(Foto: Jesús Saucedo / @photo.gec)
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Esta experiencia del voto de confianza, al gabinete Vásquez, tiene que marcar la ruta del gobierno de Pedro Castillo, porque se habrá dado cuenta de que “el enemigo está en casa”. No solo fueron los discursos furibundos y gritos estentóreos de los congresistas de Perú Libre, sino que votaron sorprendentemente, en sintonía con lo más rancio de la extrema derecha, los que siguen negando los resultados electorales y pretenden vacar al presidente, desde el primer día que asumió su gestión.

Pero, en realidad, el mayor problema es que se habrá dado cuenta de que sus ocasionales “compañeros” de esta aventura política no son camaradas, sino en realidad son solo unos oportunistas, ensimismados por sus ambiciones y delirios de poder. Porque no se entiende la irresponsabilidad de un ministro del Interior, como Barranzuela, que pueda infringir las normas, que su propio despacho cautela.

Ahora, imaginar al congresista Bermejo con un discurso cuando Barranzuela era ministro, hasta polemizar con el ala dura del lapicito, defendiendo al gabinete y después votar alineado a los adláteres de Cerrón, dice mucho de sus credenciales democráticas y ya es innecesario referirnos a sus “supuestos principios”, que ha llevado al país a un conflicto social, con los cocaleros.

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El improvisado expremier Bellido, que supuestamente defendía las políticas de gobierno, que se victimizaba en cualquier espacio, arrogándose una supuesta representación del “pueblo”, solo será tristemente recordado por el embalse de los conflictos sociales y ahondar la crisis económica en plena pandemia.

Estos aventureros políticos pregonan en parques y plazas que son marxistas y parecería que lo son, pero deberían hacer la precisión de que no lo son por ser seguidores de Karl, sino de Groucho Marx –comediante, 1890–, por su “infantilismo político” y andar errático, confirmando que sus posturas están definidas en función de un oportunismo pueril. Esto, sin contar sus cuentas pendientes con la justicia.

Es insoslayable para el presidente deslindar de estos personajes, porque si sigue empecinándose en darles espacio político a estos galifardos con poder, el riesgo de la vacancia será latente, han demostrado que no les importa su proyecto político, su gobierno, menos les va a importar el país. Además, ya demostraron sus limitaciones, como buenos para nada, porque en los múltiples espacios que los delegaron, solo mostraron incompetencia funcional y solo destacaron por sus angurrias por el poder.

Guerra avisada no mata gente, reza un viejo adagio, presidente Castillo.

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