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[OPINIÓN] Richard Arce: “Otra prueba más de la guerra de mafias en el poder”
“No podemos caer en el juego perverso de los políticos, sobre todo de este Congreso desprestigiado que va a pretender utilizar este caso como pretexto para tumbarse a todos los miembros de la JNJ”.
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Resulta paradójico que en plena arremetida del Congreso para saldar cuentas, por enésima vez, con la Junta Nacional de Justicia, salga a la luz un affaire de uno de sus magistrados, José Ávila, involucrado con el entonces ministro de Justicia del gobierno castillista en un nuevo intercambio de favores nada santos, que incluyen favorecer la designación como fiscal suprema de Patricia Benavides, según las declaraciones realizadas por el inefable Jaime Villanueva.
La situación es por demás comprometedora, porque de las declaraciones testimoniales de Villanueva se valida que habrían cometido ilícitos penales como el tráfico de influencias, para favorecer indebidamente el nombramiento de Patricia Benavides como fiscal suprema, detallándose los nexos que tenía en la propia JNJ.
Villanueva relata en primera persona cómo siendo asesor del entonces ministro de Justicia Félix Chero traficó favores para que el magistrado Ávila de la JNJ presida la Comisión de Alto Nivel Anticorrupción (CAN) con los dos votos que tenía el Ejecutivo. A cambio del favorcito, Ávila pidió unos terrenos públicos en Marcona para que se transfieran al Ministerio de Transportes y así favorecer a una empresa minera china, tal como finalmente se hizo.
Ante esta declaración no le quedó otra que renunciar a José Ávila, aduciendo que lo hacía para proteger a la JNJ y que él no había cometido delito alguno, negando las declaraciones de Villanueva; aquí se tiene que abrir otra carpeta fiscal e iniciar con las indagaciones del delito que habrían cometido Ávila, Chero y Benavides.
Antes de que salgan con discursos rabiosos y estentóreos los congresistas que se prestan en esta arremetida contra la JNJ, hay que aclarar lo que venimos denunciando desde hace meses y que se confirmaría con este caso, y es que estamos presenciando la guerra de mafias en el poder, que cada uno juega por intereses personales y mezquinos, que el país no les importa y menos tienen integridad al cumplir una función pública.
Así que no podemos caer en el juego perverso de los políticos, sobre todo de este Congreso desprestigiado que va a pretender utilizar este caso como pretexto para tumbarse a todos los miembros de la JNJ, cuando solo quieren tener el control para manejar la designación de los jefes de la Onpe y del Reniec justo en periodo electoral.
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