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Pareja a la reja
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El pedido de extradición de Eliane Karp sigue ya curso oficial, tras ser aprobado en primera instancia, según anunció hace unos días el fiscal del equipo especial Rafael Vela. De recibir luz verde también, como se espera, de la Corte Suprema, el trámite pasará al Ejecutivo para que el Consejo de Ministros defina si el Perú solicita oficialmente la extradición de quien fuese primera dama de la nación entre 2001 y 2006, con llegada a la Presidencia de su esposo, Alejandro Toledo.
La saga Toledo-Karp escribió, como se sabe, su momento de gloria en los primeros comicios libres que se realizaron en el país después de la dictadura fujimorista. Representaron la esperanza en la democracia que se reinstauraba en el país, al cabo de una oscura década de violencia, lucha política contra el omnipotente asesor Vladimiro Montesinos y una millonaria corrupción que había hecho metástasis en casi todas las esferas de poder del Estado y las Fuerzas Armadas.
Hoy, Toledo se encuentra en una cárcel californiana, con su defensa abocada a que le otorguen libertad bajo fianza, apelando a una presunta debilidad mental, mientras se concreta su extradición. Libertad que ya le fue denegada en una primera oportunidad, que se coronó con sendo exabrupto verbal de la señora Karp, al estilo de los que tenía acostumbrados a los peruanos en los días que ocupaba Palacio de Gobierno, razón por la que se le tuvo que retirar de la sala a la fuerza.
Al trámite de extradición de ambos se le suma el del ciudadano israelí Avraham Dan On, también en el marco del caso Ecoteva, por el delito de lavado de activos en modalidad agravada, con un pedido de 16 años y ocho meses de prisión para los tres implicados. La Fiscalía ha rastreado e identificado más de 11 millones de dólares pagados en sobornos por Odebrecht, pero se habla de alrededor de un total de 20 millones que la constructora había desembolsado a cambio de ser favorecida en licitaciones de varios tramos del carretera Interoceánica.
Todo indica, pues, que, de no mediar contratiempos, derivados de alguna negligencia o dilación, más temprano que tarde tendremos de vuelta en el Perú a esta pareja expresidencial, pero con los dos ya debidamente enmarrocados y para ser puestos a buen recaudo.
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