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[OPINIÓN] Richard Arce: “Keiko no aprende o somos nosotros”
“Es una penosa realidad, pero el fujimorismo sigue vigente y su fortaleza recae en su bancada en el Congreso, donde independientemente de la elección, siempre van a tener esa cuota de poder importante”.
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La incursión mediática de Keiko Fujimori en estos días ha causado revuelo, sobre todo en un sector de la prensa y sus adeptos que, aunque lo nieguen, siempre le han dado la cobertura y sirven de caja de resonancia.
Esto no es novedad, si no, recordemos las últimas elecciones donde supuestamente Keiko no tenía posibilidades para llegar a segunda vuelta, pero con el voto duro del fujimorismo, y sobre todo de este voto oculto “asolapado”, le permitió competir con Pedro Castillo por la Presidencia.
Es una penosa realidad, pero el fujimorismo sigue vigente y su fortaleza recae en su bancada en el Congreso, donde independientemente de la elección, siempre van a tener esa cuota de poder importante, más si hay dispersión de votos. Ahí sus opciones se incrementan y van a tener más posibilidades de lograr una curul.
Por eso vemos en cada elección el reciclaje de algunos políticos trajinados que, de supuestos críticos, terminaron enarbolando las banderas naranjas y haciendo una serie de malabares para justificar el giro que han dado, después de ser unos rabiosos antifujimoristas. Resulta revelador verlos ahora defendiendo a Fujimori y justificando sus tropelías.
Ahí está Galarreta, Guerra García, Rospigliosi y hasta una eminencia como Vargas Llosa. En realidad, ahí radica el poder del fujimorismo. Se han dado cuenta de que independientemente de la coyuntura política que vivamos, ellos van a tener un espacio de poder en el Congreso. Por tanto, si se pliegan a sus huestes tienen la posibilidad real de ser elegidos congresistas sin importar si tienen o no ascendencia con la población.
Infiero que hasta un “don nadie” puede ser electo congresista, basta tener un número expectante en la lista congresal del fujimorismo. Por eso, el entusiasmo de varios conspicuos líderes del fujimorismo es puro rentismo y amor al chancho. Por eso vemos a cada impresentable en sus listas.
La realidad nos dice que Keiko está más cerca de la cárcel que de Palacio, y quién sabe que esta nueva incursión solo sea una estrategia legal para victimizarse, ante la inminente sentencia por el dinero mal habido que recibió en campaña; recuerden, está en su ADN, no dan puntadas sin hilo.
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