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[OPINIÓN] Richard Arce: “Somos parias internacionales”
“No se ha pagado la reparación civil y menos se ha pedido perdón por los crímenes de Alberto Fujimori, y ahora se procede con su liberación con una imposición en contra de la decisión de la Corte IDH”.
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El Perú hace muchos años que viene buscando ser incorporado a la OCDE, sobre todo por un desempeño económico relativamente estable que se ha dado en los últimos años; pero hoy, nuevamente desde la política, se atenta contra la imagen del país al desacatar una resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) por un capricho de tres miembros del Tribunal Constitucional (TC).
No hay fines humanitarios. Aquí se pretende zurrarse en las decisiones de la Corte IDH con la connivencia del gobierno de Boluarte, y para ello se han confabulado una serie de sectores afines al fujimorismo y, sin importarles la situación del propio reo Fujimori, quieren imponer una liberación, que probablemente tenga una sanción al país y una nueva resolución que lo obligue regresar a prisión. Ojo, mis convicciones me dicen que nadie debe morir en prisión y esto aplica también a Fujimori, pero conceder una libertad no debería ser de manera irregular e ilegal.
No se ha pagado la reparación civil y menos se ha pedido perdón por los crímenes de Alberto Fujimori, y ahora se procede con su liberación con una imposición en contra de la decisión de la Corte IDH. Casualidades de la vida, esta decisión ha sido por demás oportuna para contener el escándalo de corrupción en el que está involucrada Patricia Benavides, después de que se sabe que su asesor principal, incriminado en diversos delitos de corrupción, se habría acogido a la colaboración eficaz entregando información que compromete seriamente a la fiscal de la Nación y a diversos congresistas involucrados en este tráfico de votos y prebendas.
Súmenle a la cofradía que se ha armado en torno a la posición de Benavides, juntándose perro, pericote, gato y mono, como dice la congresista Patricia Chirinos, que han tratado por todos los medios de construir una narrativa paralela a la realidad para justificar los actos delictuosos de Benavides. Por eso no es de extrañar ver de abogados a conspicuos dirigentes del aprismo, como Jorge del Castillo y Hernán Garrido Lecca, por cierto procesados por actos de corrupción; así pretenden distorsionar la realidad y redireccionar la opinión pública.
A un año del intento de golpe de Estado de Castillo, nuevamente hemos llegado a un punto de no retorno, vivimos una especie de guerra de mafias en el poder que están llevándonos a una polarización mayor y el país al garete, por eso es importante autoconvocarnos para hacer frente a tanta ignominia de esta clase política que nos gobierna.
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