[OPINIÓN] Richard Arce: “No son congresistas son truhanes”

Ahora viendo a nuestros padres y madres de la patria “mochando sueldos”, con evidencias contundentes de los audios de las llamadas telefónicas, como si fueran extorsionadores cobrando cupos, al mismo estilo del hampa, no se puede esperar más para que les caiga todo el peso de la ley.

El problema es que son legisladores y aún gozan de la inmunidad parlamentaria, que a pesar de sus restricciones aún gozan del poder del antejuicio político, donde el Congreso tiene que habilitar sus investigaciones fiscales, y peor aún tienen que esperar semanas, meses y años, para garantizar el proceso con algunas medidas coercitivas que garanticen la obtención de pruebas que incriminan a estos sujetos, que se comportan como viles delincuentes de poca monta.

María Cordero Jon Tay ha demostrado toda su codicia en la denuncia periodística de un dominical, y no hay forma de defender lo indefendible, pero como siempre ha caracterizado al fujimorismo, trata de morigerar la denuncia, y sacan un tibio y hasta cómplice comunicado; salvo la intervención de Miguel Torres, se nota que hay otros intereses en juego para Fuerza Popular en este tinglado.

Esta congresista es una allegada de Alberto Fujimori y ante las evidencias de sus argumentos en las llamadas telefónicas, implica directamente al cogollo del fujimorismo, incluidos Keiko y Kenji; además, el operador Edmond Jordán Montes, que sería un testaferro de Joaquín Ramirez en la compra del terreno, en Cieneguilla, de Mark Vito.

Todo queda en familia, dice un adagio respecto de las mafias, como podría ser en este caso de negocios turbios; además, el pasado del fujimorismo los condena, porque parecería que llevan en su ADN la corrupción, como emblema indeleble de su accionar político. Esto recién empieza.