es, en general, una actividad delincuencial. Es bien difícil entender cuál es la lógica gubernamental o hacia qué dirección se está encaminando.

Por otro lado, es claro que lo único que buscan los funcionarios es mantenerse en el cargo y no apuntan a ninguna solución de largo plazo. Simplemente no se quieren complicar la vida con enfrentamientos ni problemas y se allanan de inmediato para salir del paso.

Con lo cual al país lo están parcelando, entregando el control de amplias zonas para que los mineros ilegales sigan destruyendo y contaminando. Pero, ahora, contando con el aval y la protección del Estado. Sin duda, es una brillante gestión la que están realizando.