[Opinión] Richard Arce: Semana santa, ¿un salvavidas?

La Semana Santa representa para los cristianos el mayor testimonio de nuestra fe, como el más grande sacrificio de Jesús por la humanidad. Estos mensajes han calado hondo en nuestro país desde la colonia y el catolicismo es la muestra del arraigo de esta tradición religiosa.

En tiempos contemporáneos las actividades de Semana Santa son parte ya de nuestras costumbres, con diversas manifestaciones de religiosidad y también de sincretismo, como parte del encuentro de dos mundos.

Antes de la reflexión política, era importante hacer esta introducción en vista de los mensajes errados del Gobierno, que infiere que la conflictividad social ya pasó y que el presidente ya puede sentirse tranquilo aprovechando estos feriados.

Esta es una lectura errónea y provocadora porque el mensaje que envía distorsiona –una vez más– la realidad y podría exacerbar a las poblaciones movilizadas en diferentes partes del Perú. Es una clara provocación y parece que no aprendieron nada de la fallida inmovilización social del pasado 5 de abril en Lima.

El Gobierno no debería confundir la tensa calma con una postergación de las demandas sociales que exigen su salida. La última encuesta de Datum refiere que el presidente tiene 76% de desaprobación y el Congreso tiene 82%, datos que muestran la crisis de gobernabilidad y legitimidad.

Ahora, Castillo en su irresponsabilidad pretende atender todas las demandas sociales, lo cual es imposible y definitivamente imprudente, como el hecho de eliminar las papeletas de tránsito, desarticular Sutran, exonerar el IGV a los productos básicos de la canasta familiar, cuando se sabe que la mayoría de los comercios formales están en el RUS y abundan los informales.

Recuerden: esta semana se tendrá la resolución judicial de prisión preventiva para Pacheco y los sobrinísimos, entonces podría iniciarse “el camino al Gólgota” para Castillo, que parece ya inexorable.

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