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Irracionalidad esporádica
“Estamos ante una fiebre especulativa mundial que acabará, tarde o temprano, como todas las anteriores en un largo periodo de defaults, quiebras, desempleo y conflictividad”.
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El pasado viernes, un cronista del portal Marketwatch (del WSJ) escribía: Los índices Dow y S&P500 registraron cifras récord después del anuncio de empleo en noviembre, mucho mejor a lo esperado, lo que subraya la solidez de los fundamentos de la economía.
Es cierto que el desempleo ha caído a 4.1%, el nivel más bajo desde el 2000, a su vez, el mínimo desde 1969. Sin embargo, lo que eso me dice es que estamos cerca del final del ciclo expansivo no que los fundamentos sean sólidos. La bolsa: la relación precio-utilidad (CAPE de Shiller) del índice S&P ya se ha trepado a 32, al doble de su promedio histórico. Lo que indica es que estamos ante una fiebre especulativa mundial que acabará, tarde o temprano, como todas las anteriores en un largo periodo de defaults, quiebras, desempleo y conflictividad.
A los economistas de mi generación nos educaron en la tradición de la hiper-racionalidad de los agentes económicos. El sujeto del libro era el Homo Economicus, un personaje que como inversionista, trabajador, consumidor o empresario no solo respondía de forma completamente racional a los estímulos económicos, sino que procesaba perfectamente bien toda la información disponible. En un mundo tan racional no cabe ninguna irracionalidad. No es cierto, pero en el aula era auto de fe. Pero “hay idiotas, mira alrededor”, así resumió su crítica Larry Summers, profesor de Harvard y ex secretario del Tesoro con Clinton; frase que le trajo muchos problemas.
En la película The Big Short (2015), sobre la crisis financiera de 2008, hay una escena imperdible en la que aparecen el economista Richard Thaler –ganador del Nobel en 2017– y la cantante de pop Selena Gómez. Es una alegoría para explicar los alcances sistémicos del riesgo de los instrumentos financieros que se crearon a partir de hipotecas basura. Selena tiene una buena racha jugando al blackjack, cada vez apuesta más fuerte, y poco a poco también lo hacen los que presencian el juego apostando entre ellos sobre las jugadas de Gómez. Lo que comienza como irracionalidad individual deviene en irracionalidad colectiva.
La aportación de Thaler, Kanheman y otros ha sido traer al Homo Economicus al mundo real. Incorporar en los modelos económicos lo que es el abc para los psicólogos. La racionalidad es la fuerza principal, pero está sujeta a patologías, límites de procesamiento, de cálculo, sesgos cognitivos, comportamiento compulsivo, etc. Hay episodios de irracionalidad y vivimos uno de ellos. Este lo han propiciado los banqueros centrales.
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