[OPINIÓN] Richard Arce: “La legítima defensa o a la legítima resistencia”

La condena a la incursión violenta de Hamás es mundial, como debe ser, recordando que es un movimiento militar subversivo, pero también político, que se formó hace más de 30 años y que ahora tiene el control del gobierno de Gaza, con una población de 2 millones de gazatíes.

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Gaza es un enclave palestino que resiste la invasión y colonización israelí —como en Cisjordania—, que tiene la ciudad sitiada y cercada con muros y mallas en sus 40 km2, bajo un régimen de apartheid y se podría afirmar que es un campo de concentración, que ha engendrado odio y resentimiento, y ha desencadenado una reacción violenta, financiada probablemente por Irán y otros países árabes.

Antes de opinar es importante entender el contexto histórico del Medio Oriente y cómo ha ido evolucionando el conflicto israelí-palestino después de 70 años de enfrentamientos, que se inició con el Nakba en 1948, la Guerra de los Seis Días del 67 y la de Yom Kipur del 73, los atentados terroristas, el ascenso al poder de Al-Fatah en Cisjordania que se forjó en la OLP de Arafat, así como el control del poder de Hamás en Gaza.

Israel también es una sociedad compleja, con posiciones encontradas respecto a la política expresada por la extrema derecha. Likud, que tiene en el poder a Netanyahu, que controla el Knéset —Parlamento israelí—, pero que ha ido perdiendo espacio político por sus acciones en territorio palestino, su negativa al diálogo con los sectores palestinos y sobre todo por zurrarse en tantas resoluciones de la ONU, que le exigían el cese de la colonización del territorio palestino y por la violación de DD.HH., que incluye a niños torturados y presos.

Se encienden nacionalismos y se van a parcializar posiciones, lo cual nos va a llevar a un conflicto que va a infligir más dolor y sangre en ambos bandos. La población civil jamás debería ser un objetivo militar; por eso, nunca vamos a avalar actos violentos. Creemos firmemente en la paz.

Que entienda el mundo que esta no es una guerra de liberación de Palestina, es una incursión de Hamás y Netanyahu estuvo buscando el pretexto para tomar Gaza. Aquí la salida está en el reconocimiento de dos Estados para una paz duradera, pero parece que nadie está dispuesto a hacerlo. Vivimos una escalada mundial de autoritarismo y odio, y parecería que estarían incentivando la guerra cuando se leen los pronunciamientos de países interesados y, peor, cuando el Consejo de Seguridad de la ONU está pintado.

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