notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Guido Lombardi,Opina.21glombardi@peru21.com

Desde su viaje a Venezuela, que originó una reacción exagerada en determinados sectores de la oposición, el mandatario no ha hecho sino agudizar las contradicciones, como si quisiera darles gusto a los que quieren ver su profecía autocumplida, cuando anuncian que se está abandonando la Hoja de Ruta para volver a La Gran Transformación. El retorno del servicio militar obligatorio. Sus ambiguas declaraciones en torno a una posible candidatura de su esposa Nadine (legalmente imposible). Su enfrentamiento con el sector privado como consecuencia del frustrado y poco transparente intento de comprar los activos de Repsol. La incapacidad para enfrentar con éxito (aunque fuera mínimo y simbólico) el tema de la inseguridad ciudadana. La forzada renuncia de Roncagliolo, que parece justificar las amenazantes diatribas de Maduro. El innecesario debate con Alan García, contribuyendo a un prematuro clima electoral. La tozudez en promulgar una ley de "alimentación saludable", cuestionada por intervencionista y porque será imposible de aplicar, entre otras razones, porque el Estado no tiene capacidad para fiscalizar su cumplimiento. De la misma manera en que ha sido incapaz de fiscalizar la calidad de los textos educativos. Por si el listado fuera insuficiente, miembros de la bancada oficialista pretenden derogar la Ley de Promoción de Exportaciones No Tradicionales, poniendo en riesgo el trabajo de más de 80 mil trabajadores del sector textil y confecciones, es decir, los que tienen trabajo formal. En esas circunstancias, no debería extrañarnos si la tendencia decreciente en la aprobación presidencial se pronuncia aún más en los próximos meses.